Mi omega

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Cuando el rubio mayor abrió los ojos, parpadeaba varias veces para poder acostumbrarse a la luz del sol que estaba entrando por las ventanas, se quería mover para salir de la cama, pero sus ojos miraron que su Isaac estaba dormido sobre pecho, estaba acurrucado ahí, podía sentir ahora mejor el peso del bello hombre que tenía encima de su cuerpo, uno de sus brazos lo tenía abrazado por la cintura y con su otra mano empezaba acariciarle la espalda desnuda. Tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro, podía sentir en el ambiente las feromonas omegas y alfa que aún estaban ahí... Fue una noche excitante y maravillosa, solo de recordarla se puso más feliz y abrazo a su esposo.

Pero ¿qué paso exactamente?

Isaac había estado inquieto porque Félix había estado llegando a casa con feromonas omega, que no eran las suyas, pero no se sentía capaz de preguntar o hacer algún comentario sobre el tema... Estaba casado y enlazado a él, ¿por qué tanta preocupación?... ¿por qué tanta molestia?... El pelinegro suspiro y siguió trabajando con sus macetas, estaba regándolas y los pensamientos negativos estaban asechando su mente.

Isaac: Deja de pensar cosas sin sentido... Es normal que Félix conviva con más personas y entre ellas debe de haber omegas...Omegas bonitos...

Isaac cerro los ojos y dejo de regar sus macetas... Era cierto, que aún tenía desconfianza... Desconfianza en su persona, el rubio era encantador con él, siempre le dije que lo amaba, se lo demostraba, pero...

En esos momentos sus pensamientos fueron interrumpidos cuando justamente llego un cliente, un chico bajito, delgado, su cabello era castaño, su piel se veía suave, se veía estético... No era tan bello como Noah, pero se veía estético. Isaac lo miro fijamente y el chico también lo observo.

Chico: Hola

Isaac: Disculpe, ¿en qué le puedo ayudar?

Chico: Vi que estabas regando unas macetas con flores, ¿las vendes?

Isaac: Claro, pero tengo otras aparte de esas, puedo hacerle también ramos de alguna flor que ves aquí, ¿para que lo necesitas?

Chico: Es para regalo... ¿Tu qué flor le darías a tu novio?

Isaac: Pues...

Sin darse cuenta Isaac sonrió y dirigió su vista hacia unos girasoles que tenía en la entrada.

CORTOS  BASADOS EN LA NOVELA DE DEAR BENJAMÍN Y7 LOVE BENJAMÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora