Corazón roto

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—No... no digas eso—su voz se corta— Lo último que quiero es que me temas 

—Tú haces que te tema cuando actúas así—mis ojos se cristalizaban

—Soy un estúpido que no sabe manejar sus sentimientos, es que tengo miedo de perderte

—Eso no pasará jamás, a menos que cambies tu actitud—pasa su mano por su cabello— ¿Por qué me haces esto? ¿Qué te pasa?

—Es por el comida. Ahora me alimento de malas personas y eso tiene un efecto negativo en mi carácte—me acerco para abrazarlo

—Es mi culpa

—¿Tuya?—se separa del abrazo

—Sino hubiéramos empezado con esto, tú seguirías alimentándote normalmente y yo no estaría en el dilema de renunciar a mi vida mortal por ti

—¿Crees que esto es un error?

—No—respondo rápido— Sólo que a veces pienso que sí—confieso y bajo la mirada

—Te entiendo. De alguna manera nos estamos destruyendo—asiento y unas lágrimas caen de mis ojos

—Odio admitirlo, pero es cierto— Pennywise toma mis mejillas

—Tú no eres mi centro de rehabilitación y yo no soy el indicado para ti—sus palabras me llegan y comienzo a llorar más—Tranquila— me abraza— Te irá mejor sin mí

—No quiero estar sin ti. No quiero no estar a tu lado

—Marie, de lo contrario esto puede terminar peor

—¿Entonces se acabó?

—Sí—limpia sus ojos antes de que derramen lágrimas— Quizás en otra vida estemos juntos—me lanzo a besarlo mientras mis lágrimas caían junto con las suyas que ya no pudo contener más— Te quiero—me dice y desaparece

—Yo te amo—digo viendo a la nada

***
—Hola, Ally—la saludo mientras me siento a su lado

—Hola—responde seria

—¿Todo bien?

—Pensé que eramos amigas

—Claro que lo somos

—Parece que no

—¿Por qué lo dices?—se acerca para decirme algo al oído

—Te ví con Pennywise en el río—abro más mis ojos y no digo nada— ¿Por qué no me lo dijiste? Casi me desmayo cuando los ví

—Era difícil asimilarlo incluso para mí

—¿Era? Ustedes... ¿terminaron?

—Sí—trago en seco

—¿Qué? ¡Recién me entero que están saliendo y ya terminaron! Explícame, Marie

—Era lo mejor para ambos

—Ay, amiga—acaricia mi espalda— Cuando los encontré se veían felices,  aunque no son... eran una pareja normal, se notaba el cariño

—Fuimos felices en algún momento— limpio mis ojos antes de que salgan las lágrimas— Hice que me prometiera no alimentarse de personas inocentes y que los reemplace por gente de mala calaña, pero no imaginamos que eso lo volvería más agresivo, especialmente si me veía cerca de Alex

—Entiendo, ¿cuándo terminaron?

—Ayer—mis lágrimas salieron y me abrazó

—Tranquila, Marie. La clase está a punto de empezar y debes calmarte—me da un papel de su bolsillo para poder secar mis ojos— Luego iremos a mi casa y podrás desahogarte, ¿de acuerdo?

—Sí, gra... gracias

***
—Adelante—dice Ally abriendo la puerta de su casa y subimos a su habitación. Me siento su cama y dejo mi maleta en el suelo

—¿Y bien? Puedes contarme lo que sea—se sienta a mi lado

—¿Qué quieres que te cuente? 

—La verdadera razón de su ruptura

—Ya te la conté

—¿De verdad era esa?—asentí— Es estúpida 

—¿Por?

—Marie, si de verdad amas a alguien entonces no huyen de los problemas, te quedas y los resuelven juntos—mi vista se nublada por el agua salada que amenazaba con salir

—Hay otra razón—tomo aire— Él se despierta cada 27 años y es inmortal, mientras que yo envejeceré y moriré

—Debe haber una forma para que estén juntos 

—Adquiriendo su naturaleza asesina, pero se negó a transformarme

—Si lo hace todos los planes que me has contado de ir a la universidad y volver a Nueva York para trabajar como abogada ya no serían posibles, ¿cierto?

—Exacto, ese es otro problema— empiezo a llorar y mi amiga acomoda mi cabeza en sus piernas para consolarme

—Llora todo lo que quieras que aquí estoy para ti

—Gracias—digo entre sollozos

El resto de la tarde la pasé con Ally consolándome y dándome ánimos para que siga adelante.
Me sentí bien en contarle todo, no me juzgó y me apoyó.

—Joder, Marie—dice mi hermano cuando entré a mi casa— Te ves horrible

—Gracias—sonrío hipócritamente

—¿Qué te pasó? ¿Rompiste con Bill?— bromea

—Sí—bajo mi mirada

—¿Qué? ¿En serio?—su sonrisa desaparece

—Terminamos ayer

—Ay, hermanita—me abraza— ¿Qué pasó?

—Se irá y no puedo acompañarlo

—¿A otro país?—me separo del abrazo

—Algo así

—¿Qué pasa, chicos?—preguntan mi padre desde la sala

—Nada—contesto rápido, pero llegó junto a madre

—A mí no me engañas, Marie Benson—dice mi madre cruzando de brazos— Mira como tienes esos ojos por tanto llorar. ¿Qué te pasó?

—¿Algún problema en el instituto?— pregunta papá y niego— ¿Entonces?

—Bill y yo terminamos

—Lo sentimos—dicen ambos compadeciéndose de mí y abrazándome

—Él se va a otro país—interrumpe mi hermano

—Estas cosas duelen demasiado, pero las superarás—mi padre intenta dar su mejor sonrisa

—Cuentas con nosotros, hermanita

—Gracias—los abrazo y luego subo a mi habitación para tomar una ducha e intentar concentrarme en estudiar para la prueba de química de mañana

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