𝘾𝙖𝙧𝙩𝙖 𝙓𝙄𝙄

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No recordaba la última vez que una sonrisa así de enorme había invadido su rostro

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No recordaba la última vez que una sonrisa así de enorme había invadido su rostro. Probablemente había sido antes de empezar a negarse a sacar las cartas. Jin bufó sintiéndose un poco mal, más por sí mismo. El Seokjin de aquellos días había estado demasiado triste. Quizá por eso estaba tan asustado, le abrumaba saber cuánto poder tenían esos chicos, que hasta el momento no sabía si eran reales o sólo parte de una broma cruel sobre su persona.

Agrandó más su sonrisa, ahora cerrando ligeramente los ojos. Lo bueno era que al menos tenía una pista, una pequeña certeza de que existían. No quería empezar a dudar de nuevo y mucho menos de una persona real, como el "mensajero" que se había presentado ante él apenas rato antes.

Todavía sostenía la carta rosa en su mano y era extraño pero de alguna manera sentía que hasta había extrañado tocar aquel característico papel con las yemas de sus dedos, desdoblar las puntas y acariciar los bordes con dibujos y marcos bonitos.

Leer las hermosas palabras que esos chicos escribían para él.

Adoraba cada detalle y por fin se estaba permitiendo pensar en ello, porque ya sabía que nadie estaba jugando.

No era ingenuo ni tonto, después de roto su corazón dijo que no dejaría que este se ilusionara de esa manera de nuevo. No hasta estar seguro y es que tal vez puso más esmero del debido en ese intento. Después de todo, tras un amor de muy joven que resultó en dolor y lágrimas, Seokjin no fue capaz de enamorarse, ni siquiera de ver a otra persona con esos ojos otra vez.

Hasta que, simplemente no tuvo que ver a alguien precisamente y no se trataba de una sola persona tampoco.

Fue raro cómo llegaron a entrar a su corazón, le asustó porque creía que ya no sería posible hasta que creciera más, el amor de adolescente se había terminado y luego nada más, parecía que ya no. Parecía que seguía ahí, manifestándose en sus sonrisas seguidas de suspiros y sus mejillas calientes.

Tal vez la manera indicada para hacer que tuviera interés en alguien de nuevo era justamente esa, a la distancia, sutil aunque las palabras escritas en las cartas no lo fueran. ¿Cómo esos seis pudieron saber que Seokjin caería de esa forma? ¿Aún cuando había pasado tanto tiempo rechazando a todo el mundo?

No lo sabía, ni siquiera podía imaginarse qué táctica habían usado o en todo caso si se trataba de personas que le conocían tan bien como para estar conscientes de que había cargado con un corazón roto por un largo tiempo.

Pero eso ya no importaba, porque bueno, finalmente había caído de nuevo. Ellos habían logrado que gustara de alguien otra vez.

No le importaba su género, ni la cantidad de personas que eran, estaba decidido a dar rienda suelta a sus sentimientos y disfrutar hasta que todo se terminara, no era tan ingenuo como para pretender caer profundamente enamorado y fantasear con pasar la vida entera con ellos. Por ahora, la simple sensación de gusto, que le hacía sentir contento y algo tonto, era suficiente.

𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ;  𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora