Nota 27

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Hoy, viernes:

Alguna vez alguien me dijo que "el ego suele cambiar tu mundo... Eso te ciega tanto que te hace adicto a la mentira"

Me metí tantas veces y aún siento que vivo rodeado de mentiras Las cosas no van como quiero y siguen llegando, realmente no quiero sentirme así, es desolador pensar que por mucho que pareciera avanzar sigo estancado en lo mismo.

Me mire al espejo hoy con más dudas que respuestas, crei que si era más sociable, que si llegaba a encontrar personas como Mike y Sparta me sentiría mejor pero todo fue solo mentira, y realmente no hay modo de verlo, solo parece una broma.

¿Porque?
¿Porque el decidió hablarme? ¿Porque nunca le pregunté? ¿Porque nunca trate de conocerlo?

¿Hay algo que se pueda llamar "amistad" entre nosotros más allá de pura cortesía?

Si lo veo más detenidamente, Sparta pareciera solo tener pena o alguna especia de síndrome del salvador conmigo pero más allá de eso... No sé nada de el.

Al llegar al colegio, estaba Sparta esperando, se veía claramente preocupado, ceño fruncido, brazos cruzados, la boca en una mueca incomoda...

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Cerrando su libreta, la guardo en su bolsillo, incómodo con el estómago dando revoltijos y sus pies queriendo marchar en huída hacia su casa.
- Buenos días Sparta - saludo con un tono alto muy forzado en querer ser positivo, esto extraño al mencionado.

- Hola... Raptor - contestó, parecía desganado, pero no quería hacer demasiadas preguntas y que el castaño de ojos miel se alterará, de por sí la tensión era pesada.

- ¿Tienes un momento? Quisiera hablar contigo... La tienda de afuera está abierta y podría invitarte algo, aún hay tiempo ¿Sabes? Escuche a Mike hablando sobre un nuevo emparedado en la esquina - dijo, dirigiendo su mirada afuera y moviendo sus manos de un lado a otro, estaba decidido por primera vez en su plan pero definitivamente le faltó práctica.

- No tengo hambre... - bajando la mirada, Sparta se mordió la lengua podía sentir el nerviosismo de raptor lo cual no ayudaba así que optó por seguir - pero si quieres vamos, deja tus cosas yo te espero... - 

Ari de fue al salón rápidamente, ahí estaban nuevamente Victor y Mike, ambos miraban un vídeo en el celular de él castaño.

- ¡Buenos días Raptor! - saludo el más animado - ¿Ya te encontraste con Sparta? - extrañado por que no los veía juntos.

- Si, me está esperando ¿Quieres algo de afuera? -

- ¡Un chocolate! O dos, ¡si puedes tres!-

Raptor sonrió, era como un pequeño niño - Si puedo te traigo cuatro - y luego de decir esto se fue tenía un plan algo loco pero no estaba en sus planes dejar que "olvidarán" el tema.

Al regresar a la entrada, estaba el castaño esperándolo con una mirada de vergüenza, Sparta camino sin decir palabra, Ari tuvo que apresurarse para seguirle el paso.

- ¿Hay algo de lo que quieras hablar? ¿Te sientes mal? ¿Paso algo? - pregunto el de ojos verdes, si en un principio se dijo así mismo no incomodar su nerviosismo lo estaba dejando sin opciones.

- ¿A dónde quieres llegar? Es raro que hables, y más raro es que me preguntes de la nada - dijo finalmente, no soportaba más aquella incomodidad y lo peor es que no sabía de dónde venía, si era por su culpa o la de raptor o tan si quieres si existía.

- Bueno... Tienes razón, es muy raro... Pero siento que hay algo que tienes que decirme... -

Sparta sintió un nudo en su garganta no había nada que pudiera expresar en palabras claras sin sentir que caía en vergüenza .

Notas de un suicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora