La Curiosidad

Escalofríos

No podía dejar de pensar como tuve las fuerzas y el coraje para decirle todo eso a Pennywise. Por dentro estaba aguantando las ganas de salir corriendo y llorar, pero logré disimular mi miedo y lo enfrenté. Aunque tboem dejo darle crédito al alcohol.

—Hola, Marie— me saluda Alexander apenas entré al salón

—Hola, Alexander

—Dime Alex— asentí— Quería disculparme por lo de la fiesta

—¿Por?— pregunté mientras dejaba mi maleta en el piso y me sentaba

—Debí acompañarte y más ahora que ese loco payaso de mierda anda suelto

—No te preocupes— le sonreí ligeramente— No me pasó nada

—Me alegro— sonríe y lo observo. Era un chico bastante guapo, alto y atlético— ¿Quieres ir por algo de comer luego de clases?

—Claro

***
—Sube— me abre la puerta de su auto deportivo y entré

—¿Por qué usas auto? Aquí todo queda cerca

—Vivo a las afueras del pueblo

—¿Eres rico?— pregunté sin pensarlo

Que sutil.

—Sí— contesta tranquilo. Enciende el auto y arranca

Estacionó a un lado del parque y entramos a una pequeña cafetería.
Hicimos nuestro pedido y fuimos a la mesa para esperar.

—Te queda bien esa chompa— comento para romper el silencio

—Gracias. Deberías venir a vernos jugar

—¿Fútbol americano?— asiente riendo y es que era bastante obvio— Soy mala para los juegos

—Hay juegos que te los puedo enseñar personalmente— supe a que se refería y niego riendo— Me extraña que no sepas de deportes, parece que practicas algunos

—La verdad es que no. Intento comer sano y a veces hago ejercicio en mi habitación siguiendo tutoriales en Youtube

—Deberías unirte al equipo de porristas, serías perfecta

—No es mala idea— apoyo mis codos en la mesa— Lo pensaré

Continuamos conversando y me di cuenta que teníamos varias cosas en común. De vez en cuando nos dábamos pequeños besos, pero no significaba nada porque aunque todas las chicas del pueblo lo consideren el chico perfecto, no me movía el piso.

***
—¿Puedo ayudarte?— pregunté
al hombre parado fuera de mi casa

—Sí— dió vuelta para mirarme

Era un poco más alto que Alex y mucho más atractivo. Ojos verdes, piel blanca perfecta, cabello dorado oscuro y labios rosados carnales.

Precioso.

Bastante.

—Creo que me perdí— dice mirando un papel arrugado

—¿Qué dirección buscas?— digo retomando mi concentración y me enseña el papel. Como no era muy lejos de mi casa lo acompañé

—Gracias— dice una vez que llegamos

—No es nada

—¿Cómo te llamas?

—Marie Benson, ¿tú?

—Bill Skarsgård— estrechamos las manos

—Un gusto. Si me necesitas ya sabes donde vivo— sonreí amistosa y un poco sonrojada

—Gracias. Nos veremos pronto— se acerca lentamente para besar mi mejilla y no pude evitar mirar sus ojos verdes. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo

—Nos vemos— digo y me voy

¿Por qué sentí ese escalofrío cuando ví sus ojos de cerca? y sobretodo ¿por qué me gustó? Quizás es porque es el chico más guapo que había visto en mi vida y es normal sentir un ligero cosquilleo en situaciones así.

—Hola— saludé a mi hermano cuando entré a casa

—Te demoraste

—Un amigo me invito un café

—¿Qué amigo?

—Se llama Alexander— digo sin importancia

—¿Alexander Pears?— se levanta del sofá y pausa la película

—Sip

—¿Estás saliendo con el fuckboy del instituto?— me pregunta en tono de burla

—No salimos. Es mi amigo y ya— abro la nevera y tomo el cartón de leche— ¿Quién te dijo que es un fuckboy?

—Todo el mundo— viro los ojos y tomo un vaso

—Es guapo y todo eso, pero no llama mucho mi atención

—Igual ten cuidado. No me gustaría verte llorar por alguien tan básico

—¿Si te preocupas por mí?

—Obvio, tonta— reí y subí a mi habitación

***
—Te va a ir muy bien— me dice Alex mientras yo calentaba para la audición de porristas

—¡Suerte!— grita Ally cuando fui al escuchar mi nombre

La audición no era la gran cosa, los pasos era sencillos, pero aún así estaba nerviosa.
Escuché la cuenta regresiva y comencé la rutina.

—Eso fue impresionante— comenta Christina, la líder— Y además te queda bien el uniforme— sonreí agradeciendo— Estás dentro

—¿De verdad?, ¿tan fácil?

—Necesitamos de urgencia porristas guapas y que se muevan bien y tú eres ambas— comenta Liz, su mano derecha

—Gracias, chicas— me despedí y fui donde Alex

—Te lo dije— me abraza y me da una vuela— Pero me será difícil jugar

—¿Por qué?

—Me desconcentrarás— viré los ojos y reí

—Estarían locas si no te hubieran aceptado

—Gracias, Ally— la abracé

—¿Marie?— escuché y di vuelta para ver de quien se trataba

—¡Oh! Hola, Bill— digo sorprendida pero contenta— ¿Qué haces aquí?