Capítulo 15. Parte II

1.8K 238 14
                                    

{LISA} 

Sentir la calidez de su cuerpo y sus brazos rodeándome era algo extraño, se sentía bien pero al mismo tiempo era como si mi subconsciente me estuviera gritando que no merecía esto. Que no merecía la compasión de alguien cuando afuera había cientos de personas pasándola mal por mi culpa o por algo que indirectamente se relacionaba a mi. 

 Me quedé quieta, dejando que el olor de su cabello recién lavado entrará por mis fases nasales y relajará un poco mis músculos que estaban tensos por el calor del momento. Hacía tanto que no recibía un acto sincero como este, uno que verdaderamente me abrazará el sufrimiento que me atormentaba prácticamente todas las noches de mi existencia. 

Ella continuaba en la misma posición, no se movía y tampoco trataba de levantar mi ánimo con palabras que posiblemente ignoraría. Tomé aire para almacenarlo en mis pulmones para después soltarlo a modo de suspiro y cuando me sentí lista, me permití abrazarme a su anatomía. Habían pasado casi ocho años desde que me aísle a manera de protección y en todo ese tiempo no había permitido que nadie me tocará de esa manera, ni siquiera mis padres o personas cercanas a mi como Rosé. 

–Perdón.–Solté de repente cuando caí en cuenta de lo vulnerable que estaba siendo en sus brazos.–No tenía porque usarte como mi pañuelo de lágrimas. 

 –No me molesta.–Aseguró ella al separarse de mi e incorporarse a la misma posición en la que se encontraba anteriormente.–Te escucharé cuando quieras. 

 Y no sabía porque pero confiaba en ella, era como si quisiera contarle cada uno de mis problemas y que así entendiera el porque elegir este camino no era la mejor opción. No podía permitir que alguien más tuviera que lidiar con esto aunque mi padre lo ordenará, con Rosé ni siquiera pude llegar a intentarlo porque su padre era quien controlaba su vida pero ella tenía libre albedrío y podía tomar la mejor decisión, podía largarse cuando quisiera y olvidarse de nosotros y todo lo que significaba rodearse de esta basura. 

 –Cuando tenía casi quince años se me introdujo a este mundo.–Dije sin siquiera pensarlo demasiado, no quería callarme.–Al principio no hacía la gran cosa, ayudaba a mi padre con los ingleses por conocer el idioma y a hacer lo mínimo como pagar el sueldo de los empleados de seguridad y realmente llegue a pensar que así sería para siempre, que estaría ahí para hacer cosas simples pero no. Mi padre decidió que le servía más con la cabeza fría, actuando con rudeza cuando se necesitará porque total, la heredera al gran trono era yo y no necesitaban a alguien blando para seguir con su legado.–Estaba haciendo un gran esfuerzo por no largarme al recordar eso. 

 –Puedes detenerte cuando quieras, no necesitas darme explicaciones.–Jennie parecía consternada por lo que estaba diciendo y ni siquiera iba la mitad de la historia. Negué con suavidad y proseguí. 

 {FLASHBACK} 

–Observa.–Dijo mi padre mientras que uno de los tres gorilas golpeaban al pobre tipo, le destrozaban la cara cada que su puño impactaba en su contra. Tenía el rostro ensangrentado y sudaba del nerviosismo. 

–Dinos donde tienes ese maldito dinero.–Exigió el de mayor altura al levantar su rostro por sus cabellos provocando que nos mirará como si pidiera compasión por su vida. 

 –¡No lo sé!–Gritó con desesperación al verse acorralado entre los tres sujetos. Iban a propiciarle otra golpiza cuando su jefe los interrumpió. 

–Suficiente.–Me tomó por los hombros y me acercó hasta donde estaba la víctima de los hombres de mi padre.–Tienes que golpearlo.–Su frialdad no tenía comparación, me estaba pidiendo formar parte de aquel acto tan espantoso y que yo contemplaba con repulsión.–Hazlo. 

Sentía la presión de mi progenitor golpeándome con su mirada, rogando porque no lo dejará en vergüenza y solamente seguí sus ordenes sin siquiera tener idea de que hacer. El primer golpe hizo que mi mano doliera como el infierno y el segundo fue más suave, suficiente para hacer sentir orgulloso al gran jefe. 

 {...} 

–Me hizo golpearlo y después tuve que ver como lo golpeaban hasta que su cuerpo no resistía más pero tampoco dejaba de existir. Yo de verdad rogaba porque cada golpe que le propiciaban al extraño fuera el último y simplemente dejará de sufrir.–Recordaba aún sus quejidos y las risas de los victimarios cada que lo hacía.–No querían perder más tiempo, solamente hicieron que dejará de quejarse. 

 –¿Le dispararon?–Preguntó ella con cierta expresión de intriga en su rostro a lo que asentí como respuesta a su cuestionamiento. 

 –Esa noche lloré como nunca lo había hecho, no comí durante dos semanas y no quería salir de mi habitación pero claramente me veía obligada a hacerlo.–Las lágrimas volvieron a brotar en ese punto.–Jennie, mi vida se jodió a partir de ahí, no puedo salir de aquí aunque quiera. Desde que nací tenía marcado esto en mi destino y no puedo huir, no puedo abandonar lo que se decidió por mi pero tú si puedes. 

En el fondo sentía como se liberó un peso inmenso al hablar de aquello, era algo que tenía atorado en el pecho desde hacía tanto aunque por otra parte sentía vergüenza por haber soltado de una de mis traumas con alguien que anteriormente no me toleraba y viceversa. Si alguien me hubiera dicho anteriormente que algún día Jennie terminaría tomando el rol de mi terapeuta probablemente me hubiera reído en su cara pero ahora estaba en deuda con ella por tomarse el tiempo de escucharme y no juzgarme por aquello.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora