Jenna
Ha pasado una semana desde mi encuentro con Nick, una semana desde que besé a John ¿Qué demonios me poseyó para hacerlo? No lo sé, pero estoy malditamente segura de que si tuviera la oportunidad lo volvería a hacer y esta vez no precisamente en la mejía. Cuando mis labios tocaron esa hermosa y suave piel, tan cerca de sus labios, estuve tentada a deslizarme un poco más hasta que fueran sus labios los que estuviera besando.
Pero la pequeña alarma en mi cabeza me trajo de vuelta a la realidad. Y la realidad es, que por más que quiera no puedo volver a confiarle mi corazón a nadie, no puedo arriesgarme a que lo destruyan de nuevo.
Desde ese día he hecho un gran trabajo evitando a John y creo que él lo sabe, pero no parece querer rendirse. Damián ha estado pasando bastante tiempo con Jackson y se aparece por mi puerta los fines de semana, sin preguntar, hoy no es la excepción, está en la sala de estar jugando con Jackson mientras yo me encuentro en la cocina haciendo un desayuno tardío.
-Entonces, puedo saber ¿Cuándo dejaras de torturarme, levantándome temprano los fines de semana? –pregunto mientras Damián se sienta en uno de los taburetes de la Isla, Jackson lo sigue y se sienta a la par.
Damián resopla –Por Dios mujer, son las 11:30 de la mañana, no sé cómo puedes dormir tanto cuando claramente tienes un niño que alimentar.
-Normalmente el duerme hasta que yo lo despierto. –espeto
-Pues no parece
-Eso es porque cierta persona irritante se aparece por mi puerta sin preguntar y toca hasta que le abro.
Damián se toca el corazón dramáticamente. –¡Auch! Eso dolió, yo lo único que quiero es pasar tiempo con gente de mi edad. –dice mientras observa a Jackson
Bujo. –Desde la última vez que revise un niño de 5 años y un adulto de 23 años no son considerados ni cerca de tu edad.
Damián ríe. –Listilla.
Jackson me mira impaciente. –Después de su discusión puedo ahora tener mis hotcakes mami. ¡Por favor!
-Claro cariño.
Damián me mira con cara de cachorrito. – ¿Y para mí no hay?
Ruedo los ojos en su dirección pero sonrío, mientras le paso un plato a cada uno lleno de hotcakes.
Damián se mete un bocado en la boca y gime.
-¿Alguna vez te he dicho que haces los mejores hotcakes del mundo?
Jackson le frunce el ceño. –Claro que los hace, se trata de mi mami.
Damián se ríe. –Parece que heredo lo listillo de ti.
Sonrío. –Claro que lo hace es mi hijo.
-jaja… te crees graciosa ¿no es así?
-No me creo, lo soy
-Mujer, tu ego no tiene límites.
-lo sé.
Damián me rueda los ojos y luego dirige toda su atención a Jackson.
-Entonces ¿Qué quieres hacer hoy?
Jackson lo mira pensativo por un momento. –Hay una película nueva y la quiero ver, si a mami le parece bien.
-Siempre y cuando yo pague nuestras entradas, me parece una excelente idea.
-Ni hablar. –Damián protesta. –Este es el trato, tú me sobrealimentas y yo gasto mi dinero alegremente en el entretenimiento.
Empiezo a protestar pero Damián me lanza una mirada que dice que no ganaré esta pelea así que en cambio solo lo ignoro. Si Jackson no estuviera aquí probablemente ya le hubiera dado una patada en el culo.
Jackson termina su desayuno y corre a su habitación de dejándome a solas con Damián.
-Entonces. –él me da una sonrisa maliciosa. –mi hermano ha estado de un terrible humo últimamente.
-hum mhmm
-yo creo que se debe a que cierta persona ha estado evitándolo muy obvia y constantemente.
Entrecierro los ojos en su dirección.
-No hagas que te de una patada en el culo.
-Oh vamos, algo está pasando entre tú y mi hermano, no lo niegues.
-Nada está pasando entre nosotros.
-Y yo soy un santo.
-Deja de ser un idiota.
-Te diré lo que sé, antes de ti John apenas y llegaba a casa, antes de ti John jamás se había visto tan despreocupada y de su edad y definitivamente antes de ti, ninguna chica había hecho trabajar a John para conseguir su atención, el pobre está desesperado y no lo culpo no está acostumbrado a lidiar con este tipo de cosas, pero debo admitir que me divierte verlo. Y para que lo sepas John no se da por vencido fácilmente así que te va a costar quitártelo de encima y si lo logras, que dudo que lo hagas, serás mi heroína.
Haciendo como si no me importara ignore las mariposas en mi estomago y en vez de contestarle a Damián cambie no tan sutilmente de tema. Damián se dio cuenta y sin embargo lo dejo pasar, yo estaba agradecida de que lo hiciera, John no era un tema del cual quisiera hablar.