Capítulo 8

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— Mady necesito que organices una fiesta de cumpleaños —dijo Owen entrando en el despacho.

— Claro señor, ¿quién es el cumpleañero?

— Yo —dijo acercandose a ella—  Y tu serás mi invitada especial.

— ¿Yo? —preguntó sorprendida.

— Si, tu serás mi invitada por supuesto, pero necesito que tu la organices, sólo confio en ti —dijo Owen sentandose—  Por cierto, quiero que sea una fiesta de máscaras venecianas.

— Cla-claro señor —respondió Mady sorprendida— ¿Para cuándo la fiesta señor?

— Para finales de marzo, el 28 de marzo.

— Muy bien señor, el 28 tendra su fiesta.

— Si, de eso estoy seguro, tienes todo un mes para organizarla.

— Si, señor.

— Gracias Mady.

¿Una fiesta de máscaras venecianas? No se lo podía creer, es como si estuviera a punto de reencontrarse con el Enmascarado por segunda vez. Pero no, en cambio vería a su jefe con una máscara veneciana, Mady apostaria lo que fuera a que su jefe estaría impresionante en esa fiesta.

Owen tenía todo un mes para seducir a Mady, y haría lo posible por conseguirlo. Una vez que lo viera en la fiesta veneciana tendría que darle muchas explicaciones, eso si ella aún se acordaba de aquella noche que habían pasado juntos.

Owen tenía que idear un plan, pero no sabía que hacer. Por eso decidió llamar al hombre apropiado.

— Jake, necesito tu ayuda.

— Dime,¿para que me necesitas?

— Necesito enamorar a una mujer terca y difícil de conquistar —dijo Owen esperando la respuesta de su hermano.

— Primero dime una cosa, ¿estas enamorado hermano? —preguntó Jake.

— No, claro que no, ¿de donde sacas eso?

— Estás enamorado y no lo niegues, y estoy seguro que es de tu secretaria — Jake oía suspirar a su hermano al otro lado del movil.

— No, solo quiero que sea mía y de nadie mas —suspiró— ¿me vas ayudar o no?

— Si, pero solo porque sé que estas enamorado de ella.

— Bien, vale, pues dime qué tengo que hacer.

— Ésto es lo que tienes que hacer...

Jake le había dado instruciones a su hermano de como enamorar a su amada:

LOS PASOS

1 - Ser simpático y dulce con ella.

2 - Dejarle una flor o algún detalle encima de su escritorio cada mañana.

3 - Invitarla a tomar café u otra cosa que a ella le apetezca más.

4 - Hacerla sentir como una reina.

5 - Ser sensible, comprensivo y escucharla en todo momento y lo mas importante, tenerla en cuenta y hacerla sentir que es alguien importante y especial para ti.

Y con esas instrucciones Owen estaba preparado para conquistar a Mady en sólo un mes.

Empezaría por la flor en el escritorio, y seguiria con lo demás.

Mady encontró una rosa roja encima de su escritorio a la mañana siguiente, se preguntaba quien se la habría dejado, miraba a su jefe pero el estaba inmerso en unos papeles del trabajo.

Se preguntaba quién mas sería, no conocía a ningún hombre mas que pudiera dejarle flores.

— ¿Señor? —Mady tenía que preguntarle.

— ¿Si, Mady? —Owen tenía que desimular.

— ¿Sabe quién me pudo dejar la rosa?

— No, la verdad no Mady.

— Bueno, perdón por molestarlo.

— Mady.

— ¿Si, señor?

— Llámame Owen otra vez, creo que es hora de ser amigos.

— Mmm, claro Owen como tu digas.

— Bien.

A la hora del almuerzo Mady tenía un hambre descomunal.

— Mady quiero invitarte a almorzar, y no acepto un no por respuesta.

— No sé si es buena idea Owen —ella no estaba segura de volver acercarse a su jefe.

— Yo si lo sé, vamos, te llevaré a un restaurante que hay aquí cerca.

— Está bien —Mady se levantó y cogiendo su chaqueta siguió a Owen hasta el ascensor.

Habían llegado a un restaurante italiano, las paredes estaban cubiertas de paneles de madera y cuadros de gente comiendo pizza, pasta y otros platos italianos. Las mesas tenían manteles de cuadrados rojos y por debajo unos manteles verdes, el lugar era acojedor y la gente agradable y eso hacía que Mady se relajara un poco.

— Estás preciosa Mady —dijo Owen mirandola fijamente.

— Gracias Owen —se sonrojo ella.

— De nada, solo te dije la verdad, te ves muy hermosa, el embarazo te favorece.

— Gra-gracias —Mady no sabía donde meterse— ¿pedimos?

— Claro.

Mady se daba cuenta de que Owen se comportaba mas simpático y amable de lo normal, y ella tenía que admitir que le gustaba como la estaba tratando.

Después del almuerzo volvieron al trabajo, de camino a el, Owen acariciaba la cara de Mady o jugaba con algún mechón del precioso cabello de ella. Owen estaba decidido a conseguir a Mady al precio que fuera.

El hombre tras la máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora