⚘ Pareja principal: KookV/ KookTae.
⚘ Contenido homosexual
⚘ Versatilidad ocasional.
⚘ No M-Preg. No Omegaverse.
⚘ Contenido maduro [+18]
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Jeon Jungkook es un hombre de 25 años quien, a pesar de su juventud, ya es reconocido en el mundo de la...
[AVISO: Este capítulo tiene contenido adulto. Puede incluir lenguaje explícito, relaciones sexuales, palabras altisonantes y/o violencia física o verbal] [Leer con discreción]
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Era una sensación indescriptible: ese curioso cosquilleo que inició en el centro de su estómago y que de a poco se fue propagando a cada rincón de su cuerpo.
Los sentimientos se le enredaban en el pecho, las emociones estaban ahogándolo con rapidez y a Taehyung se le hizo difícil respirar con normalidad. Era tanto y tan abrumador todo lo que sentía en ese momento que, sin mentir, a él le sobrellevaba un gran esfuerzo poder reconocerlo todo y controlarse a sí mismo después de eso.
Su corazón estaba tan alebrestado, tan desbocado, tan acelerado en su pecho, amenanzando con abandonar su cuerpo en cualquier instante. Se sentía tan rebosante de distintas emociones que no podía estar cien por ciento cuerdo. Estaba en algún punto entre la realidad y la fantasía. No queriendo saber verdaderamente dónde empezaba una y terminaba la otra.
Había hecho su petición. Taehyung había dicho aquellas palabras y el castaño jamás se sintió más ligero. Lo quería tanto; deseaba tanto decir esas palabras que no le importaba si habían sonado como una súplica, un ruego o algo más.
La parte racional de Taehyung había ido a esconderse a algún lugar de su mente y no planeaba aparecer pronto. El castaño no lo pensó, simplemente lo dijo, lo expresó y lo demandó. Él quería ser amado por Jungkook, por su esposo. Deseaba tanto que este le hiciera el amor, y si tenía que pedirlo así, tan necesitado y hambriento, lo haría una y mil veces más.
Necesitaba tanto de su azabache en ese momento. Ansiaba profundamente las suaves caricias del contrario en su cuerpo, de sus labios besando su piel desnuda por todas partes, de esa mirada intensa obsevando cada gesto de su rostro cuando los sentidos le estaban volviendo loco, y ni hablar de cómo añoraba estar hundido en todas esas hermosas emociones que sólo su esposo le provocaba cada vez que se entregaban así, tan enteramente el uno al otro.
Taehyung miró a Jungkook y de nueva cuenta volvió a pedirle a los cielos que le despojase de todo aquello que no le permitía estar bien ni ser feliz. Deseó con una devoción desbordante borrar todo lo malo que le había ocurrido y que no le dejaba dormir por las noches. Que todas aquellas vivencias tan horribles y nefastas se esfumaran de su mente y que, por favor, lo único que permaneciera en su mente fuera la imagen de su precioso Jungkook, el amor de su vida, en esa inmensa cama, amándolo con pasión y dulzura por el resto de su vida.
