Capítulo 44. Parte I.

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{JENNIE}
–Jennie.–Escuché a lo lejos la voz de Jisoo mientras sentía que me sacudía levemente.
–¿Me he quedado dormida?–Pregunté un poco agitada al abrir los ojos de golpe y encontrarme con la cruda realidad, todo había sido producto de mi imaginación.
–Sí.–Una mueca se formó en el rostro de la pelinegra.–Y al parecer tu sueño estaba significando algo.
–Quizá sea el cambio de horario, ya me había acostumbrado a las quince horas de diferencia.–Me eleve de hombros y me estire posteriormente.
–¿Y qué soñabas?
–Algo imposible.—Recobre la compostura y solté un suspiro pesado.–Soñé que me encontraba con Lisa.
–Ya veo.–Pronunció ella sumergida en sus propios pensamientos.–Ha sido solo un sueño.
–Sí, solo ha sido un sueño.–Me repetí a mi misma para convencerme que aquello era imposible y tenía que sacarlo de mi cabeza.–Un sueño.
–Si la tuvieras frente de ti, ¿tuvieras algo que reclamarle?–Cuestionó al levantarse por una bebida del refrigerador del lugar.
–Creo que estaría feliz de verla, pero también quisiera reclamarle el hecho de que me mintió. Estaría mejor si pudiera verla aunque sea una vez a la semana entre un par de barrotes de acero que visitarla en... bueno, ya sabes.
–La mente de Lisa fue un misterio hasta el día de hoy.–Ofreció una botella de cerveza oscura, la cual aunque no bebía alcohol de manera frecuente, hoy sentía que lo necesitaba.
–Supongo.–Dije de manera seca y lleve hasta mis labios la botella para poder degustar el amargo liquido.
–Venga, tenemos que salir.–Dejó su bebida en la mesa y tomó mi muñeca para así obligarme a levantarme, entre dientes acepté.

{...}
No sabía que traía entre manos, en realidad tenía unas actitudes un tanto extrañas para mi gusto. Hablaba muy poco y cuando le cuestionaba de que se trataba el motivo de nuestra visita a Vietnam, simplemente ignoraba el tema.
–¿Ahora vas a decirme por qué estamos aquí o volverás a callarte?–Pregunté cansada de sus actitudes y de que me trajera de un lado para otro sin rumbo fijo.
–No puedo decirte.–Me miró como si estuviera pidiendo disculpas y después esquivó mi mirada.–Aún.
–Es que no puedo creer que me traigas al otro lado del mundo y ni siquiera me digas una sola palabra cuando se supone que ya estamos aquí.
–Porque no me corresponde a mi.–Echó sus manos hacia adelante como señal de desesperación y ahogó un grito en su garganta, lo que desató un poco de angustia en mi.
–¿Y entonces a quien le corresponde?–Escupí con cierta molestia, pero de nueva cuenta ella guardó silencio.
–A mi.–Una voz sonó a mis espaldas y sentí como una corriente eléctrica recorrió toda mi anatomía.
Tenía miedo de volver a estar soñando y quedarme estancada con su recuerdo, que todas las noches me invadiera esa necesidad y deseo de que todo lo que ocurrió fuera más que un mal sueño y que ella continuará abrazándome por la cintura, sin tomar aquella decisión que me ha atormentado desde hace trescientos sesenta y cinco días y que no planeaba detenerse porque mi corazón se sentía herido por su partida.
Reuní el valor necesario para darme la vuelta y encontrarme con su figura parada firmemente sobre la arena del mar. Su expresión era seria, sus labios estaban apretados y aunque había pasado tiempo seguía luciendo exactamente igual aunque posiblemente su cabello había sido cambiado de color.
–Esperaste un año para aparecer.–Solté con una mezcla de tristeza y rabia entre mis palabras, ella agachó su cabeza.
–Lo sé.–Fue lo único que salió de sus labios, intentó tomarme de la mano pero yo la quité apresuradamente.
–Te ha costado un jodido año aparecer para decir 'Hey, Jennie, disculpa por haberte hecho sentir miserable por todo un año'.–Sentí como las lágrimas empezaban a caer sin ningún aviso previo por mis mejillas y ella imitó el gesto.
–Lo siento.–Acortó la distancia entre ambas al dar un paso al frente.–Toda la maldita agencia de inteligencia te tenía vigilada, lo harían hasta que no representarás un peligro.–Intento acercarse un poco más, pero nuevamente me negué al retroceder un paso.
–¿Y no pudiste simplemente llevarte conmigo?
–No.–Negó.–No fue nada fácil dejarte, más tener que hacerte sufrir de esta manera tan cruel pero si nos reuníamos pronto todo iba a salir mal, te vigilaron hasta que vieron que tu establecimiento en Colombia era algo serio y no algo para despistarlos.
–Pudiste encontrarme allá.
–Ojalá todo hubiera sido más sencillo.—Junto nuestras frentes apesar de mi resistencia y su aliento chocó con mi barbilla y parte de mis labios.–Te juro que no hubo una noche en la que no pensará en ti, en la que deseaba haberte conocido en condiciones normales y no haber tenido que pasar por todo esto antes de poder estar juntas de nuevo.
–No hubo una noche en la que no le llorará a tu recuerdo, en la que tuviera obligarme a dormir para no pensar en ti. Quisiera borrarme la memoria para pretender que jamás te fuiste y hacer las cosas más sencillas.
–Sé que lo he arruinado, pero lo hice por ti. No lo he hecho por mi, de alguna manera estaba más que resignada a que iba a terminar ahí o con una bala en algún lugar de mi cuerpo pero después de conocerte no pude concebir la idea de vivir sin ti y morir sin al menos haber compartido un tiempo contigo.–En ese punto su llanto era más intenso, le costaba articular las palabras y la sinceridad hablaba por ella.
–Te hubiera ayudado, Lisa. Si pensabas que por haber pertenecido a esa maldita dependencia te podía delatar, estabas muy equivocada y al parecer no confiaste en mi.–Estaba siendo muy dura, pero me encontraba verdaderamente lastimada por lo que había pasado. Se sentía como si su confianza no existiera en mi debido a mi pasado y aunque no la culpaba, tampoco podía quitarme esa idea de mi cabeza.
–Y no es que no confiará en ti porque verdaderamente lo hago, de haberlo sabido no podría haberme despedido de ti.–Soltó arrastrando la desesperación al no saber que más poder hacer.–No hubiera soportado un solo minuto sin hablarte, saber que estabas haciendo o si estabas pensando en mi de la misma manera en la que yo pasaba las horas haciéndolo. Hubiera jodido todo por estar contigo, por lo que siento por ti. Esa fue la única manera de que funcionará para todos, de contenerme un poco ante la necesidad de aparecer en tu vida otra vez aún cuando las cosas estaban turbulentas.
No dije nada, simplemente la observé fijamente mientras las lágrimas iban nublado mi vista. Jisoo había presenciado toda la escena pero tampoco podía hacer mucho, ella estaba involucrada en su plan y por supuesto me sentía herida también por su parte.
–Creo que necesitas darle espacio, Lisa.–Dijo la mayor al romper la tensión. Ella asintió dándole la razón y limpió las lágrimas con sus dedos.
–Al menos vayan a casa, cuando tú decidas hablar conmigo estaré cerca.
No podía negarme ante su propuesta, estaba dividida entre mis sentimientos. Quería decirle que la odiaba por dejarme sola pero por otra parte anhelaba por su compañía. No podía gritarle que la odiaba porque no era verdad, pero podía callarme al estar aunque sea cerca de ella.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora