NARRA JULIETA...
Es muy temprano, ayer dije muchas cosas en la fiesta de compromiso de Alejandro; quizá me pasé un poco, pero es que todo fluyo y simplemente habló mi corazón.
No podía parar, quería decir todo lo que pensaba y sentía. Cuide lo que decía para que no sonara muy comprometedor, pero lo último que dije, no lo pude evitar.
Ahora no sé que haré, como podré mirar a Alejandro y Andrea a los ojos. Creo que ni siquiera me invitarán a la boda, pero pues, los entiendo.
Toc toc...
- Señorita Julieta - dice Martha, llamándome desde afuera de la habitación.
- Si Marthita, pasa por favor - le digo y ella entra en la habitación - ¿Qué pasa Marthita? - le pregunto.
- El joven Alejandro la está buscando. Él está abajo - me informa ella.
Un gran nerviosismo recorrió mi piel, no sabía lo que iba a pasar, lo que le iba a decir.
- ¿Señorita Julieta? - escucho a Martha decirme, mirándome con un poco de preocupación.
- Si, si... - reacciono.
- ¿Se encuentra bien? - me pregunta.
- Ah, si si. No te preocupes, solo me quedé pensando en algunas cosas - le respondo.
- Muy bien... Entonces, ¿Qué desea que le diga al joven Alejandro? - me pregunta.
- Cierto, Alejandro... dile que me de 5 minutos, si Marthita - le respondo.
Ella asiente y se marcha de la habitación, para luego yo ponerme en pie y alistarme para recibir a Alejandro. La verdad, es que no quisiera porque no tengo idea de lo que le diré. Pero supongo que esta conversación en algún momento se dará, así que creo que es mejor tenerla ahora mismo.
Rápidamente me saqué la pijama y me vestí. Supongo que esto es urgente, además, solo hablaremos y ya.
En seguida fuí donde Alejandro, ahí estaba él, sentado esperando. No se veía feliz, pero tampoco molesto; a decir verdad, no logro leer el cómo está, creo es la primera vez que pasa esto.
- Alejandro - llame su atención. Él se levantó en seguida y se acercó a mi.
- Hola Julieta - me saluda él, con un tono muy neutro.
- Quieres hablar sobre lo que pasó en la fiesta, supongo... - le dije temerosa, pero él no me respondía, ni podía leer su rostro tampoco - Yo... yo lo siento, si. No debí hablar tanto, yo solo... - él me corta.
- Déjame en paz - dice muy tranquilo.
- ¿Qué? - digo confundida.
- Me casaré en 3 días. Aléjate de mi. Yo quiero ser feliz y lo que haces tú es no dejarme serlo... - dice con mucha tranquilidad, como odio que este así mientras me dice esto - Yo creo que puedo seguir con mi vida y trato de conseguirlo, pero tú no me dejas hacerlo, yo solo quiero eso pero tú no me permites... - pausa un momento.
Mis ojos se habían puesto húmedos, pronto sentía una gota recorrer mis mejillas. Las lagrimas, esas que no quise derramar nunca más por él, ahora mismo están volviendo a salir.
- Yo no te permito... ¿Qué? - le dije para que completara lo que quería decir. No sé que sentiré al escucharlo, pero espero que no me duela tanto.
- 'Olvidarte' - responde él, y por fin pude leer algo en su rostro, "Tristeza" - No me permites olvidarte.
No sé exactamente como es que me siento ahora. Él me está diciendo que me aleje, porque sigue enamorado de mi.
Debería sentirme mal creo yo, ya que yo también estoy enamora de él aunque lo niegue, siempre lo estuve y nunca pude sacarlo de mi mente. Sin embargo, lo que él quiere es que nos alejemos, me imagino que es difícil para nosotros un futuro feliz después de todo lo que hemos pasado.
Haré lo que él me pide, me alejaré. Dejaré que él haga su vida y yo no seré el impedimento para que lo logre. No puedo seguir con esto, creo que él merece ser feliz, y conmigo no lo va a conseguir. Debo irme y aceptar que mi nueva felicidad, es que él obtenga su felicidad.
