Marcas

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Bill salió de mí y se acostó a mi lado.
Me pusé encima de él y comencé a saltar duro sobre su miembro, provocándole un gemido.

—¿Otra vez?— asiento y me sonríe pervertidamente

No me importaba que estuviera cansada, sólo quería volver a tenerlo dentro de mí y llegar a otro glorioso orgasmo.

Seguí con mis saltos por varios minutos hasta que decidí cambiar de posición quedando con el pecho sobre la cama. Bill no dudó en entrar duro. Puse una mano en la pared para ayudarme a ir hacia adelante y atrás y poder embestirlo también.
Sentía como mi clítoris palpitaba, así que tome su mano y la coloqué en mi feminidad para poder recibir más placer. Los dedos de Bill son mágicos.

***
—La pasé muy bien hoy— digo una vez que llegamos a mi casa

—Igual yo— me besa— Hasta luego

—Adiós— me despido y entro a mi casa

—¿Quién es ese chico?— pregunta mi madre apenas puse un pie dentro de la casa

—Un amigo

—¿Y se besan?

—¡Mamá!— me toma de la mano y me lleva a la cocina

—¿Es tu novio?— susurra

—Sí

—¿Por qué no me dijiste?

—Recién comenzamos hoy

—Quiero conocerlo

—¡¿Qué?!— mi madre me hace una señal con el dedo para que baje la voz

—No vamos ni un día juntos y ya lo quieres conocer— vuelvo a susurrar

—Quiero saber con quien está saliendo mi hija

—Entiendo, pero no sé como reaccione mi papá

—Él ya ha conocido a tus novios antes y reaccionó bien, ¿o no?

—Bueno, sí— recordé que se comportó muy bien cuando le presenté a Colin y a Rafael

—Yo hablo con tu padre y tu invita a tu novio a cenar el viernes— suspiro resignada

—Está bien

No sabía como decirle a Bill que mis padres ya lo iban a conocer, apenas llevamos un día saliendo y siento que al invitarlo a mi casa pensará que esto irá más allá.

Tomé una ducha mientras pensaba cómo decirle, después cepillé mis dientes y sequé mi cabello para ir a la cama.

***
Me hubiera gustado decir que soñé con Bill, pero lamentablemente no fue así. De nuevo tuve otra pesadilla con Pennywise asesinando a mi novio.
Se sintió tan real ver como lo devoraba y me escupía su sangre mientras yo estaba atada a una silla.
"Sólo es una pesadilla" era lo que me repetía al despertar y lo que me calmaba.

Me arreglé para desayunar e ir al instituto.

—¡Hola!— saludo alegre a Ally

—Me tienes que contar todo

—¿De qué hablas?

—¿Qué pasó con Alex?

—Nada, ¿por?

—Está desanimado. Le pregunté qué le pasa y me dijo que te pregunte a ti— suspiré y vi a Alex, quien se encontraba sentado viendo su móvil

—Dijo que yo le gustaba

—¡Eso es genial!— dice Ally feliz

—No grites y no es genial

—Pensé que también te gustaba

—No y además me lo confesó justo cuando Bill apareció

—¿Celos?

—Sí— crucé mis brazos— Lo hizo para que no salga con Bill y sea sólo para él, como todas están a sus pies pensó que yo sería igual

—Todas menos tú

—Es muy divertido y agradable, pero no lo puedo ver como algo más

—No jodas. Es perfecto

—Para mí ya hay alguien perfecto

—¿Marie, de quién hablas?

—De Bill

—¿Tu vecino?— asiento sonriendo— No lo imaginaba

—Yo tampoco, pero Ally, es tan lindo y no sé por qué pero siento que es el indicado

—¿O sea ya son novios?— afirmo— ¡Tonta! ¿Cuándo pensabas decírmelo?

—Ayer fui a su casa y nos confesamos lo que sentíamos

—¿Y eso fue todo?— pregunta pervertida

—Y luego comimos hamburguesas

—¿Y luego?

—Ya te podrás imaginar

—¿En serio? Me imagino que te dolió porque es muy alto y pues debe ser grande y...

—¡Ally!

—Oh y por eso traes bufanda— asiento

—Déjame ver como te dejó

—Es privado

—Yo te dejo ver todos los nudes que me mandan

—Yo no te los pido

—¡Ay, Marie! Déjame ver

—Bueno— bufo. Me aseguré que nadie vea y bajé un poco mi bufanda

—¡Mierda, Marie!— dice asustada— Parece que te golpearon o te caíste de un tercer piso

—No exageres— me vuelvo a cubrir el cuello

—Marie, es en serio. Ve al baño y míralo por ti misma— dice preocupada y me asusto un poco

Fui al baño, cerré la puerta y saqué mi blusa junto con mi bufanda y abrigo.
¡Dios! Ally tenía razón.
Esas marcas de mordidas no eran normales. Eran grandes y de un color rojo con morado, aunque por alguna extraña razón no me dolían.

Recordé que Bill mordió mi pezón, así que retiré rápidamente mi sujetador y quedé aun más sorprendida porque estaban de color rojo alarmante y lucían muy hinchados. Me los toqué y me dolieron, estaban bastante sensibles.

¡Ah! Pero la niña quería follar duro.

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