—Eh, ¿estás seguro de que quieres hacerlo, Jin?
Trataba de no sonreír, la situación era divertida por donde la viera, sobre todo tomando en cuenta que conocía a las dos partes involucradas en el asunto y por supuesto, apoyaba a ambas. O bueno, mejor era decir que se mantenía imparcial.
Esta vez podría hacer una excepción y ponerse del lado de su mejor amigo, basándose en lo feliz que se veía esperando que la sala se abriera y saliera el encargado de las cámaras de vigilancia tal y como había pedido Seokjin para reunirse juntos. La cosa era que, a la vez, Moonbyul sabía que a los raritos no les gustaría mucho ser descubiertos de esa manera.
Suspiró, era lo malo de estar en ambos bandos. Pero su amistad con Kim era fuerte y lo quería tanto que bueno, solo intentaría persuadirlo de su plan y si no tenía éxito, vería como parte de la audiencia ese momento crucial cuando finalmente las seis identidades fueran reveladas.
Y es que Byul no terminaba de entender cómo esos chicos podían forcejear tranquilamente el casillero de su amor platónico para robarle sus cartas, quién sabe por qué razones, sin pensar en que habían cámaras en cada pasillo de la preparatoria.
Detalle que por supuesto, Kim Seokjin nunca dejaría pasar por alto.
Ya se le había ocurrido a su amigo antes, pero era difícil identificar quiénes metían cartas en su casillero ya que los pasillos siempre tenían gente y cualquiera podría acercarse a esa zona, además no tendría excusa para que le dejaran ver las grabaciones.
Pero eso de abrir una puerta sin permiso, ah, era algo diferente.
Porque bien, Seokjin se veía confiado apoyado contra la pared esperando. Seguro de que esa mañana podría ir en busca de los seis chicos. Moonbyul no estaba segura de que pudiera caber aún más emoción en él, a juzgar por su enorme sonrisa y ojos cerrados.
—Claro que sí, ¿por qué dudaría?— abrió los ojos para mirar a su mejor amiga, quería tomar sus manos para apretarlas o abrazarla con mucha fuerza, estaba tan ansioso que no podía contener sus emociones.
—Es que...— ella miró al techo, intentando inventar alguna excusa o hallar una razón, algo para proteger las identidades de esos seis descuidados. Pero la verdad era que no se le ocurría nada y como ya había dicho, más que todo estaba del lado de lo que le hiciera más feliz a Jin. Ah, pero también apoyaba a los otros, qué dilema. Entonces su rostro se iluminó por una idea —¿de qué serviría? Digo, sólo verás a algunos de ellos abriendo el casillero y serán sus rostros, ¿qué ganarías con eso?
Seokjin bajó la vista, con vergüenza y es que su amiga no sabía que con sólo conocer sus rostros él ya sería la persona más feliz. ¿Sería muy raro decirle?
Supuso que sí.
—Bueno— se frotó la nuca —conociendo sus caras podríamos buscarlos en la escuela.
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𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ; 𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮
Fiksi PenggemarUna carta diaria para Seokjin, seis párrafos, uno para cada autor. Seis chicos que comparten un mismo sentimiento y que no han tenido de otra más que ponerse de acuerdo y colaborar para tratar de conquistar al mayor. - HISTORIA ORIGINAL PROHIBIDO CO...