Blue & Grey ⚘ | KookTae |

Capítulo 27

Nota: Siento que hay mucho para opinar en este capítulo. Les estaré leyendo... 👀

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[Es un capítulo muy largo, así que lo dividí en dos.]

– Primera Parte –

🥀

El aroma característico que desprende cualquier centro sanitario... uff, nunca fue su favorito, al contrario, ese olor amaderado mezclado con estilizador y productos químicos, siempre le hacía arrugar la nariz cada que tenía que poner un pie en cualquier hospital desde que era un niño.

El blanco de los pasillos, el sonido de los zapatos rozando el suelo recién pulido, los altavoces tronando en sus oídos, los médicos corriendo de aquí para allá con sus rostros cansados debido a los turnos prolongados de trabajo, el desinfectante entrando en sus fosas nasales, los cuerpos de los enfermos, sudorosos y débiles, esperando ser atendidos... Todo eso era una tortura para él.

Jungkook odiaba los hospitales, odiaba tener que regresar ahí y ver todo aquello que le hacía sentir tan alterado.

Eran sensaciones diferentes, todas atropellándose la una con la otra conforme llegaban a su cuerpo. Porque su cuerpo lo resentía, su cuerpo sí tenía una memoria, una memoria que aún lo ponía con el corazón acelerado y con los nervios de punta cada que ese aroma a etanol le golpeaba el rostro.

Y es que estuvo a punto de morir...

Jungkook estuvo a punto de morir y ese hospital era el vivo recuerdo de que la muerte estuvo a nada de tomar su alma; rondándolo, acechándolo, jugando a su alrededor y riéndose en su cara. ¿Por qué no tendría miedo de volver ahí?

Esas habitaciones con lamentos mudos ocultos entre sus muros, las historias trágicas que se esconden en cada rincón de aquel lugar... Jungkook no podía dejar de pensar que la suya también estaba ahí, tatuada en esa cama angosta que lo mantuvo cautivo durante días y días, a la espera de que su mente fuera lo suficientemente capaz de volver a darle vida a su cuerpo... De regresarle la vida a él.

Era la primera vez que volvía a ese hospital después de que se le había permitido irse a casa, hace sólo una semana, pero Jungkook ya sentía su estancia ahí como una fecha muy lejana, una que sin duda quería olvidar.

Jungkook no se sentía bien, no del todo. Un nudo en su estómago se le había formado desde que salió esa mañana de casa sin despedirse de su castaño; todo porque estaba molesto. Taehyung había dicho que tenía pendientes con Jimin esa misma tarde, por lo tanto, no iba a poder acompañarlo a su cita con el médico, y Jungkook casi quiso llorar al escucharlo.

Jungkook no quería volver al hospital sin él, sin su ángel que le protegía de todo. Sin Taehyung se sentía incompleto y todo parecía ser doblemente complicado para él.

— ¿Sientes algún dolor?— preguntó el hombre de cabello blanco y anteojos redondos. Su mano izquierda tocando repetidas veces el pecho del azabache, examinándolo, mientras su mirada estaba atenta al rostro de éste, esperando cualquier indicio que respondiera a su pregunta.

— No.

El médico asintió, quitando su mano y retrocediendo un paso. Giró su cuerpo y caminó cuatro pasos hacia el negatoscopio, visualizando con más detenimiento las radiografías de su paciente y llevando su mano al mentón mientras las analizaba. Se quedó ahí sólo un minuto.