Los celos de mi omega 6

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Isaac estaba hablando con Noah para saber cómo estaban las cosas haya y su cuñado le dijo que todo estaba tranquilo, los bebés dormidos y su mamá también estaba bien, solo se había a parado a tomar agua, pero todo estaba tranquilo...

Noah: Rambo, ¿pasa algo?

Isaac:heee... ¿por qué?

Noah: Te escuchas raro... ¿qué tienes? ¿paso algo haya? ¿nos vamos a Italia y dejas al imbécil del animal?

Isaac no pudo contestar cuando sintió como Félix le había quitado el comunicador del oído y se puso el comunicador con cara de querer asesinar a Noah.

Félix: Escucha enfermo de mierda, nadie se va ir a Italia, así que espero que todo esté tranquilo como ahora, así que bye.

Isaac: Félix, no tenías que ser grosero...

Los dos se vieron los ojos, e Isaac reconoció esa mirada de "quiero cogerte", haciendo que todo el cuerpo de Isaac temblara... Su cabeza estaba ya hecha un desastre, todavía no podía creer lo que había hecho, siempre que se trataba de Félix, cierta parte de su razón se iba muy lejos y solo quedaba su instinto, su omega interno diciéndole que Félix solo era suyo y solo suyo, que no tenía que tener nadie más en sus brazos más que a él. Sabía muy bien que Félix no tocaría a nadie que no fuera a él, pero se descontrolaba... No sabia que podía ser tan posesivo y celoso con el rubio y ahora estaba muchísimo mas consciente de eso, era cautico darse cuenta que con Félix podía experimentar esas emociones y más que las pudiera expresar y ahora por su rabieta estaba viendo cómo se estaban llevando a los chicos de la habitación temblando y llorando... Pero los ojos de su esposo lo sacaron de su trance, esos hermosos ojos azules siempre hacen que todo lo olvide, que solo existan ellos dos, que podría el mundo estar en llamas, pero si esta con él... Todo estaría bien...

Isaac sentía como las feromonas de su alfa empezaban a invadirlo, le estaba dando una ducha de feromonas y las podía sentir claramente, como invadían todo su cuerpo, sentía esa sed y hambre que solo su hermoso rubio podía saciar... Su cuerpo temblaba, pero solo se estaban viendo... Fue cuando su alfa le tomo la mano y salieron corriendo de ahí. Isaac apenas podía caminar bien, se sentía mareado por las feromonas que invadían su sistema, apenas podía seguirle el paso y solo podía ver esa espalda y su hermoso cabello dorado. No se dio cuenta que habían llegado a algo parecido a un callejón y fue cuando sintió como su espalda terminaba recargada en una pared y su alfa comiéndole la boca.

Parecía que se estaban comiendo como si fueran dos amantes que apenas se hubieran visto, desbordaban esa pasión que parecía que ardían. Las manos del rubio se deslizaron acariciando la columna vertebral y llegando a su trasero para apretarlo con gula, para que las caderas de su omega quedaran pegadas a las suyas y sintiera sus movimientos, mientras empezaba de besarle y darle pequeñas mordidas en ese cuello que le encantaba, podía notar como los pezones se empezaban a marcar a en la playera, además de como las feromonas omega lo empezaban a acariciar, diciéndole que lo amaban. El pelinegro solo se estaba sosteniendo de los hombros de su compañero, no podía evitar temblar, le encantaba, le gustaba mucho su esposo, no tenía porque ocultarlo, era solo suyo...

Isaac: Félix... Félix... Aahh...

Félix: Isaac, eres mío, solo mío... Eres tan rico mi amor...

Isaac: Félix quiero...

Félix: *sonriéndole de manera sínica* ¿qué quieres?

Isaac solo vio a su rubio y bajo su mano a la entrepierna de su alfa para sobar el bulto que ya estaba muy caliente.

Isaac: Lo necesito dentro mi Félix...

Félix gruño y jadeo de manera placentera, era capaz de tomar a Isaac en estúpido callejón, pero era egoísta, y no iba a mostrar a nadie lo hermoso que se veía su omega derritiéndose de placer entre sus manos. Le mordió con fuerza el cuello y lo tomo de la mano para correr nuevamente y llegaron al estacionamiento. Llegaron a la camioneta donde ellos iban, Félix quito la alarma de la camioneta, abrió la puerta de atrás, empujo a Isaac haciendo que se callera dentro del asiento trasero, y luego se subió él, cerrando la camioneta y poniéndole seguro a todas las puertas. Tenía a Isaac debajo de él, viéndolo con la cara sorprendida pero sonrojada, su respiración agitada y viéndolo con hambre, fue cuando nuevamente empezó a comerse los labios de su omega.

Los dos eran altos, a pesar de estas en un auto amplio, parecía que les quedaba chico para sus movimientos, pero era tanto el deseo de los dos, que parecía no importar... El rubio le quito la playera a Isaac mientras seguía mordiéndole el cuello y cuando encontró la marca de enlace la lamio con placer, sus feromonas seguían saliendo para marcar a su esposo. Su lengua recorrió por su torso mientras chupaba un pezón y con la mano retorcía el otro, le encantaba comérselos y más por lo sensible que eran, podía huir claramente los gemidos y como lo llamaba con desesperación. Isaac ponía sus manos en los hombros de su alfa, enterrando sus uñas, siempre que lamia su pecho, lo ponía mucho más sensible de lo que estaba, sentía su ropa interior ya muy húmeda, y como su pene ya estaba de pie y punzante...

Isaac: Félix, ya no puedo...

Félix: Lo sé, yo tampoco puedo esperar más, eres tan sexy...

Isaac tenía la vista nublada, pero pudo sentir como ya no tenia pantalones, se estremeció al sentir las manos gruesas de su alfa en su pene, haciendo arañara el asiento de la camioneta. Trato de respirar lo mas calmado posible, pero sintió que se iba su aire cuando noto que Félix ya no tenía su camisa puesta, mostrándole su precioso torso y apreciando su palpitante erección. No era mentira lo que le había dicho en la oficina... "Verte en acción hizo que mi verga saltara de alegría", medio perdido en sus pensamientos, sintió como se metía en su interior llenándolo por completo, haciendo gimiera.

Félix: ¿En qué estás pensando? Me sigo sintiendo molesto...

Isaac: aahh... aahh... ¿por qué?

Félix: Te mostraste de manera gloriosa que llamaste mucho la atención y me excitaste demasiado ver cómo te pones celoso, pero no debes de olvidar que "Nos pertenecemos".

Isaac: *abrazando del cuello a su rubio*... Solo eres mío...

Félix: Como tú solo eres mío...

Ambos se miraron y se besaron con hambre, Félix sintió como piernas de Isaac enredaron sus caderas y empezó a embestirlo con tenacidad y voracidad, sentía como el agujero de su omega lo succionaba y lo apretaba que hacía que gimiera el nombre del pelinegro, estaban embriagados por la lujuria y placer que se habían olvidado del mundo. 

CORTOS  BASADOS EN LA NOVELA DE DEAR BENJAMÍN Y7 LOVE BENJAMÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora