Capítulo 40. Parte II

1.3K 184 51
                                    


{JENNIE}

Respiré hondamente al escuchar la alarma. Me costó bastante conciliar el sueño con todo lo que estaba aconteciendo y tampoco era como si quisiera hacerlo por mi cuenta.

El día se había llegado, tenía que contener mis ganas de estrellar mi puño contra el rostro de Seok porque ahora sería considerado como una agresión a un agente policial y lo menos que deseaba ahora era lidiar con eso. Observe la camioneta completamente negra afuera de la casa de seguridad y sentí un hueco en mi estómago, ya no había nada más que hacer, estaban a punto de arrestar a Lisa, en cuestión de horas ella estaría siendo traslada a alguna prisión del otro lado del océano y no sabríamos cuanto tiempo pasaríamos sin verla.

–Jennie.–Mencionó Jisoo al descender del vehículo.–Estos idiotas no esperarán mucho, debemos irnos lo antes posible.

–Quisiera que todo esto fuera un sueño.–Mi voz se estaba quebrando, cada vez estábamos más cerca de que realmente sucediera eso que tenía que suceder sí o sí.

–Lo sé, cariño. Yo también quisiera que fuera un sueño.–Sus labios formaron una débil sonrisa y acarició de forma fraternal mi mejilla.–Venga, debemos irnos.

No dije nada y solamente asentí ante su petición para encontrarme al honorable agente que reposaba con esa expresión ególatra sobre su rostro.

–Buenos días, Kim.–Expresó él de la misma manera que demostraba en sus expresiones faciales.–Necesitamos saber donde está Manoban y Park para efectuar la otra detención simultáneamente.

–En el puerto.—Contesté de mala gana sin siquiera mirarlo pero podía apostar que ahora se había dibujado una sonrisa de satisfacción sobre sus labios.

–Muchachos, dividan los equipos.–Habló por uno de los radios que colgaban de su pantalón.–Beta va para la residencia donde están los socios y alfa viene con nosotros al puerto.

–Copiado, capitán.–Dijo una voz rasposa desde el otro lado de la línea mientras se escuchaba que daba las mismas ordenes que Seok.

El camino era eterno para mi pero tampoco quería llegar a nuestro destino, no sabría como reaccionaría al ver a Lisa esposada y trasladada como si verdaderamente fuera una mala persona. Solté un suspiro al entrar a la calle que conocía perfectamente, era la que te acercaba al muelle por la vía rápida y sabía que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre.

–Vemos un Camaro modelo antiguo casi al final del lugar, vidrios polarizados y al parecer hay dos personas adentro.–Soltó el tipo que daba la información por el radio, ellos por venir tres coches adelante de nosotros podían tener más acceso a la visibilidad del lugar en instante. Por la descripción sabía que se trataba del auto que conducía Rosé para las carreras.

–Hay que aproximarse a una distancia de dos cientos metros y ordenar que bajen del auto.–Respondió con seriedad para posteriormente quitarle el seguro a su arma.

–¿Estás loco? Ellas ni siquiera han mostrado que se trate de una trampa.–Lo tomé de la muñeca con fuerza y él la sacó con las mismas ganas mirándome con cierta molestia.

–No puedo confiar en ellas, tenemos que estar preparados para cualquier cosa.–Sabía que estaba buscando la mejor excusa para simplemente dispararle en cualquier momento.

Cada camioneta obedeció las instrucciones previamente dadas y se colocó a una distancia considerable, aguardando al siguiente paso.

–Lalisa Manoban, Roseanne Park, están rodeadas.–Uno de los sujetos habló por un parlante mientras el resto apuntaba sus armas hacia el vehículo.–Salgan con las manos en alto y en caso de portar armas pueden dejarlas en el piso.

Esperaron al menos cinco segundos pero debían actuar con rapidez, no podían darle ventaja en cuestión de tiempo cuando podía significar algo a su favor. Seok hizo una seña con su dedo y entonces empezaron avanzar para hacerlas bajar por la fuerza.

–¡No seas cobarde y no dispares!–Grité al bajarme del auto a pesar de que Jisoo no quería que lo hiciera.

–Debes mantenerte al margen, Kim.–Indicó Seok en un tono de seriedad y se acercó tres pasos por detrás de sus hombres encañonando su arma hacia el frente.

Me quedé en silencio viendo lo que acontencía en cámara lenta, los sujetos actuaban con cautela y determinación, a la menor provocación no dudarían en abrir fuego para terminar con todo a su paso, pero no fue así.

Cuando los hombres del servicio de inteligencia estaban a punto de rodear el auto, un estruendo hizo sacudirnos. No quería ver lo que había sucedido, no quería encontrarme con lo que mi mente me decía que estaba pasando pero era inevitable no hacerlo.

Al fijar mi vista en el frente me encontré con una escena devastadora, casi apocalíptica. Ya no existía un vehículo, ahora todo estaba cubierto en llamas y algunos de los agentes yacían en el suelo heridos.

–¡No! ¡No!–Grité desde el fondo de mi garganta mientras las lágrimas corrían con velocidad por mis mejillas. Quería correr hacia el lugar pero entonces la mayor me sostuvo entre sus brazos para evitar que lo hiciera.–Dime que es un error y que ellas no estaban ahí.–Deseaba que ella me respondiera y me asegurará que efectivamente aquello no era cierto, pero guardó silencio para confirmarme que ellas estaban ahí en el momento de la explosión.

–¿Lo sabías, Kim? ¡¿Sabías de su maldito plan?!–Seok me sujetó con fuerza de los hombros y me hizo verlo directamente a sus ojos que expresaban furia.

–¿Crees que yo hubiera permitido que esto pasará?–Me quité de su agarre y entonces golpee en repetidas ocasiones su pecho con fuerza.–¡Te odio! Carajo, no sabes cuanto te odio. Tu familia mató a mis padres y tú te encargarste de destruir al amor de mi vida.

–¿De qué carajos estás hablando? Ella se buscó todo esto, ella fue la criminal y no yo.–Soltó con rabia y entonces mi mano se estampó contra su mejilla, volteando su rostro levemente.

Apreté mis labios al mirarlo fijamente y él sostenía la mirada de forma pesada, no podía dejar de llorar y sentir una presión en el pecho al pensar que Lisa había preferido acabar con su vida antes que pasar algunos años detrás de unas barras de metal y cuatro paredes con una hora de sol al día.

El metal del auto seguía ardiendo y nadie hacía nada para verificar si las personas que estaban dentro estaban vivas aunque la posibilidad fuera remota. Me solté del agarre y corrí con velocidad para acercarme a la zona de desastre, todo era fuego y ni siquiera podía ver al interior para tener la seguridad de que ya no había nada que hacer.

Me derrumbe en ese momento, caí al suelo con la vista nublada por mis lágrimas. Era como si me vida se hubiera ido al carajo en menos de tres segundos, se destapó la herida de la muerte de mis padres y ahora tenía que cargar con la imagen de ver morir a Lisa literalmente en mis narices.

–No hay nada que podamos hacer.–Mencionó Jisoo detrás de mi al tocar mi hombro con suavidad. Ella parecía estar aguantando las ganas de llorar y mantenía la calma un poco mejor.

–Ya no está, Lisa ya no está.–Muy a penas pude articular esas palabras, el nudo en mi garganta me estaba ahogando.

Su boca no emitió algún sonido y solamente se colocó a mi lado, dejando que llorará lo necesario junto al fuego que se iba consumiendo con velocidad. No entendía porque lo había hecho, me cuestionaba el por qué de sus acciones y el por qué habría preferido abandonarme antes de enmendar sus errores tal como lo había dicho anteriormente.

Lloré hasta que sentí que no quedaba más dentro de mi pecho, hasta que la última lágrima había salido de mi cuerpo para expresar el dolor que sentía por perder al amor de mi vida, a la mitad de mi vida.

Lisa me había enseñado muchísimas cosas, me había enseñado amar pero nunca me preparó para el estar sin ella. 

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora