Capítulo 2

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La noche había caído sin darme cuenta. Había estado corriendo durante las últimas dos horas por las semi iluminadas calles de mi vecindario y evidentemente había perdido la noción del tiempo.

Mi respiración estaba agitada y mis costillas dolían un poco, por lo que decidí recostarme en el pavimento helado a tomar un breve descanso. No pasaron muchos minutos cuando noté que, ahora que no me encontraba en movimiento, mi cuerpo comenzaba a sentir bastante frío.

Enseguida consideré que sería mejor regresar a casa cuanto antes. Pero antes de levantarme, miré el cielo nocturno una vez más, ese que tanto me gustaba observar, y deseé que me tragara la tierra ahí mismo.

Dos días habían pasado para ese entonces. Dos días desde que conocí a Kim Taehyung. Dos días desde que me había convertido en su prometido, y también, había que decirlo, dos días desde la última vez que supe algo de él.

Mi madre, mientras tanto, había estado los últimos días bastante ocupada con los preparativos de la dichosa boda. Claro, junto con la madre de Taehyung.

Al parecer el evento no iba a ser la gran cosa, pero debo decir que para ser una "ceremonia íntima", como habían dicho antes en la sala de juntas, me pareció que la lista de invitados estaba bastante larga.

Por el contrario, yo me había quedado exento de cualquier cosa que se relacionara con ello, y me había concentrado en mi trabajo. La mayoría del tiempo estaba en mi oficina y con Han-Neul, quien en los últimos días se había convertido en una gran compañía debido a que ella era la única persona que no me hacía mención alguna sobre mi futuro matrimonio.

Al menos con ella me sentía un poco más relajado.

Mi padre se había ido de viaje de negocios a Japón justo después de anunciar mi matrimonio. Supuse que volvería para antes de la boda. Mientras que mi madre se pasaba todo el día en espera de que yo regresara a casa sólo para atosigarme hasta la médula de los pasos a seguir durante la dichosa ceremonia. Cosa que era bastante innecesaria, puesto que me los había memorizado desde la primera vez que me los dijo.
Pero no pude hacer nada. Mi madre a veces era una paranoica. Y no le bastó habérmelo repetido cincuenta veces.

Después de unos minutos, me levanté del cemento húmedo de un sólo movimiento y me dirigí a mi casa finalmente.

— ¿Jungkook, eres tú? — oí decir a mi madre en cuando escuchó la puerta principal cerrarse detrás de mí.

— Sí, madre — le afirmé, mientras subía el primer escalón de la escalera. — Iré a darme una ducha, ¡apesto!

— ¡Ven aquí un momento! — dijo ella, ignorando mi anterior comentario.

Suspiré profundamente y enseguida di media vuelta. Y es que verdaderamente, desobedecer a mis padres, hasta en la más pequeña cosa, era algo que no me salía nada bien.

En sólo unos cuantos segundos ya había llegado a la sala de estar en donde se encontraba mi madre. Ella estaba sentada en uno de los sillones blancos que adornaban el salón. Y a su lado, se encontraba el mismo sujeto que provocó en mí una sensación extraña en cuanto lo vi por primera vez hace tan sólo unos días, y que incluso ahora, había empezado a corromper la estabilidad de mis palpitaciones una vez más.

El castaño de ojos encantadores me miró en cuanto entré al salón y yo me quedé petrificado.

"¿Por qué sus ojos tenían ese poder en mí?"

"¿Acaso estaba volviéndome loco?"

Esa era la segunda vez que nos veíamos. Entonces, ¿por qué me sentía así?

Blue & Grey ⚘ | KookTae |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora