Capítulo 5

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VERÓNICA...

Sabía que debimos hacer las cosas de la forma correcta, como todo el mundo lo hace. Digo, como pudimos ocultarle su hija a Alejandro. Nos queda en claro que él no estaba haciendo su vida bien, pero tenía derecho a saber que tenía una hermosa hija; nadie quitaba la posibilidad que hubiese cambiado.

Julieta prácticamente nos sacó de la ecuación de su vida cuando hablamos con ella. Nos dijo que era su decisión, su vida, su hija; y que nosotros no teníamos porque intervenir en ello. Pienso que no debimos escucharla, porque en el fondo sabíamos que era un completo error.

A causa de todo esto, se han arruinado varias cosas. Mi hija vuelve a estar dolida por Alejandro; él perdió a su novia de mucho tiempo, a pesar que no estábamos de acuerdo, pero él reconstruyo su vida y se acaba de derrumbar otra ves. No dejo de pensar que hicimos mal y fracasamos como padres.

- Daniel, ¿Crees qué deberíamos hacer algo? - le pregunto a mi esposo mientras nos conducíamos al trabajo.

- Cariño, creo que deberíamos dejar que ellos arreglen sus cosas - respondió calmado.

- Si, pero es que le esta afectando tanto a nuestra hija, ya ha pasado mucho tiempo y me duele verla así - digo mientras veo su foto en mi celular.

- Lo sé cariño, lo sé. Tampoco me gusta verla así, pero recuerda que lo intentamos - dice mientras acaricia mi mano un momento - Pero ahora, hacer algo sería llamarle la atención a Alejandro, y sabemos que él no tiene toda la culpa de esto... lo mejor es dejar que ellos vivan su vida.

- Si, esta bien - digo aceptando que no hay nada que podamos hacer.

Por más que me duela aceptarlo, Daniel tiene razón. Alejandro se convirtió en víctima cuando Julieta optó por ocultarle su derecho de padre.

Tal ves debemos pensar en algo más, no quiero que los problemas nos consuman más de lo debido. Tenemos que pensar en las cosas buenas también.

- Bueno... cariño entonces, ¿Nos veremos al medio día para ir por Alex al colegio? - le pregunto a Daniel con una sonrisa.

- Creo que mejor llamas a Carmen y a Mariano - responde mirando preocupado al frente.

- ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Qué pasa? - digo mientras me fijo también en lo que ha visto.

No puede ser, pero si es Alejandro. Esta sentado en una banca de esas de la vía pública; esta mirando hacia la nada.

Daniel se estaciona y sale del auto de prisa hacia donde está Alejandro, yo hago lo mismo. Cuando llegamos a su lado, podemos ver todo lo mal que esta. Tiene el cabello despeinado; unos moretones en el rostro, por el labio y las cejas, tiene los nudillos también lastimados; él esta hecho un desastre.

- Alejandro hijo, ¿Estás bien? - le pregunta Daniel. Él levanta la cabeza, nos mira a los dos.

- El señor y la señora Durand - responde mientras sonríe. Él esta un poco ebrio, creo que no ha estado midiendo sus actos últimamente.

- Oye Alejandro, ¿Te encuentras bien? - pregunto otra ves, tocándolo del hombro.

- Si, claro. Solo estuve sacándole la madre a un hombre que quiso pasarse con Julieta anoche - dijo y yo me preocupé un poco, solo un poco porque sé que la defendió y ella esta bien.

- No puede ser, Julieta se ha pasado - dice Daniel molesto. Lo sujeta del otro hombro a Alejandro, y le dice - Gracias Alejandro.

- Era lo que debía hacer - dijo Alejandro sonriendo. Baja la cabeza un segundo para luego mirarnos otra ves y hablar - ¿Les puedo preguntar algo? - Daniel y yo nos miramos.

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