Lo que nunca te dije [✔️]

9.

NARRADO POR ELLA

Si, lo recuerdo.

Recuerdo cada palabra de aquella conversación.
Y es que, ¿Como podría olvidar a quien por primera vez me hizo sentir especial?

Nunca olvidaré ese momento en la biblioteca, porque a pesar de que fue el dia en que te conocí, también fue el día en que me enamoré de ti.

Yo estaba sentada sentada en una de las mesas de la biblioteca y tu estabas junto a mi, tomando mi mano sin alejarte ni por un momento de mi. Ni siquiera me conocías y me estabas dando todo el cariño que en ese momento necesitaba.

Quería mirarte a la cara, pero no podia. Me faltaba el valor y estaba demasiado avergonzada. Decidí bajar la cabeza para que no puedas verme llorar.

Pensé que te cansarias de mi y solo te irías. Cualquier otro chico hubiese pensado que yo estaba loca y me hubiese dejado sola. Pero tu no eras como los demás chicos. Te quedaste siempre a mi lado.

Tu seguias en silencio, no decias ni una palabra, pero nunca dejaste de tomar mi mano.

Es raro, lo se. Pero sentirte cerca me calmó. A tu lado me sentía segura.

Era evidente que tenías algo que te hacía diferente a los demás. Lo supe en el momento en el que te vi a los ojos y noté en ellos una inmensa calma rodeada de tristeza. Y es que después de todo, todos tenemos algo que nos atormenta por las noches.

Me seguiste mirando en silencio por unos minutos más, hasta que decidiste romper el hielo...

-Por cierto, soy Dante.

A pesar de ya haber oido tu voz, esa vez fue diferente. Te oias melancólico y algo triste. Por un momento me distraje de mis propios problemas y me centré en ti. Así que me propuse a responderte.

-Soy Lia.

Me viste a los ojos y sonreiste tiernamente. Sentí como si tu mirada tan sincera y calmada me hubiese sacado de un profundo trance. Y sin darme cuenta, yo también comencé a sonreir.

En ese momento me sentí conectada a ti. Ambos nos mirabamos fijamente y por más estupido que suene, sentia como si todo a nuestro alrededor comenzaba a desaparecer.

De un modo u otro, creo que tu también sentiste lo mismo. Y es que sin saberlo, ambos habiamos encontrado nuestra ancla.