En el embarazo de Isaac. Mi querido suegro 1

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Durante el embarazo de Isaac, Félix le insistió de que no trabajara en la floraría, que era riesgoso para ambos. Después de que el rubio, su mamá, Noah y Benjamín hicieran acto de convencimiento para que se quedara en casa, acepto el pelinegro con la condición de ir dos veces a la semana a la florería para ver cómo iba progresando su sueño floral, además que él iría a surtir las cosas que hicieran falta, como papel para envolver, cintas, tarjetas, abono, semillas, etc. Félix solo le dijo que estaba bien, pero que no debía de cargar nada, que para eso tenía hombres y mujeres a su servicio, no quería que su omega y su segundo hijo estuvieran en riesgo.

Era un domingo por la tarde noche, Isaac y Félix, la pareja estaba en una sala, enfrente de una chimenea con Benjamín en medio de los dos, donde le estaban leyendo un libro para niños sobre la llegada de un nuevo bebé. La doctora de Benjamín le había dado varias recomendaciones a la pareja sobre el tema, entonces la pareja con la paciencia del mundo y amor hacia su sol, las pusieron en práctica y entre ellas estaban esos libros. Isaac veía encantado como Félix le leía a Benjamín, era una escena tan hermosa, que discretamente saco una foto de sus dos rubios.

Benjamín: Papá Isaac, ¿mi hermanito será como yo?

Isaac: ¿cómo tú?

Benjamín: Aja, que le gusten las galletas y los caballos.

Félix: Jajaja, no lo sabemos aún Ben, pero cuando salga de la pancita de su papá Isaac, le podrás enseñar muchas cosas que te gusten.

Benjamín: Papá Félix, ¿vas a seguir jugando conmigo, aunque este el bebé?

Félix: Obviamente Ben, eso no va a cambiar, jugaremos siempre juntos, pero también vamos a tener que jugar con el bebé, ¿está bien eso?

Benjamín: Si *tocando la pancita de Isaac* Bebé, también te quiero.

Isaac: *acariciándole la cabeza a Benjamín* Te amamos Ben.

Ya era la hora de la cena, Félix alzo a Benjamín y el niño se recargo en su cuello, mientras tomaba la mano de su esposo, iban al comedor, pero el pelinegro abrió discurso.

Isaac: Félix, por cierto, mañana quiero ir por macetas y abono.

Félix: ¿mañana? ¿no quieres que mejor vaya alguien por esas cosas? *viendo a su omega preocupado*

Isaac: Esta bien, solo son un par de horas, además hace mucho no voy a ver eso, ¿dame ese gusto sí?

Félix: Isaac... Pero que uno de los muchachos te acompañe, ¿ok?

Benjamín: ¿Yo puedo ir?

Isaac: Ben tu vas a estar en el colegio mi vida, además papá solo va ir y venir, ¿sí?, además, recuerda que la próxima semana es el experimento del frijol.

Benjamín: Esta bien papá Isaac, ¿Vamos hacer juntos el exprimiendo del frijol?

Félix: Aja...

Isaac: ¿Puedo llevarme a Jack mañana?

Félix: Si, le avisare ahorita que mañana te acompañe, no hay tanto que hacer mañana.

Los tres llegaron al comedor y Félix bajo a Benjamín para que se fueran a lavar las manos antes de cenar, mientras Isaac veía como Noah llegaba con sus pantuflas de conejo y un chongo improvisado, iba se sentaba a lado de su mamá y le decía que ya no quería trabajar, pero su mamá solo se reía del berrinche del pelirrojo. Pero por la mente de Isaac solo estaba pasando algo que tenía que hacer... Ir a ver a su querido suegro...

CORTOS  BASADOS EN LA NOVELA DE DEAR BENJAMÍN Y7 LOVE BENJAMÍNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora