Los celos de mi omega.

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Aparte del negocio de las armas, el magnate Félix Felice también a su lista tiene diferentes negocios a su disposición, como hoteles, restaurantes, bares, burdeles, tiendas. Había de todo un poco en su haber, realmente a lo que a Félix le gustaba era su laboratorio y comercio de armas, siempre le encanto y fascino, no por nada la mayor parte de su fortuna viene de ese negocio, incluso después de casarse y tener dos hermosas calabazas, le sigo dando una cabida especial a su negocio favorito, tener familia le estaba costando y no era nada barato, y más el estilo de vida que quería que llevaran, entonces fue más dedicado en sus negocios... Pero de manera real, nadie había creído que el insaciable alfa dominante realmente estuviera casado, según varios allegados al mismo, decían que se podía coger a 4 betas en una noche y no quedaba satisfecho, incluso las malas lenguas decían que había dejado de coger con mujeres porque las lastimaba muy rápido así que se arto... Lo que, si era raro, es que desde hacía algunos años ya no había estado apareciendo en sus negocios para calmar su hambre de carne y placer, seguía cobrando las ganancias, seguía invirtiendo y veían a Tony debes en cuando o alguno de los apoderados del alfa para ver como marchaban los negocios, pero ¿Dónde estaba Félix?

Pues...

Isaac: ¡Félix! Ah, ah... Más, dame más...

Félix: *mordiendo su marca de enlace* Mi amor deja de apretarme tan rico.

La pareja Felice está en su closet, el rubio se había salido de bañar cuando encontró a su amado Isaac solo con los boxers puestos, el pelinegro estaba buscando una playera para ponerse su camisa, pero cuando menos se dio cuenta Félix lo había asaltado con un beso apasionado, acorralándolo en una pared, donde empezó a subir la temperatura gracias a que el mayor empezó acuciar las piernas y el pecho, clavando sus dientes en su hombro y empezando a mover sus caderas contra las de su esposo, dejando caer la toalla que cubría su escultural cuerpo. Cuando hubo contacto visual, Isaac empezó a bajarse la ropa interior, pero su esposo se deshizo de esa prenda estorbosa, haciendo que sus penes se juntaran, masturbándose juntos. Félix le excitaba demasiado ver su omega con la cara roja, su expresión llena de placer y cuerpo temblando, no podía aguantar las feromonas omegas que le invadían y lo exigían.

Isaac siempre que está en los brazos de su alfa siente que el éxtasis lo embriaga, que ya se había corrido, mientras sentía como el pene de su alfa seguía caliente y palpitando, lo abrazo del cuello y con un pequeño salto había enredado sus piernas en la cadera de su compañero, dándole a entender que entrara en él, que lo deseaba tanto como que ya lo quería dentro... Félix sonrió y se dio cuenta que su hermoso Isaac estaba deseoso de él, tomo sus glúteos y los expandió para poder tocar su agujero que estaba ya lubricado y dispuesto a recibirlo. Y así lo hizo, metió su grueso y palpitante pene en su compañero que lo recibió tan bien y de manera tan rica, que el alfa jadeo y empezó a morder los pezones que aclamaban su atención mientras empezaban sus embestidas contra ese cuerpo tan hermoso que solo hacía que se emocionara como si fuera la primera vez que lo tocara.

Isaac: Félix, ahí, es muy rico Félix....

Félix: Es delicioso Isaac, eres tan delicioso, carajo, ¿qué me has hecho?

Isaac: *viéndolo con deseo* Amarte...

Las pupilas del alfa parecían más dilatadas, cuando escucho la confesión de su omega, solo empujo con más vigor haciendo que Isaac temblara y mordiera el hombro de su rubio, mientras se sostenía de él para no caer mientras sentía esas embestidas que realmente lo llevaban a la cima del placer. Ya era la segunda vez que Isaac se corría y seguía besando a su rubio con hambre, podía sentir como las feromonas alfa lo marcaban nuevamente, no importaba cuantas veces estuvieran haciéndolo, siempre quieren marcarlo, entran a su cuerpo y hacen que gima con placer y desespero sin importar cuantas veces lo hagan, lo reclaman y saben que Isaac le pertenece, pero seguirá haciendo lo mismo porque no quiere nadie cerca de su omega.

Isaac gimió con fuerza y tembló cuando sintió como Félix había eyaculado en su interior, haciendo que su cuerpo solo se pegara más a su alfa, se sentía tan bien pero tan extenuado, que trataba de respirar lo más normal posible, pero era imposible teniéndolo cerca, era su droga, mientras más tiempo ha estado con su rubio, más adicto se ha hecho a él y Félix lo sabe.

Isaac: *viéndolo*... Se nos va hacer tarde...

Félix: *besándole el cuello* Es inevitable que te coma cuando hoy toca... Me tienes hambriento de ti y sé que se nos hará tarde, pero te ves demasiado sexy.

Isaac: Llévame al baño...

Félix: *besándole la cabeza* Esta bien.

Isaac seguía abrazado como koala a su alfa, pero ahora sentía como el semen empezaba escurrir por sus piernas... Félix era muy feliz cuando tenía la oportunidad de cargar a su omega, además que se deleitaba manoseando descaradamente a Isaac pero era vergonzoso para el pelinegro y ahora tendrían que correr para ir a trabajar, lo bueno es que sus niños estaban en la escuela, pero ahora Félix estaba besándolo en la ducha, era imposible resistirse a su hermoso esposo. 

CORTOS  BASADOS EN LA NOVELA DE DEAR BENJAMÍN Y7 LOVE BENJAMÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora