11.

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-Mi madre tiene cáncer.

Esas palabras retumbaron en mi oido varias veces, estaba atónito y totalmente sorprendido.

Tu estabas frente a mi, esperando alguna respuesta y yo no sabia que decir. Era obvio que contabas con que dijera algo que te calmara, pero eso simplemente no pasó. No sabía que decir para hacerte sentir mejor.

Me sentí tan inútil.

Pese a todo, me necesitabas, y yo había prometido ayudarte. Pero en lugar de eso, tu me ayudaste a mi.

Tomaste mi mano y me dijiste que no debia preocuparme por ti, porque estarías bien. Sin saberlo, me habías dado el valor para seguir hacia adelante.

-Lo siento Lia, se que debe ser duro para ti, pero tu madre te necesita.
Debes ser fuerte y contar con que todo mejorará... Porqué así será, lo prometo.

Y ahí seguías tu. Parada frente a mi, viendome fijamente y de un momento a otro, te lanzaste hacía mi y me abrazaste con fuerza.

Yo acariciaba tu pelo mientras tu llorabas sobre mi hombro. Estuvimos asi varios minutos hasta que te tranquilizaste, nunca nos separamos uno del otro y no me importó ni por un minuto otra cosa que no haya sido tu.

Quise darte algo que te ayudara a olvidar los problemas, así que te tomé de las manos y comenzamos a caminar fuera de la escuela.
Me preguntaste que hacía donde ibamos y yo te dije que era una sorpresa.

-Espera, solo confía en mi.

Nos detuvimos por un instante para mirarnos fijamente, así que aproveché ese pequeño instante para borrar con mis dedos las lagrimas que quedaban en tu rostro, tu sonreiste muy tiernamente, te pusiste de puntillas y me besaste en la mejilla.

-Gracias por todo, Dante.

Lo que nunca te dije [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora