NUESTRO RUT.7/FIN

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Isaac se despertó, la luz se asomaba en la ventana, se dio cuenta que estaba abrazando a su alfa, sonrió y enterró nuevamente la cara en pecho de su esposo... Era bonito estar así con su esposo, se sentía tan bien, estar ahí con él... Parecía que los dos estaban solos en el mundo. El pelinegro lo miro y le dio un pequeño beso en los labios y vio como como su alfa sonrió y abrió esos bellos ojos azules que le encantan.

Isaac: Buenos días Félix.

Félix: *regresándole el beso* Buenos días Isaac, ¿qué tal dormiste?

Isaac: Muy bien, pero me duele todo el cuerpo ¿y de quién crees qué es culpa?

Félix: Soy culpable de que gimas y goces como loco cada vez que hacemos el amor.

Isaac: -///- Carajo contigo.

Félix: ¿Llamare a mi abogado por los cargos que me acusas mi amor?

Isaac: Lo que vas hacer, es que me vas a llevar al baño para que tome una ducha.

Félix: ¿Tan temprano y ya me mandas?

Isaac: ¿No me vas a llevar? ¿En verdad?

Félix: Sabes que no te puedo decir que no *besándole*

Félix se paro y cargo a su omega, sentía mucha emoción, su omega en sus brazos, que lo dejara cárgalo era maravilloso y sentía que era el alfa más afortunado en el planeta, el omega mas maravilloso del universo, era suyo.

Isaac se sentía muy consentido, era bonito que su alfa a lo cuidara así, se sentía amado, protegido y feliz, tenia sus brazos alrededor de su cuello, solo la miro y lo beso con amor y fue correspondido. Cuando entraron al cuarto de baño, no tenían una bañera como en su mansión, pero tenían una regadera bastante amplia, ambos entraron y el alfa empezó abrir el agua caliente para poder bañarse.

Félix: *viendo a Isaac* ¿qué pasa?

Isaac: Que eres maravilloso, eso pasa.

Félix: Isaac... Sabes qué consecuencias traerá eso *viendo las marcas por todo el cuerpo que tenía su omega*

Isaac: ¿Te duelen las mordidas que te hice?

Félix: Quien debería de preguntar eso soy yo.

Isaac: No me duelen.

Félix: ¿Entonces puedo dejar otra?

Ambos se quedaron mirando y se empezaron a reír, solo se bañaron, cuando salieron del baño y vieron el desastre de la cama, Isaac solo quita la ropa de cama, mientras Félix sacaba sabanas y cobijas limpias. Ambos tendieron la cama, era algo que hacían normalmente cuando estaban ahí, era como vivir la vida de pareja sin hijos que no pudieron vivir antes, ambos estaban en toallas cuando se acostaron nuevamente en la cama.

Isaac: No podemos quedarnos todo el día en las toallas...

Félix: Si podemos.

Isaac: Félix, por algo empaque, ¿Dónde está la maleta?

Félix se paro y fue al armario, ahí estaba la maleta que había empacado Isaac, la puso sobre la cama y la abrió. Ambos tomaron un bóxer, una camisa, para estar más cómodos.

Félix: ¿qué quieres hacer amor?

Isaac se sentía todavía adolorido, pero extrañamente cómodo, extraña a sus bebés, pero también estar ese tiempo a solas con su alfa es muy agradable, solo lo observa y sonríe.

Isaac: Comamos algo y luego paseemos cerca del lago, ¿sí?

Félix: Suena bien, ¿cómo una cita?

Isaac: ¿se pueden tener citas con su esposo?

Félix: *viendo a Isaac y tirándolo a la cama* podemos tener las citas que queramos, no solo soy tu esposo, soy tu alfa, tu confidente y compañero.

Isaac: *abrazándolo del cuello* Y eres padre alfa más genial y guapo de dos hermosos hijos, que por cierto no les hemos hablado.

Félix: Pues tu eres el padre omega más sexy del mundo, hay que hablarles.

La pareja solo tomo el teléfono para llamar a sus dos calabazas que lo mas seguro es que esperaban noticias impacientes de ellos. Hablaron con ellos por un buen rato, Félix se recargado en la cabecera y abrazo a Isaac por los hombros, haciendo que se recargara en su cuello, platicaron con ellos por dos horas, escuchando todo lo que habían hecho mientras ellos no estaban, ambos estaban felices de escucharlos. Cuando iba a terminar la llamada, dijeron que volverían pronto.

La pareja se arregló y salieron de la casa, fueron a comer algo en un restaurante local, salieron de ahí y empezaron a caminar hacia al lago, empezaron a caminar en las orillas y observaban el paisaje tomándose las manos.

Félix: No es tan paradisiaco como una isla, pero realmente es bonito.

Isaac: ¿En verdad comprarías una isla para solo nosotros dos?

Félix: Claro, ¿la quieres?

Isaac: *negando con la cabeza* Esto es perfecto Félix, es nuestro pequeño paraíso y eso me hace muy feliz *sonriéndole*

Félix: El único paraíso que existe eres tu

Félix abrazo a su omega y lo beso con ternura, sintió como si pelinegro lo tomo de los hombros y le correspondía el beso. Disfrutarían ese tiempo juntos, antes de volver a su vida cotidiana, llena de risas de sus hijos y ballenas que alimentar.

Fin. 

CORTOS  BASADOS EN LA NOVELA DE DEAR BENJAMÍN Y7 LOVE BENJAMÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora