Capítulo 34. Parte II

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{LISA} 

–¿No podíamos quedarnos viendo películas en Netflix con un montón de palomitas y pizza?–Pregunté al ver la cantidad de personas esperando por entrar al lugar. Jennie había tomado mi mano para caminar entre la multitud siguiendo a Rosé que se empeñó a llegar hasta la entrada sin importarle el orden de las personas.

 –Roseanne Park.—Indicó con una voz segura de si misma y una amplia sonrisa como si hubiera hecho aquello millones de veces anteriormente. El gorila que custodiaba la entrada no movió un solo músculo de su rostro y simplemente tiró de la cadena para permitirnos pasar.–Gracias, Hugo. 

 –¿Qué fue eso?–Preguntó Jisoo en voz alta por el volumen de la música y la rubia solo se elevó de hombros. 

 –He venido un par de veces durante las vacaciones familiares, no planeaba quedarme a ver películas navideñas mientras todo el mundo se divertía.–Aquello claramente era una indirecta para mi. Ella sonrió suavemente al verme para intentar joderme pero yo hice mi mejor esfuerzo para sonreír hipócritamente al elevar mi dedo para hacerle la señal que todos sabían que significaba. 

 –Bueno, genia y maestra de la diversión puedes guiarnos hasta una mesa que no pienso pasarme la noche literalmente en la entrada.–Asintió sin decir nada y empezó a direccionarnos hasta las escaleras que dirigían hasta la planta alta.

 Tenía vista a todo el lugar y en especial a la pista de baile, una barra privada y dos personas para nuestro servicio.

 –¿Estos lugares son así siempre?–Preguntó cerca de mi oído Jennie, simplemente me eleve de hombros ante su respuesta. 

–Supongo, no tengo experiencia en esto.–Ella sonrió como si hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo y se sentó en mis piernas, lo cual me hizo sentir un tanto nerviosa.

 –Es mi primera vez aquí.–Mencionó observando meticulosamente cada rincón. 

 –¿También me harás ir a bailar entre toda esa gente?–Señalé hacia la pista con mi barbilla, ella por su parte amplió su sonrisa al escucharme y colocó sus brazos alrededor de mi cuello.–Está bien, puedo intentarlo. 

 No tardó nada en estampar sus labios de una manera suave sobre los míos y empezar a moverlos de la misma manera. A pesar de todo ese ruido y las personas gritando por la euforia del momento aún parecía que solamente éramos ella y yo entre esas cuatro paredes y las luces neón. 

 {...}

 –Venga, vamos a brindar.–Dijo la mayor de nosotras al alzar su copa con el líquido espumoso al cual estaban acostumbradas nuestras papilas gustativas. 

 –Por el presente y el futuro.–Se adelantó Jennie ante cualquier deseo de las demás y cada una de nosotras concordó con ella, asintiendo y haciendo el brindis por lo alto.

 Al chocar la cristalería fue como si algo se reiniciará en cada una, la música sonaba más alto y empezamos a dejarnos guiar por el ritmo. Yo no acostumbraba a bailar pero de alguna manera se me daba bien, en ese momento con tanta adrenalina, euforia y serotonina producidas en niveles industriales no me importaba quien me estuviera viendo o la manera en la que actuaba, me sentía como alguien de la edad que no tenía más preocupaciones encima. 

 –Señoritas.–Indicó uno de los meseros al aclarar su voz, tenía una botella que por su etiqueta era una de las más costosas que se vendían en el país.–Se las envía Wohnn. 

 Conocíamos a ese sujeto por los negocios que mantenía con la organización pero nunca habíamos sido unidos o mantenido una conversación que pasará de un saludo cordial y una despedida después de brindar por el éxito de un negocio cerrado. Él estaba en algún otro privado. 

–¿Deberíamos agradecerle personalmente?–Preguntó Rosé al mirar hacia el pasillo que dirigía al lugar donde se encontraba nuestro financiador de alcohol costoso. 

 –Supongo, es lo que se espera que hagamos.–Tomé uno de los caballitos de tequila y dejé que cruzará mi garganta en menos de tres segundos, dejándolo en el mismo sitio. 

 –Es lo último que haremos referente a lo que se espera de nosotros.–Soltó Jisoo que ya estaba sintiendo los estragos de combinar varios tipos de licor, agradecí por su manera de hablar en ese instante. 

 –Quédate aquí, no volveremos a ver a esas personas y no vale la pena que te involucres con ella.–Coloqué una de mis manos sobre sus mejillas que estaban tibias por el furor de la fiesta y ella sonrió de lado, mirándome atentamente. 

 –¿Tienes miedo que pongan sus ojos sobre mi?–Una risa se escapó de mis labios y negué con suavidad ante su comentario, lo cual desató un pequeño puchero en ella. 

 –No tomes nada y si se acerca alguien solamente menciona mi nombre, lo pensarán dos veces antes de molestar.–Dejé un corto beso sobre sus labios y acaricie con gentileza su piel. No quería ser dependiente de ella pero estábamos construyendo un recuerdo juntas y quería mantenerme con ella, atesorarlo en mi mente para siempre. 

 –Te hiciste buena fama.–Dijo ella en un tono alto al dirigirme hacia la puerta del privado, lo cual me hizo sonreír. 

 No podía comprender como alguien podía hacerte tener esa expresión tan tonta en el rostro o podía hacerte reconsiderar toda tu vida, cada una de tus decisiones para que ella encajará perfectamente en tus planes. 

 Jennie había logrado que pusiera en pausa mi acelerado ritmo de vida, que disfrutará de las burbujas depositadas en mi copa combinadas con sus besos y que contará los segundos por dejar de cumplir con mis obligaciones sociales como la imagen actual del negocio para volver estar con ella.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora