𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ; 𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮

𝘾𝙖𝙧𝙩𝙖 𝙄𝙑

"Hemos estado viendo que reaccionas positivamente a las cartas, hyung. ¡Nos alegramos mucho! Hoy quisimos decirte algunas cosas que nos gustan de ti. Me gusta que seas tan persistente y des todo de ti mismo para mejorar en el baile".

"Me cuesta escribir esto porque es vergonzoso, Seokjin. Pero qué puedo hacer, si vas a estar tan feliz como ayer al leer esto, está perfecto para mí. Me gusta tu risa extraña y escandalosa, no suelo reír mucho pero tú siempre logras contagiarme".

"Esto será gracioso, hyung. Yo soy un poco más desvergonzado que los demás, lo mostré en las anteriores cartas pero ahora quiero decirte algo dulce, ser menor me dará una ventaja contigo. Me gustan tus labios esponjosos, como un conejo~".

"Sin comentarios sobre lo anterior. Espero que no se incomode por esta carta, Jin-hyung. Aquí voy, realmente me gusta su cara concentrada mientras lee un libro en la biblioteca. Le observo y me dan ganas de saber qué hay en su mente".

"¡Hyung, esta fue idea mía! Se veía contento en su clase hoy y pensé que era por las cartas, ¿estoy en lo cierto? En fin, me gusta mucho su sonrisa cuando se está divirtiendo con sus compañeros. Algún día yo seré quién le haga sonreír".

"Jin-hyung realmente espero que esto no le incomode y quiera dejar de recibir nuestras cartas. A mí me gusta su notable amor y pasión por la comida, hyung. Suena gracioso pero es la verdad. Cocina increíble, hyung. Ñam ñam".

Atte.
Seis extraños y cursis sujetos.

Jin no podía creer lo que había leído. Cada vez se convencía más y más de que esas cartas no eran una broma. Al menos no sonaban a una, pese a que aparentemente los chicos eran divertidos.

No sabía qué párrafo había sido su favorito, todos le hecho sentir cómodamente extraño, por más raro que pareciera incluso si estaba acostumbrado a recibir todo tipo de alabanzas. Pero aquello era diferente, tanto que de inmediato sintió el impulso de leer la carta por segunda vez, más tranquilo. Durante la primera había estado sonrojado y soltando risitas nerviosas. Gracias a su serenidad, para la siguiente oportunidad alcanzó a destacar dos detalles que había dejado pasar antes. 

El primero, al parecer conocía a uno de los chicos del taller de danza del instituto, no había otra forma de que supiera que se esforzaba para eso. Sin duda haría una investigación al respecto. Y segundo detalle, el más importante. 

¡¿Cómo era posible que ninguno hubiera mencionado su perfecto y bello rostro?!

—¡Dínos ya, Namjoon-hyung!

—La ha leído dos veces— respondió sin poder creer que Seokjin se había estado riendo, sonrojado y contento. Sí, definitivamente Taehyung había tenido una excelente idea para esta cuarta carta.