Por un segundo creo ver un rastro de dolor pasar por su rostro pero quizá solo fue mi imaginación porque tan rápido como llego se ha ido, su rostro está lleno de indiferencia.
–¿Qué haces aquí? –espeto rápidamente.
–vaya forma de saludar a tu padre. –responde venenosamente.
–Discúlpame si te ofendí padre es solo que la última vez que te vi me llamaste zorra. –respondo con falsa amabilidad.
Alguien tose a mis espaldas y es cuando recuerdo que Damián está atrás de mí con Jackson en sus brazos, rápidamente me volteo hacia él. –Lleva a Jackson al apartamento 20 y espérame ahí. –ordeno, Damián duda. –estaré bien apresúrate. –Me da una mirada que dice que no me cree pero se va.
–Que descortés Jenna no me presentaste a tu amigo. –Te preguntare una vez más ¿Qué haces aquí?
–Nick me llamo, dijo que estabas trabajando como una sirvienta en la casa de Emmerson solo hicieron falta un par de llamadas para localizarte.
–Pues lo hiciste en vano, lárgate no quiero verte ni un minuto más.
–Me voy pero tú y ese niño vendrán con migo, ningún Hamilton va a rebajarse trabajando como sirviente de alguien más y menos cuando ese alguien mas es mi socio, volverás a casa y todo será como antes. Hemos dicho a nuestros amigos que has estado estudiando danza en Europa y es lo que tú dirás, te casaras con Nick como siempre lo quisiste y el niño será enviado a España con tu tía Martha, ella está dispuesta a hacernos ese favor por una generosa cantidad.
Me quedo estupefacta, ni si quiera puedo creer lo que acaba de salir de la boca de este lunático. No lo soporto más empiezo a reír histéricamente. –¿Quién te crees tú para decirme que hacer? –grito. –Entiende de una maldita vez que tú ya no tienes poder sobre mí, el estúpido apellido no significa nada en mi vida. Aléjate de mi y de mi hijo entiende de una vez que no soy una marioneta a la que puedes controlar tu ya no eres nadie en mi vida nadie.
Su cara se enrojece con furia. –Déjate de estupideces maldita niña, eres una mal agradecida vengo dispuesto a darte una segunda oportunidad y me tratas de esta manera no seas insolente, entra a la maldita habitación y empaca tus cosas porque vendrás con migo lo quieras o no. –espeta
No lo contengo más la furia en mi interior estalla y me vuelvo loca. –No seas sínico me diste la espalda cuando más te necesitaba y ahora esperas que vuelva a ese lugar como si nada, estoy bien sin ti no te necesito ni a ti ni a tu dinero Daniel Hamilton entiendo de una maldita vez que no te quiero en mi vida ya no me controlas por mi puedes decirle a las malditas personas que estoy muerte y me dará lo mismo. Ahora lárgate, lárgate y no vuelvas más. –grito
El solo me mira expectante y no se mueve así que lo empujo y empiezo a golpearlo en el pecho. –largo, largo, tú no eres nada, para mí estas muerto sal de mi maldita vida. –lo sigo golpeando en el pecho y gritándole que se vaya y lo mucho que lo odio y cuanto daño me hace su presencia.
Sé que para estas alturas todo el edificio me ha oído pero no me importa solo quiero que se vaya, que desaparezca de mi maldita vida para siempre y me deje en paz ¿Cómo se atreve a decirme lo que debo hacer después de todo lo que me hizo? Finalmente la gente empieza a salir de sus apartamentos para ver lo que pasa, y estoy segura que alguien llamara a la policía en cualquier momento, pero no me importa que me vean porque el poderoso e intocable Daniel Hamilton debe mantener su reputación limpia y no le conviene que lo vean involucrado en un escándalo así que por fin empieza a alejarse hasta que solo es una sombra.
Estoy tan alterada que aun cuando se va no puedo dejar de gritar y llorar, me estoy desmoronando por completo, mi vida se ha vuelto un desastre. Un minuto estoy en el suelo lamentándome y al siguiente siento como alguien me levanta en brazos y me lleva dentro de mi apartamento, levanto la cabeza para encontrarme con la mirada de John, mi John siempre apareciendo en los momentos más inoportunos para mantener juntos los pedazos rotos de mi alma, así que me aferro a él como si de eso dependiera mi vida porque así lo es en este momento el es todo lo que tengo y lo que necesito.