𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ; 𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮

𝙀𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤 𝙄𝙄

Jin se detuvo para mirar su reflejo en los enormes espejos de la sala. Lucía todo sudado y sus ropas se pegaban a su cuerpo, especialmente la camiseta. Se arrepintió por decidir usar esa hoy, debió escoger las anchas y largas que se ponía para las prácticas usualmente, eran definitivamente más cómodas.

Pero no podía echarle la culpa a su vestimenta, lo cierto era que no estaba siguiendo bien la rutina y eso solo era culpa de su cabeza volada, sus pensamientos estaban fuera del taller de baile.

Jin suspiró, había pasado un día entero y seguía pensando en que debió levantar la carta y leerla como fuera, así estuviera desanimado y quisiera dejar de hacerse ilusiones, debió recibir su nota especial. Pero ya era tarde, esta mañana cuando abrió su casillero solo estaba la flor y el pastelillo. Sonrió, al menos eso le había animado un poco, el sabor había sido terrible pero de todas formas logró hacer que su pecho se agitara y él se sintiera al menos un poco emocionado.

—¡Jinnie~!

Ni siquiera estaba sorprendido, ya esperaba que Byul se acercara, la había visto por el espejo. Sabía que su mejor amiga había estado intentando animarlo, pero no le preguntaba nada sobre su semblante, eso era demasiado raro. Y sospechoso.

—¿Cuándo vendrán los demás?— preguntó restándole importancia a lo animada que se veía Byul. Solo quería terminar de practicar solo, que el resto de integrantes del taller de danza se sumaran y pudiera camuflarse detrás de los que creía más hábiles hasta que la sesión llegara a su fin.

Miró sentado desde el suelo a la chica pelimorada, tan alegre y contenta, pero claro, si era de las mejores en el club y hasta una de las líderes, por lo bien que se desenvolvía. Seokjin sonrió un poco animado por fin, recordaba que hacía tiempo cuando ambos habían decidido unirse al club, era porque Byul era tímida y no quería ir sola, así que aunque a Jin no le entusiasmaba para nada la idea del baile, se ofreció a inscribirse con ella para que lo tuviese a él para apoyarse.

—Oh, sobre eso— Moonbyul mostró su perfecta sonrisa antes de agacharse frente a Jin y dejarle una botella con agua —me llevaré a los otros a practicar en el patio, algo de aire libre les hará bien.

Seokjin vio raro aquello, nunca ensayaban afuera. Se encogió de hombros, bueno, si Moonbyul lo había decidido debía estar en lo correcto. Empezó a levantarse cuando los brazos de la muchacha se situaron en sus hombros y le hicieron tomar asiento de nuevo bruscamente.

—Tú te quedarás aquí. He visto que has estado teniendo dificultades con la nueva coreografía— Seokjin quería refutar, era cierto pero no era porque él fuera malo, solo estaba distraído, en realidad había aprendido bien todo y... —así que alguien vendrá a ayudarte.

—No quiero— protestó apenas ella terminó de hablar. No quería estar con nadie, quería quedarse solo a seguir tonteando y volando en sus ideas locas sobre las notas, arrepintiéndose por...