Capítulo 3

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- Hija, ve con Martha para que te curen, ¿si hija?, ahora te alcanzo - le dice Julieta a la niña.

Justo en ese momento Martha había llegado a la habitación. La niña asiente y se pone de pie, al hacerlo veo como se inmuta por el dolor de su herida en su rodilla, lo que no soporta y pierde el equilibrio.

No puedo explicar, pero algo en mi me hizo reaccionar rápidamente y sostenerla en mis brazos, no dejándola caer. Menos podría explicar que es lo que sentí, al tenerla en mis brazos y viéndola quejarse por el dolor. Julieta se había alarmado un poco ante lo que pasó.

Alce a la niña, a Alex, teniendo cuidado de su rodilla, para luego entregársela a Martha. Ella se la llevó y ahora solo estábamos en la habitación, Julieta y yo.

- Quieres explicarme, ¿Por favor? - le pido a Julieta de espaldas, para luego darme la vuelta y mirarla.

- Yo... - se encogió de hombros, desvió su mirada hacia un lado unos segundos, para luego devolverme la mirada con fuerza y responderme - Ella... es tu hija.

La verdad que pensé que no podía sentirme más eufórico, ya que lo que había pasado ya me daba una idea de lo que venía, pero parece que nunca se esta listo para esto. Y cuando pronunció esas palabras... no sé.

- No... - tiré una carcajada falsa - No es cierto - dije poniendo mis manos en mi cintura.

- Perdona por no habértelo dicho pero... - decía Julieta, dejando caer unas lágrimas. En ese momento me acerqué velozmente a ella.

- Shh... - le detuve poniendo mi dedo encima de sus labios - Eso es mentira - le susurro, para luego dar vueltas en la habitación planteándome una tonta teoría- Lo entiendo, tú estas haciendo esto porque yo me pensaba casar con Andrea, entonces tú vienes a impedírmelo porque no soportas que este con alguien más y... y es eso, o es una estúpida broma, si, seguro que eso es; pero ya en serio, esto ya perdió su gracia - dije parando en seco y soltando otra carcajada falsa, mientras miraba a Julieta.

Ella se limitó a sentarse en la cama donde estaba la niña, se veía desconcertada; pero de un momento a otro sonrió con ironía y me miró para decirme...

- Es justo por esto que no te lo dije.

- ¿Qué? - respondí confundido.

- Sabía como ibas a reaccionar, porque sos inmaduro y te comportás como un pibe que no sabe que hacer con su vida - pausó un momento para secarse las lágrimas - Cuando te fuiste, tarde unas semanas en enterarme que estaba embarazada. Te llamé muchas veces, intenté decírtelo pero... cada ves que me respondías me hablabas desde alguna fiesta o me respondías incoherencias de lo ebrio que estabas, y cuando estabas sobrio solo me contabas como había sido la noche anterior, lo que prefiero no recordar. Yo tuve que pensar como madre ¿entendés?, yo necesitaba alguien que podía estar conmigo, no a un irresponsable que solo pensaba en divertirse - paró de hablar pero las lagrimas continuaron saliendo de sus ojos.

- Yo... yo pude haber cambiado - dije en un susurro sentándome en el piso.

- ¿Si?, ¿De verdad?. Una noche me respondiste diciendo que tu vida no la cambiarias por nada, que sos libre y estás mejor así. Incluso te plantee una vida conmigo, y vos me respondiste que lo nuestro no existía, que jamás existió, que solo necesitaste pasarla bien y luego colgaste - dijo muy dolida.

- No lo recuerdo, no me acuerdo de nada de eso - respondí con frustración y sujetándome la cabeza.

- Alex, date cuenta por favor. Después de dos años de haber arreglado tu vida, has reaccionado como un pibe de 15, imagináte cómo hubiera sido hace 5 años - dijo y ella tenía razón. No pude volver a mirarla - Mirá, yo no puedo obligarte a nada. Cuando me contaste que habías conocido a alguien mi corazón se terminó de romper, pero estabas cambiado y siendo feliz, por eso te deje en paz. A pesar de todo, yo no pensé en cargarte con esto y no pienso hacerlo, podés seguir tu vida como si nada y por favor, olvidá lo que viste hoy - dijo y quebró en llanto.

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