Capítulo 33. Parte II

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{LISA} 

Me sentía como una persona totalmente nueva después de ese reconfortante sueño de más de ocho horas. Mi vida cambió hace algunos años en un abrir y cerrar de ojos, hoy lo había vuelto a hacer justamente de la misma manera, casi literalmente hablando. 

 –Buenos días, señorita y Rosé.–Llamé la atención de ambas chicas que almorzaban en el comedor principal, claramente la rubia volteó sus ojos ante mi comentario. 

 –¿Un camión te ha pasado por encima o algo así?–Preguntó Jisoo alzando las cejas, definitivamente querían llegar al punto. 

 –O quizás tuvo la genial idea de devolverse caminando desde el restaurante para bajar la comida.–Ninguna de las dos pudo aguantarse la risa, era increíble como ambas compartían la misma neurona. 

 –Que graciosas, de verdad no puedo contenerme.–Expresé sin mover un solo músculo de mi rostro. Tomé uno de los panes del centro de la mesa y lo lleve hasta mi boca para darle un mordisco.

–He dormido más de ocho horas.–Ninguna de ellas se inmutó por lo que dije, seguramente todos estos años estuvieron enteradas pero gracias a mi humor no habían querido decir ni una sola palabra.–¿Lo sabían? 

 –Eh...–Alargó Rosé titubeante.–No era un secreto, más cuando compartíamos cama alrededor de trescientos cuarenta días de los trescientos sesenta y cinco que tiene el año.

 –Tu mamá y Hae siempre expresaron su preocupación, pero pidieron discreción por miedo a tu reacción.–La mayor me dedicó una mirada al cortar un poco de su comida. Yo negué con suavidad.

 –Era algo que me atormentaba a diario, no podía hablarlo con nadie.–Me costaba más hablarlo con ellas.–A veces deseaba cerrar los ojos por el tiempo que lo hacía y simplemente no volver a ver la luz del día. Hice tanto daño a personas que quizás ni se lo merecían que esa era la manera en la que mi conciencia me castigaba, era la penitencia que tenía que pagar. 

 –No eres la persona que fuiste ayer, no serás la persona que eres hoy.–La rubia no lo sabía, pero me había dado el mejor consejo. 

 –Es por eso que necesito hablar con ustedes y hacerles saber mi decisión.–Me relaje en el asiento que había tomado previamente y solté un suspiro.–Voy a dejar el negocio. 

 Sus rostros parecían tranquilos, no tenían una pizca de molestia y en cierta manera lucían felices con la noticia. 

–Somos un equipo.–Indicó la chica con cabellera ligeramente dorada con una sonrisa.–Estamos en esto juntas o no lo estamos. 

 –Vamos, esto nunca ha estado en nuestra lista de deseos. No pertenecemos aquí.–Mencionó con una sonrisa la mayor.

–Tenemos que arreglar todo antes de irnos, no sé que alguien se quede con el negocio o simplemente disolverlo. 

 –Dejaré las cartas sobre la mesa, ellos deciden que hacer y como distribuirse el poder.–Acaricie ligeramente mi barbilla al verlas cortamente.

 –¿Qué es lo que harás después de renunciar?–Cuestiono Rosé al tener un brillo sobre sus ojos, jamás imaginé que la idea de abandonar todo por lo que nuestros padres habían luchado. 

 –No lo sé, quizás simplemente disfrutar a cuenta de todos los años que perdí.–Asintió ante mis palabras.–¿Ustedes? 

–Me gustaría trabajar en algo relacionado a la música o la pintura, hay tiempo para pensar en eso. –Creo que estudiar otra carrera relacionada con las artes o la comunicación.–Las tres formamos una sonrisa en nuestros labios. 

 –Sea lo que sea, tenemos que apoyarnos. 

 Habíamos crecido juntas, desde que nacimos nuestros padres ya tenían elegido nuestro destino y decisiones. Por primera vez teníamos la oportunidad de elegir por nosotras, saber que era lo que queríamos hacer o no por el resto de nuestras vidas.


Se viene maratón de doble capítulo porque se lo merecen por tanto bonito recibimiento.

Ghostin (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora