Odio a primera vista libro I & II

A bañarte.

Amber Johnson.

Estoy confundida, Lohan me ama ¿Si o No?, Aval me dijo que si, pero, ya saben como son las pelirrojas, mentirosas, y Aval Lehman es una de las pelirrojas más mentirosas de Washington, no es broma, la pobre salió en la televisión, ella estaba borracha y dijo un unicornio me dijo que me tirará al de el seven eleven, y yo no choque, me chocaron.

Aval, esta loca, le metió un lápiz por el culo a un vagabundo, todavía me pregunto por qué es mi amiga.

-Te lo juro Amber, Lohan te ama.- dijo agarrando una papita.

-Entonces ¿Porque me rechazó?.- dije agarrando una de sus papitas.

-El está loca.- dijo hablando con la boca llena.

-Es loco, Aval, el es un Hombre.

-Y ¿Tú como sabes que es hombre, se lo has visto?

-Aval, ¿Te sientes bien?.- dije mientras tomaba otra papita de la bolsa.

-Oye, no se si te has dado cuenta, pero, esas son mis papitas, mujer.

-Entonces, ¿Porque no me compras unas?

-Diculpame señorita, pero ¿me vez cara de señora con dinero y un esposo bien buenote?, no, sólo soy una adolescente que come papás y nutella.

-Bien, bien.

-Camila, a bañarte.- en un tono cantado y buscando a Camila, la perrita no es nada tonta, se va y se esconde en quien sabe donde, la otra vez que la iba a bañar se escondió en el la lavadora, no se como se subió pero lo hizo.

-¡Camila!... ¡Hay, aquí estas!.- dije cargandola, estaba escondida en una maleta de mamá.

Camila me comenzó a ladrar, la solté del miedo, para ser sinceros, hasta los animales más inofensivos me dan miedo, pero, Camila no era una perrita inofensiva, creo que se salió de la película del Conjuro.

-¡Basta, Camila!.- dije subiendome a la mesa del comedor.

Gruño, solté un agudo grito.