Capítulo 13. Parte I

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{JENNIE} 

Dos meses desde que había llegado hasta aquí, casi sesenta días de tener que ver cosas a diario que ni siquiera me pasaban por la cabeza. 

Cada vez me veía más involucrada dentro de la organización y en más de una ocasión me había tenido que cruzar con Seok que solamente me veía como un pedazo de carne que podía tomar cuando quisiera. Al final de cuentas después del señor Manoban, el señor Park y de mi, su familia era la que tenía más poder y por eso tenía el ego por las nubes.

 –Dios, alguien debería de decirle que en verdad da pena.–El desprecio de Lisa era evidente, lo veía con cierto recelo mientras sostenía una copa de champagne. 

 –En realidad es graciosa su necesidad de atención.–Habló Jisoo, que cada vez estaba más integrada a nosotros.–A mi padre nunca le ha agradado y siendo sincera, a mi tampoco. 

 –Es un imbécil, un egocéntrico que cree que por ser cuarto en la lista puede controlar Corea si quiere.–Escupió la castaña al llevar sus labios hasta la copa y beber directamente el líquido de ella, yo solamente me limitaba a mantener la vista en ellas. 

–Y aquí viene.–Advirtió Rosé con una mueca en los labios al verlo atravesar todo el lugar, haciéndose espacio entre los invitados. 

 –Buenas noches, chicas.—Se acercó hasta donde estábamos con una amplia sonrisa en sus labios, dejando ver sus intenciones de inmediato.–Me preguntaba, si quisieras bailar conmigo.–Esta vez se dirigió hacia mi particularmente. 

 –Lo siento, no es algo que quiera hacer ahora mismo.–Traté de responder de la manera más tranquila y educada posible para que lo entendiera y simplemente se devolviera por el mismo camino por donde había venido. 

 –Es solamente una canción.–Su insistencia se ocultaba detrás de un tono cortes y una sonrisa amable, pero por la expresión de las chicas todas querían patearle el trasero, en especial Lisa. –Estoy bien, de verdad. Estoy bebiendo tranquilamente aquí.–Y de nueva cuenta mi paciencia trataba de no agotarse con la terquedad de este tipo. 

 –Bueno, si el problema es que quieres beber, te puedo invitar una copa de la mejor champagne francesa.–De nueva cuenta sus labios esbozaron una sonrisa de cortesía pero realmente me estaba hartando. 

 –De verdad, no te preocupes.–Trataba de no sonar desesperada ante su insistencia pero todos parecían entenderlo, menos él. Trató de abrir su boca para replicar ante mi negación pero se vio interrumpido por Lisa quien lo miraba de manera fulminante. 

 –Te ha dicho tres veces que no tiene interés en socializar contigo.–Y entonces Lisa estalló.–Ve por donde viniste y ocúpate de tus negocios, por lo que sé Busán no va muy bien en números estos últimos meses.–De algo servía su sarcasmo, puesto que por poco al tipo parecía explotarle una vena y se lo agradecía. 

–Encárgate de tus putos problemas de humor antes de darme consejos a mi.–Advirtió esta vez el chico con cierto enojo entre sus palabras por la humillación. Lisa le bastaba con lo más mínimo para sacar su lado más sarcástico y no pensar en las consecuencias antes de actuar. 

Tomó una de las copas de champagne que tenía cerca y le lanzó el espumoso y caro líquido en la cara al tipo. Nadie quiso reírse puesto que a la brevedad de que aquello sucediera, Marco se acercó para recriminarle el hecho a su hija. 

Lisa no dijo nada y al verlo aproximarse con el rostro desencajado sabiendo que iba a tener que soportar su autoridad prefirió dejar a todos atrás y abandonar la fiesta. 

 Me sentía culpable porque ahora ella tuviera que lidiar con la furia de su padre, con algún posible castigo y el mal humor que se cargaría por días o incluso semanas solo por tratar de defenderme.

 Intuí que no era el tipo de persona que se encerraría en su habitación para ignorar lo que estaba sucediendo alrededor, pero posiblemente si sería de esos que salen a respirar aire para tratar de sobrellevarlo de la mejor manera.  Se había perdido entre la oscuridad de más allá de la entrada, estaba tratado de salir de ese círculo que nos incluía a todos. 

 –Lo siento.–Dije de inmediato al aproximarme lo más que pude hasta ella. Pareció que mi voz perturbó sus pensamientos y sólo se dio la vuelta con una sonrisa débil en sus labios. 

 –No ha sido tu culpa, mi padre busca el menor pretexto para recriminármelo.–Habló con resignación desde una distancia considerable a mi, simplemente manteniendo la vista hacia el camino que conducía la casa con el resto del mundo. 

 –Lo hiciste para defenderme.–Aquello fue expulsado por mi boca a manera de susurro, con timidez. Ella no dijo nada, chasqueo la lengua y negó con la cabeza. 

 –No iba a permitir que ese idiota te incomodará.–Unas luces se aproximaron hacia nosotros, algunos invitados impuntuales pensé.–En realidad, nadie lo iba a permitir. 

Cuando su expresión se relajó lo suficiente como para permitirse dibujar con sus labios una sonrisa más cálida, las luces se acercaron con mayor velocidad hacia nosotros y lo único de lo que pude percatarme antes de terminar detrás de Lisa a modo de protección, fueron unos disparos.

 Había vivido muchos tiroteos en mi carrera pero desconocía el porque ahora me perturbaba bastante, quizás era por el lugar y porque abría la herida del pasado pero ni siquiera me dejaba procesar lo que estaba pasando, dejándome básicamente en sus manos en lo que ella se encargaba de manejar la situación.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora