𝘾𝙖𝙧𝙩𝙖 𝙄𝙓

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La pelimorada sonreía con las cejas alzadas, una mano en su mentón y la otra peinando un poco los rizos de su cabello, mientras observaba a Seokjin moviendo las manos nerviosamente sobre el mesón de cerámica blanca

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La pelimorada sonreía con las cejas alzadas, una mano en su mentón y la otra peinando un poco los rizos de su cabello, mientras observaba a Seokjin moviendo las manos nerviosamente sobre el mesón de cerámica blanca.

El mayor golpeaba su pie contra el piso a un ritmo constante, y su ojo temblaba de tanto en tanto, por los nervios, seguramente. Ella solo esperaba a que se pusiera a hablar de una vez, ya no debía tardar tanto.

—M-M-Moonbyul, ¿t-tú crees que s-sea él?

Seokjin sentía que la comida regresaba desde su estómago, tenía unas ganas inmensas de ir corriendo al baño y vaciar su panza llena de bocadillos después de haber pasado todo el receso devorando todo a su paso, como si no hubiera ingerido alimento en semanas.

Tenía que la ansiedad, los nervios, el miedo y eso.

Ella sonrió mucho más, Jin era tan exagerado.

—Ah, podría ser. No lo sé, conozco a muchos Park. ¿Qué tal Chanyeol?

Jin alzó una ceja, incrédulo por las palabras de su amiga. Ella estalló en carcajadas.

—¡Perdón, perdón!— sabía que Chanyeol era alto como un poste contrario a lo escrito en la carta que ya había leído con Seokjin, pero solo quería jugar un poco con él para que se relajara.

En primer lugar, el tema de las cartas no tenía ningún sentido para ella, así que le sorprendía y le causaba mucha risa que Jin pareciera tomar tan en serio esos detalles.

¿Qué pasaba si se trataba de un grupo de idiotas que nada más se burlaban de su amigo? Nunca faltaba esa clase de gente. Y la descripción de la carta hecha notablemente a propósito no ayudaba a que la chica se deshiciera de la idea de una posible trampa.

No quería que Seokjin saliera lastimado, por supuesto que no.

Y a eso iba el segundo punto.

Tal vez Jin no iba a terminar lastimado porque no podía ilusionarse con hombres. Byul, en los años que llevaba siendo mejor amiga de Kim, nunca había sido testigo de un acercamiento o interés romántico de Jin por los chicos. Empezar ahora sería raro, porque él no tenía precisamente esa clase de antecedentes, pese a ya haber sido pretendido por personas de su mismo género, pero vamos, nunca había llegado a ser nada serio.

¡Nunca había llegado a ser nada en absoluto!

Era frustrante, Moonbyul quería ayudar pero no sabía qué pensar, el tema de las notitas seguía siendo prematuro. ¿O tal vez no? Si Jin le hubiera contado desde el inicio sobre eso, tal vez sabría un poco más al respecto, pero la verdad era que el pelinegro se guardaba la mayoría de detalles sobre esos temas solo para él, a veces hasta para sus otros amigos varones, y nunca le había permitido a Byul conocer nada más. 

O eso hasta el día anterior, que increíblemente le dejó hasta leer la cartita.

Y aquí estaban, en el club de cocina porque Jin creía que ese era el lugar para encontrar a uno de los seis chicos. No, no solo creía, estaba cien por ciento seguro y joder, estaba muy nervioso. ¿Qué haría? ¿Qué le diría? ¿Para qué lo buscaba en primer lugar?

𝘾𝘼𝙍𝙏𝘼𝙎 𝙋𝘼𝙍𝘼 𝙅𝙄𝙉 ;  𝘑𝘪𝘯 𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora