Debo dejar una nota en el espejo que diga. No salgas más a fiestas, estudia, porque ahora que estoy tan retrasada en las clases ando más que estresada. Todo el santo día he estado de salón en salón, apuntando cosas e investigando sobre trabajos pasados. Pero, no puedo quejarme, después de todo yo decidí irme de fiesta ayer, ahora no puedo con el dolor de cabeza, tengo sueño y lo peor es que no puedo faltar al menos a una clase para dormir unas horas, he faltado demasiado esta semana, necesito ponerme al corriente con las clases, de lo contrario no me durará mucho el gusto de asistir a una buena universidad.
Mi teléfono suena, pero no lo sacó hasta que entró a la cafetería. Cuando me siento, dejo en la mesa los libros que tengo en manos, reviso el teléfono y es un audio de Arnold.
— Ya llegué, estoy afuera.
Me dispongo a grabar algo para él, pero para cuando trato de hacerlo me doy cuenta de que Leah y Lacey están en la barra, ellas como siempre no disimulan nada que me están viendo, quién sabe que estarán tomando, pero beben como si fueran de la realeza, desvió la vista de ellas y grabó el audio.
— Apúrateee.
Automáticamente el audio se envía, releo mis apuntes y me aseguro de que no se me olvide nada. Estando segura de eso pretendo copiar unas cosas en un cuaderno, pero mi teléfono me distrae sonando de nuevo. Por un momento pienso que es otro mensaje de Arnold, pero no es así, mi corazón late como loco tan sólo con ver la llamada entrante.Llamada entrante de Bethan..
El teléfono sigue sonando, pero no soy capaz siquiera de tomar el teléfono de la mesa. Mis ojos se llenan de lágrimas y es imposible no derramarlas, me aterra estar imaginándome cosas, siento que me estoy volviendo loca, mi respiración se vuelve pesada y me es difícil respirar por unos momentos, siento la necesidad de pedir ayuda, pero sé que aquí en Artois nadie me ayudaría, sólo me tomarían de loca. Me levantó de la silla ocasionando que un vaso de quién sabe quién que estaba ahí caiga en mis apuntes, tengo mi boca abierta; sorprendida. Me asusto aún más con eso y jalo el cuaderno de mis apuntes, esto ocasiona que mi teléfono se caiga al azulejo y por fin se apague.
Pero el daño ya está hecho. Todos en la cafetería me miran, muchos murmuran y no puedo dejar de sentirme asustada, avergonzada y expuesta. Miró a todos lados y no puedo más, salgo disparada de la cafetería, hasta que por salir de prisa chocó con alguien, inmediatamente reconozco su olor, así que cuando me abraza me separó y lo veo a la cara. Él me ve con preocupación, pero yo estoy demasiado mal como para darle explicaciones.
— ¿Que tienes? ¿Te hicieron daño? —me pregunta tomándome de los hombros.
— Mi-mis cosas.. —tartamudeo sin evitarlo.— Mis cosas es-están.. dentro.
Arnold echa un vistazo por encima de mí y yo me alejo de él. No volteo atrás para nada, sólo camino de prisa por toda la escalera y no paro hasta que llegó a la habitación, no puedo hacer otra cosa más que respirar pesadamente, mis ojos arden y las lágrimas no dejan de salir, simplemente no puedo llorar con llanto, estoy más asustada que nada, mi corazón late como loco, mientras que mi cabeza no puede procesar lo que acaba de pasar. Joder, me estaba volviendo loca, estaba viendo cosas, ya no estaba cuerda, imaginaba cosas que me dolían y no estaba bien. ¿Que estaba pasando conmigo? ¿Por qué veía eso? Bethan ya no estaba, ella no podía ser quien me llamaba. Ella no podía, ya no estaba, mi mente imaginaba cosas, eso era.
Arnold pronto llegó a la habitación, dejo mis cosas en la comoda y camino hasta mí. Estaba sentada en la orilla de la cama, no podía detener mis lágrimas, pero tampoco podía quitarme de la mente esa imagen.
Llamada entrante de Bethan..
— ¿Que pasó? —Arnold no duda en preguntar, no puedo verlo a los ojos, así que él me obliga a verlo tomándome de la barbilla.— Háblame, Raine. Estoy aquí para ti. —esas palabras causaron que mi corazón sintiera una punzada.
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¡Déjame En Paz! ✔️ [Saga Silence #2]
Novela JuvenilNunca me gusto ser tan cerrada, creía que la vida era para eso. Para vivirla al máximo y experimentar todo, me gustaba aprender la cosa mínima del mundo, no me perdía nada del exterior, amaba aprender y experimentar cosas, ya fueran buenas y malas...