Capítulo 43. Parte I.

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{JENNIE}
No llevaba más conmigo, solamente una bolsa de mano y mi pasaporte en la otra. No tenía idea de cual sería mi destino y tampoco sabía que sería de mi en ese lugar, que era lo que tenía que hacer pero confiaba en que todo se acomodaría para que saliera bien.
–¿Llevas repelente para mosquitos?–Preguntó mi tío al rascarse la cabeza como manifestación de sus nervios.
–Sí, también me he vacunado contra la fiebre amarilla y llevo un poco de ajo por si hay vampiros.–Me permití bromear para aligerar la situación y él apretó sus labios para intentar formar una sonrisa.
–¿Vas a escribirnos?–Mi tía sonaba un poco triste, pero entendía mis razones.
–Intentaré hacerlo dos veces por mes.–Acaricie sus nudillos, su mano reposaba en mi hombro acariciándolo de manera maternal.
–¡Hey!–Gritó Jisoo con desespero desde el otro lado de la sala de espera.–He llegado a tiempo.–Parecía agitada, podía apostar que había corrido desde el estacionamiento hasta este lugar.
–Respira, ya llegaste.—La tomé por las muñecas al observar como su pecho subía y bajaba debido a la agitación.
–Una disculpa por llegar tarde.–Una vez que se tranquilizó busco en su bolsa y sacó un boleto de avión.–Colombia.
–Colombia.–Repetí un poco más bajo y tomé el boleto, pasándole la yema de mis dedos por encima.
–Escríbeme, ¿sí? Necesito saber como está todo.–En su rostro se dibujó una suave sonrisa. Me acerque hasta ella y rodee con fuerza su cuerpo por su cintura, aspirando el olor que desprendía de ella.
–Gracias.–Pronuncié lo suficientemente bajo como para que solamente ella y yo lo entendiéramos.
—Ahora hay dos motivos por los cuales salir y vivir como si fuera el último día.–Me despegue de su anatomía y le dediqué una sonrisa, sin darme cuenta ya una lágrima corría por mi mejilla.
–Los quiero.–Los tres tenían una expresión mezclada entre la melancolía y la felicidad, me veían desde la sala de espera mientras yo me dirigía abordar el avión que me llevaría a mi nueva vida.
–Espera.–Dijo Jisoo, haciéndome frenar en seco.–He olvidado esto, leelo cuando el avión haya despegado.–Apretó sus labios al darme un sobre con las palabras "para ella" plasmada en el frente.
Era su letra, no tenía ninguna duda. La miré con confusión y la mayor solamente elevó sus labios, posiblemente ella tenía sus razones para entregarme esa carta hasta ese momento porque así era Lisa.
Eche una última mirada por encima de mi hombro y sonreí al sentir esa paz que hace tanto no sentía a pesar de todo lo que había pasado.
Corea había revolucionado mi vida desde el primer momento, me había hecho amar pero también perder a las personas que quería. De alguna manera irme era una sensación agridulce, por una parte me sentía tranquila por alejarme de aquí y por otra, se quedaban mis recuerdos, esos que podría vivir con tan solo pasar por el lugar.

{...}
Acaricie con suavidad el sobre que Jisoo me había entregado,  lo que tenía grabado en el frente estaban haciendo eco en mi cabeza mientras lo veía con detenimiento. Era claro quien había escrito aquello pero no estaba segura sobre si me sentía lista para revelar su contenido.
Solté un fuerte suspiro que llamó la atención de mi compañera en la fila de asientos, una señor de al menos unos sesenta años por lo que se veía.
–¿Te encuentras bien, querida?–Preguntó en un tono verdaderamente dulce. Dejó caer sus gafas un poco para verme con atención.
–Sí...eso creo.–Sonreí de lado al mirarla.
–Creo que el problema radica en eso que tienes entre tus manos.–Señaló el sobre y se incorporó de mejor manera para  estar más cerca.
–Verdaderamente no sé que hacer.–Me permití ser sincera, hablar con alguien que no me conocía no era algo que hiciera comúnmente pero necesitaba alguien que no me conociera para hablar con libertad.–Mi novia dejó esto para mi y no sé si me siento preparada para leerlo.–Asintió al escucharme.
–Creo que si el amor de mi vida me hubiera dejado algo, estaría lista para escucharlo siempre.–Aconsejó con una sonrisa en su rostro.–Tienes suerte de que te haya dejado unas palabras, otros no contamos con esa suerte.
–Lo siento.–Pronuncié con cierta pena pero ella negó.
–Está bien, estaba resignada que en algún momento perdería a mi mejor amigo y amor de mi vida pero no tan pronto. Sé que él también se hubiera tomado el tiempo de hacer algo para mi si lo hubiera sabido.
Las palabras de la desconocida me habían alentado a leer aquello, de sentirme afortunada porque haya tenido el detalle de escribirme para despedirse y quedarme con posiblemente el único recuerdo físico que tenía de ella.
Mis manos temblaban ligeramente al rasgar el sobre y al encontrarme con un par de hojas amarillas, sonreí ampliamente con unas cuantas lágrimas corriendo por mis mejillas.
"Jennie.
Sé que probablemente me estés odiando, que me estés maldiciendo por decidir por ambas, por tomar las riendas de tu vida de una manera tan cobarde. Pero si queda un poco de amor en tu corazón hacia mi, te pido que me perdones.
No quería ser una cobarde pero tampoco quería sentenciarte a pasar los mejores años de tu vida esperando por mi, tampoco estaba dispuesta sacrificar mi libertad (aunque era lo correcto) si no estaba a tu lado.
Fuiste muchas cosas buenas dentro de lo malo, fuiste el ying dentro de mi yang y eso es algo que tengo y tendré muy presente siempre. No tuve tiempo de decírtelo proveniente de mi boca, pero te amo, te amo cada fibra que está en mi ser. Te amo desde antes de saberlo y así será hasta que volvamos a encontrarnos.
Si lo nuestro estaba destinado a pasar de todas las maneras posibles, sé que volveremos a encontrarnos en alguna de nuestras otras vidas, trata de no tardar en aparecerte que yo estaré esperando por ti en algún café de París o en alguna playa paradisiaca de Vietnam. Por favor, espera por mi. Trata de encontrarme cada día en el amanecer, en el atardecer, en las pequeñas cosas que yo siempre estaré presente en tu vida.
Sé que esta decisión ha sido un poco egoísta de mi parte y que he lastimado tu corazón, te he hecho derramar lágrimas y cuestionándote el porque lo he hecho, pero ten por seguro que con el pasar del tiempo todo volverá a la normalidad. Sé que duele porque ahora me está doliendo como el infierno. Me aterra la idea de dejarte en un mundo lleno de maldad pero tampoco puedo arriesgarte a lo que significa estar conmigo en una prisión mientras las personas importantes siguen libres.
¿Recuerdas cuando te dije que si algo te pasaba lo iba a remediar con mi propia vida? Quizás lo he tomado muy literal,  pero algunas veces cometemos locuras por amor.
Te amo.—Lisa.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora