Capitulo 12

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John

Jenna se sonroja y vuelve a observar el lago.

-¿Cómo conoces este lugar?

-Solía salir a acampar con mi padre cuando era niño, una tarde me trajo aquí dijo que lo había encontrado por accidente una vez cuando exploraba y que se convirtió en su lugar especial cuando quería estar solo.

-¿Y ahora es el tuyo? –pregunta. –Creo que sí, jamás he traído a nadie aquí.

Nos quedamos en silencio un rato, ella viendo el lago, yo observándola a ella hasta que no lo soporto más, rompo el silencio.

-Supongo que no quería compartirlo con nadie

-Y no te culpo es hermoso, pero, ¿porque yo?

-Honestamente, no lo sé. –ella asiente. –Jenna mírame.

Ella tímidamente se gira hacia mí y levanta su cabeza hasta que nuestros ojos se encuentran.

-Simplemente no lo entiendo John ¿Por qué estás haciendo esto? Es que acaso simplemente hoy te levantaste y decidiste que querrías salir con migo.

Me acerco a ella hasta que solo un paso nos divide. –Cuando te enojas te sale una arruga aquí. –toco su entrecejo. –tus labios se fruncen. –acaricio su labio inferior. –y tus mejillas se sonrojan fuertemente. –paso mis manos por su mejillas.

Ella me mira por un momento y luego se aleja rápidamente.

-Si quiera ¿estás escuchándome? –solo me encojo de hombros. -¡aah! Tú eres la persona más frustrante que conozco.

-Lo sé

-Solo contesta John ¿Por qué me trajiste aquí?

No lo soporto más exploto. –Porque es el único lugar donde se me ocurrió que no nos molestarían, podríamos hablar tranquilamente y del cual no podrías escapar.

-Y ¿Por qué diablos se te ocurrió que querría escapar?

-No lo sé, tal vez porque has estado evitándome toda la maldita semana y estoy tan desesperado porque hables con migo, lo he intentado todo y tu simplemente lo ignoras. Obligarte era mi última opción.

Ella me mira sorprendida y luego se echa a reír tan fuertemente. –Lo que me faltaba. –ello solo sigue riendo y hace que me enfurezca, no pienso simplemente camino hacia ella la tomo de la cintura y la acerco a mí, Jenna para de reír abruptamente y me mira sorprendida no le doy tiempo de pensar la beso, la beso con tanta fuerza y se siente como el cielo, ella no me responde el beso por un segundo y luego se deja llevar me agarra por el cuello y me acerca más hacia ella, el beso se vuelve suave y lento y poco a poco me separo de ella, no porque quiera sino porque me falta aire.

-¿Ahora crees que es gracioso? –ella niega. –bien, si te suelto prométeme que no vas a correr y hablaras con migo. –Lo prometo.

La agarro de la mano y la guío hacia la sombra de un árbol.

Jenna

¿Qué acaba de pasar?, Ni si quiera sé cómo diablos llegamos debajo de un árbol, me siento tan confundida y a la vez tan viva.

-Puedes dejar de mirarme fijamente.

El idiota sonríe. – ¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?

Me gustaría decirle que se vaya al diablo pero en su lugar decido no responder, esta vez el ríe fuertemente porque sabe que es cierto.

-¿Cómo demonios caben tú y tu ego en una misma cama?

-¿Quieres averiguarlo? –pregunta juguetonamente

-Eres tan idiota

-Ahora que ya dejamos en claro tu desagrado hacia mí y mi ego, podemos pasar a lo más importante.

-¿Y eso sería? –Date un disparo Jenna acabas de coquetear

John me mira sorprendido por un momento y luego se recupera. -¿Por qué has estado evitándome?

-Ya te lo dije no he estado evitándote

-Si lo has estado haciendo Jenna y sabes trabajar por obtener la atención de una mujer no es algo que yo haga, sin embargo tu me has hecho trabajar muy duro.

-Lamento si ofendí tu ego. –digo sarcásticamente

-Vamos Jenna, no te escondas detrás de tus comentarios listillos, lo que quiero decir es que nunca he luchado por la atención de una chica porque ninguna ha llamado mi atención.

Suspiro frustrada porque sé que debemos aclarar todo.

-John lo que creas que hay entre nosotros, sea lo que sea, no puede ser.

-Y es ¿Por qué no puedes? O ¿Por qué no quieres?

-Porque no puedo, no quiero, no lo sé probablemente las dos.

-Si me hubieras dicho la primera opción tal vez te hubiera creído, sin embargo elegiste las dos y no puedes engañarme tu quieres y mucho, no lo niegues el problema es que estas asustada de admitirlo y te empeñas en negarlo.

-No es así, es solo que tú me has conocido lo suficiente como para no querer estar con migo, por Dios John tengo un hijo, un hijo que es parte de la ecuación y con eso viene responsabilidades. Esto no es un juego.

-Nadie ha dicho que es un juego, se que tu hijo es parte de la ecuación y estoy dispuesto a intentarlo, solo dame una oportunidad.

-Yo… No lo sé

-Tú no lo entiendes verdad, te vi.

-¿Qué quieres decir?

-Esa noche afuera de un club tú estabas al otro lado bailando frente a Jackson y sonreías fue la sonrisa más hermosa que jamás he visto, tus ojos brillaban y te veías tan hermosa. Jenna esa noche me cautivaste y luego cuando te volví a ver ese día frente a mi casa me prometí que haría lo que fuera para obtener tu atención.

Agacho la cabeza. –yo no soy otro de tus juguetes John. –murmuro

-¿Y crees que no lo sé?, entiendo que al momento de tener algo con tigo tiene que ser algo formal, yo sé que no es otro de mis juegos y tienes razón al no confiar en mí pero al menos te pido que me des una oportunidad para demostrarte que puedo ser el hombre que necesitas, el hombre que quieres.

-No eres solo tú, el hecho de tener una relación con alguien me aterra, además necesito mi trabajo

-Y lo tienes, tú trabajo no es un problema…

Resoplo. –Y el famoso John Emerson va a salir con una sirvienta ¿Qué va a decir la gente?

-Maldición Jenna no te menosprecies así, tú eres más que eso y lo sabes, lo que diga la gente me importa un carajo, sé que estas asustada y está bien yo también lo estoy las relaciones son algo nuevo para mí pero estoy dispuesto a intentarlo.

Maldición me siento atrapada, la parte irracional de mi le ha dado el sí desde que me beso pero la parte racional me dice que al aceptar estoy corriendo riesgos, la parte racional de mí me recuerda que puedo salir herida si no funciona pero también me recuerda que los riesgos me han ayudado a ser más fuerte.

-Cuando me entere que estaba embarazada de Jackson fue el mejor día de mi vida luego todo se vino abajo y me jure que no volvería a enamorarme nunca más, tienes que entender que al aceptar estoy poniendo en riesgo mi corazón y también tendrás que trabajar en ganarte mi confianza. –el sonríe, sabiendo que gano. –pero iremos lento y si descubro que solo estás jugando con migo literalmente te asesinare.

El me jala hacia sí y me abraza fuertemente. –prometo que no te arrepentirás. –luego me da el beso más fabuloso que jamás me han dado.

-¿Qué dije acerca de ir lento?–lo regaño.

–Lo lamento. –responde.

Pero no lo hace y yo tampoco.

Dejarte irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora