Capítulo 2

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Alguna ves experimente lo que es un fuerte golpe en el estomago, en una pelea; te quita todo el aire y no te deja respirar. Lo siento, mentiría, no hay razón para cambiar tanto las cosas; en realidad, fue más parecido a una ves que andaba muy confiado, hasta que alguien me hizo reaccionar, con un fuerte golpe al descuidado en la cara.

Así lo sentí esta ves, cuando subí al segundo piso y vi aquella tierna escena.

30 MINUTOS ANTES...

Estábamos en el jardín, habíamos saludado a todos. Mis padres hacían todo lo posible por sonreír, pero en el fondo, sabía que su desaprobación estaba intacta. Definitivamente, ellos no están de acuerdo con esto.

Hasta ahora no sé porque no aceptan que este con Andrea. Ella es perfecta; es linda, tiene futuro, es inteligente, talentosa y respetuosa; todo lo que mis padres quieren para mi. Aún así, ellos no quieren aceptarla; y si hablo de los padres de Julieta, ellos ni siquiera se esfuerzan por disimular su desaprobación.

Pregunte por Julieta, me dijeron que estaba en su habitación. Andrea se quedó hablando con mamá, yo hablaba con papá mientras que cocinábamos la carne en la parrilla.

- Entonces, ¿Qué te parece? - le pregunte a Papá.

- Es linda, se ve que una buena chica - dice papá sin tomarle importancia.

Me enoje un poco, esto no tenía sentido, se supone que él debe de estar feliz por mi.

- ¿Qué les pasa papá?, ¿Qué les pasa a mamá y a ti? - pregunté despacio.

Me miro y luego llamo a la empleada de Daniel, su socio y amigo, para que se encargue de la parrilla.

- Ven - me dijo poniendo su mano en mi hombro y llevándome lejos de los demás.

Supongo que ahora me explicara que esta mal con ellos, o qué piensan que esta mal con Andrea y conmigo.

- Alejandro, tu madre y yo solo queremos tu felicidad, en serio lo queremos - dijo papá seguro.

- Pero hay algo más, ¿Verdad? - pregunte.

- Hijo, es tu vida. Nosotros solo queremos que seas feliz, y si lo eres con ella, en buena hora - respondió evadiendo la pregunta.

- No papá, para mi es importante que ustedes estén de acuerdo con esto - dije exaltado.

- Hijo tranquilízate, por favor. Por ahora el que estemos de acuerdo no tiene importancia, ya la iremos conociendo y... - dijo papá cuando lo interrumpí.

- Por supuesto que es importante. Ustedes no la querían conocer, por eso les hable de ella muchas veces para que hoy... - pause y me puse de espaldas a papá, tratando de calmarme - Pienso casarme con ella.

Lo dije así nada más, se suponía que era una sorpresa, pero ya que más da.

- Alex - escuche la voz a mis espaldas.

Me di la vuelta, era Julieta. Se veía radiante como la conocí, aunque su mirada no era la misma. Era la misma solo que cambiada, creo que los dos hemos cambiado en cierta manera.

Demoré un poco en reaccionar, pero finalmente lo hice después de sonreír, me acaba de alegrar el momento.

- ¡Julieta! - dije acercándome a ella.

La levante en mis brazos y empecé a dar vueltas, mientras reíamos. Cuando la baje nos miramos de nuevo y vaya, me sentía feliz por verla otra ves.

- No has cambiado mucho, estás mejor que nunca - dije sujetándola de los hombros.

- Gracias, y vos tenés un buen aspecto también - respondió sonriente y algo coqueta.

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