Bienvenida a Derry

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-No está nada mal. ¿Qué opinan, chicos?- pregunta mi madre viendo a mi hermano y a mí por el retrovisor del auto

-Ajá- apenas dice mi hermano sin quitar la vista de su móvil

-¿Puedes por lo menos mirar por la ventana un momento?

-No es la gran cosa, mamá

-Miguel, dale una oportunidad a este lugar- dice mi padre

-No entiendo cómo terminamos aquí- retiró sus audifonos- Vivíamos en la mejor cuidad del mundo, Nueva York y ahora estamos en este pueblucho- no se molesta en disimular su enojo

-Ya te expliqué la razón- contesta papá- Nueva York es muy caro- suspira

-No les importo, sólo piensan en ustedes- insistía mi hermano y papá detuvo el auto

Oh, no.

-¡¿Que no nos importas?!- da media vuelta en su asiento para mirar a mi hermano- ¡Vinimos a Derry para ahorrar para tu universidad y la de tu hermana!- retiró sus lentes, lo que significa su enojo- ¡Esto es difícil para todos, no sólo para ti!

-Amor, ya- dice mi madre intentando calmarlo pero es en vano

-Tantos jóvenes desean estudiar para ser alguien en la vida y tú quejándote, tantos que no tienen casa ni comida y menos una familia que se preocupe por ellos, en cambio a ti nunca te faltó nada- hizo una pausa para tomar aire- Mejor agradece, Miguel- mi hermano no dijo nada, pero noté que contenía sus lágrimas

-Tu hermana menor entiende la situación y te da ejemplo- dice mi padre

Soy menor con un año, no es mucho pero en ocasiones yo actuo como la mayor y mi padre siempre lo menciona cuando regaña a mi hermano lo que me incomoda porque genera un aire de competencia entre Miguel y yo.

-Creo que Miguel ya entendió la situación- digo para evitar más peleas- Sigamos, ¿si?

-Marie tiene razón. Vamos a empezar con la mejor de las energías. Este es un nuevo comienzo- dice mi madre sonriendo e incitando a la calma

***
Estaba en mi nueva habitación desempacando mis cosas, cuando una brisa fría recorrió todo mi cuerpo. Miré la ventana y estaba cerrada.

Sólo es el cansancio.

Seguí con mi tarea, pero noté un globo rojo traspasando la ventana mientras que el color blanco de mis paredes comenzaba a ser reemplazado por sangre. Mi corazón empezó a later rápidamente y corrí de inmediato hacia la puerta, pero de repente perdí el control de mi cuerpo y quedé completamente inmóvil como una estatua.

-¿Ya te vas? Pero aún no me conoces- escuché decir a alguien detrás de mi.

Sentía que el miedo aumentaba y sólo rezaba en mi mente para despertar de esta puta pesadilla.

-Hueles a miedo puro, qué delicia

El dueño de la voz apareció de la nada frente a mí. Era un payaso.

-Soy Pennywise, el payaso bailarín- sonrió diabólicamente

Ahora la sangre de las paredes llegaron al piso y se aproximaba rápidamente a mis zapatos.
Podía sentir como caían mis lágrimas y con la voz de mi mente continuaba suplicando por ya despertar.

-Si estás pensado que es una pesadilla pues no lo es- dice el payaso mirándome con sus penetrantes ojos naranjas- Para tu mala suerte esto es real y ahora te devoraré- rió y sus ojos tomaron el color de la sangre

Empecé a flotar hasta quedar un poco más arriba que él. Abrió su boca para enseñarme sus dientes largos y afilados. Mis lágrimas salían desenfrenadamente.
El payaso miró mis ojos unos segundos y cerró su boca.
Fueron aproximadamente cinco segundos que continuó mirando mis ojos, mientras que los suyos cambiaron a un color azul.

-Volveré- dijo simplemente antes de desaparecer junto con la sangre de mi cuarto y mi inmovilidad

Caí al suelo completamente asustada y confundida. Me abracé a mi misma mientras temblaba y lloraba.

-¡Marie!- gritó mi madre al verme llorar en el piso- ¡¿Qué pasó?!- se agachó- ¡¿Qué tienes?!

-Al... al... alguien entró a...aquí- digo en sollozos y mi madre registró toda la habitación de prisa

-No hay nadie. ¿Qué pasó?, ¿te hicieron algo?- se apuró en buscar señales de agresión en mi cuerpo, pero no encontró nada

-¡Por Dios, Marie!- gritó mi padre corriendo a mi para tomarme en sus brazos y recostarme en mi cama

-Dice que alguien estuvo aquí- le cuenta mi madre

-¡¿Qué?! Hija, dime como era para ir a la policía y denunciarle- dice mi padre alterado y molesto

-Era un payaso

-Hijo de... se disfrazó para no poder reconocerle- dice mi padre mucho más molesto- Tranquila, cariño, sólo respira y cuéntame a detalle que sucedió- dice luego de calmarse

Asentí y limpié mis lágrimas con mis manos aún temblorosas para poder contarles.

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