- Esta bien... me iré - le digo después de unos segundos.
- ¿Te irás?, a ver, ¿A qué te refieres? - pregunta él confundido.
- Yo no puedo evitar lo que siento. Pero si puedo evitar hacer algún tipo de daño en tu vida - le respondo - Regresaré para Argentina - digo de golpe.
- ¡¿Qué?! - dice algo sorprendido - ¿Pe, pero y Alex? - pregunta.
- Ella se quedará con mis padres, la verás cuando quieras - le respondo para que se tranquilice.
- Pero no estarás tú para ella - dice él preocupado.
- Yo ya pasé tiempo con ella hasta ahora, es tu turno - le respondo secándome las lágrimas - Además mis padres la pueden llevar a verme siempre que puedan, así que no te preocupes por eso - le explico como serán las cosas desde ahora.
- Yo no sé que decir - dice él.
- Esto es lo mejor, Alejandro. yo creo que irme es lo mejor para ambos - le reitero. Él se da la vuelta, piensa un poco algunos segundos y luego vuelve a mirarme.
- Pues bien, créeme que yo no... - dice muy frio y se va.
Las lágrimas no demoraron en salir con más fuerza. Lo que va ser desde ahora, en serio me duele mucho. Alejarme de todo esto, de mi familia, de mi hija, de él; sin duda es la decisión más difícil que se puede tomar.
...
Mis padres no están tan de acuerdo conmigo, ellos no quieren que me vaya, pero también entienden el por qué me voy.
Separarme de mi hija es muy difícil, lo más difícil que voy hacer en mi vida. Lo peor es que no creo que haya nada, ninguna razón para dar marcha atrás.
Hoy mismo compre el boleto de avión, conseguí un vuelo para dentro de tres días, trataré de pasar el mayor tiempo con mi hija estos días.
Vaya, duele mucho tener que irme. Creía que este iba ser un nuevo comienzo para mi, pero el nuevo comienzo, creo que recién va a empezar.
Pedí que Alejandro no se enterara sobre el día que me voy, no quería causarle más molestias. Aunque si llame por teléfono a Andrea, para pedirle disculpas por todo; y pedirle que lo haga muy feliz, porque él se lo merece.
Entre conversaciones ella me preguntó si era cierto que me iba a ir, Alejandro debió comentárselo; me preguntó que cuando y se lo dije, pero también le aclaré que Alejandro no lo sabía, por si piense que quiero evitar su matrimonio o algo así. En fin, termine de hablar con ella y de decirle todo lo que quería.
Dos días que los pasé con mi familia, con mi hija. No mentiré, también tuve la esperanza que Alejandro apareciera por esa puerta buscándome, para pedirme que no me vaya, que me quede. Las cosas no son siempre como uno quiere, yo reaccioné tarde a esto que siento, y el no poder estar con él es la consecuencia de ello.
Hoy hubiese querido estar con mi familia hasta el final, pero entiendo que tengan que ir a la boda de Alejandro.
Estoy de camino al aeropuerto, me despedí de casi todos. Pensé en Alejandro apareciendo para despedirse, pero entiendo que quiera alejarse de mi. Por más que duela, lo comprendo.
El taxi estaba demorando un poco, creo que tendré que correr cuando llegue al aeropuerto.
Llego al aeropuerto, saco mi maleta rápido y estoy por empezar a correr; pero escucho una voz atrás de mi, que me hace frenar mi respiración en seco.
- Julieta - escucho a mis espaldas.
Doy la vuelta lentamente, y simplemente no podía creer que estaba aquí. Era la persona que menos esperaba ver hoy, es más, ni siquiera pasó por mi mente.
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Encontrarte
RomansaAlejandro, un chico muy listo y rico, ha resuelto su vida sin saber que era padre; al enterarse, tendrá que afrontar ese hecho, y el amor.