10》Un alivio

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A pesar de que los amigos de Peter generalmente estaban ocupados entrenando, el domingo por la tarde de aquel fin de semana lograron realizar un encuentro en una cafetería. Comieron, bebieron como dos litros de café entre todos y se rieron de tonterías; podía decirse que pasaban un buen rato. Sin embargo, al chico le seguía inquietando la cuestión sobre cómo atraparían a los villanos que habían aparecido la última vez.

--No son del tipo de personas que se quedan al margen por mucho tiempo. Aparecerán pronto, y cuando pase no los dejaremos ir--mencionó Ava Ayala.

A pesar de que en ese entonces Peter era el que más ansioso se sentía en el grupo, los demás sabían que no era para menos. Pero era día de descanso, la semana iniciaría nuevamente y ya tendrían tiempo para ocuparse de sus asuntos. Lo que hicieron en ese momento fue contagiarse de la energía sosegada de Danny Rand y reírse de las anécdotas que surgían a partir de los comentarios de Luke Cage. Cuando la burla iba dirigida a Sam Alexander era un hecho que se haría el difícil. En eso, cuando Parker portaba la palabra, Sam lo abrazaba por detrás y le despeinada el cabello con sus nudillos exclamándole que se callara, actuando de aguafiestas.

Un detalle del que hablaron poco era que de ahora en más el muchacho llevaría lentes de contacto de tecnología avanzada, otorgados por S.H.I.E.L.D, en lugar de sus gafas algo gastadas. Los lentes no le ayudarían a combatir el crimen o a preparar café pero sí ver los signos vitales de quienes tenían alrededor.
Pasaron un par de horas, momentos antes de la media noche, hasta que consideraron que era mejor que cada uno volviera a su casa. Más bien, el Tricarrier; Pete era el único que se estaba hospedando en una casa por el momento.

--Te envidio, no todos pueden tomar un descanso para ser alguien normal de nuevo, sin tantas preocupaciones--insinuó Luke.

--Te aseguro que mis preocupaciones siguen vigentes--respondió Peter--Pero nunca lo había pensado de esa forma.

Tal vez esa era la clave para sobrellevar su situación, verlo como un descanso, una oportunidad de dejarle el deber a las personas capacitadas mientras que él sólo tenía que estar al tanto de todo e ir a la escuela. Después de todo no sería permanente. Tenía bastante tiempo de sobra, podría ayudarle a la tía May con sus cosas, pasar más tiempo con Harry, estudiar y lo que sea que hiciera el adolescente promedio. Realmente no había mucho para hacer además de eso y quedarse pensando en situaciones hipotéticas y las que ya había atravesado. No quería perder tiempo en redes sociales ni quería un empleo de medio tiempo porque una vez que se adaptara seguramente sus poderes volverían a la normalidad.

Era de noche, la oscuridad del cielo lo hacía más negro que azul. El grupo de amigos ya estaba fuera de la cafetería, despidiéndose del chico.

--¿No quieres que alguien te acompañe hasta tu casa?--preguntó Danny.

--Creo que sigo sabiendo cómo volver, pero gracias--respondió Peter riendo.

En realidad Peter sí quería que alguien lo acompañara. No es que tuviera algo importante que decirle a Sam, pero últimamente no le sentaba mal pasar tiempo con él. De hecho, empezaba a ser una de las cosas que más le gustaba. Se hacía el difícil, pero más de uno sabía que no lo hacía en serio. Sin embargo, en ese momento precisaban a Sam para volver volando al Tricarrier, así que Peter prefirió volver caminando solo. Se despidió abrazando a cada uno--se verían al día siguiente en la escuela, pero estaba feliz de haberse divertido con ellos--dejando a Sam para el final.

Por el horario había poca gente en la calle, eso generalmente no lo inmutaba. Pero ahora estaba más débil que antes, y para colmo, solo. Apenas percatándose, comenzó a apresurar el paso. Cada cierta cantidad de metros se cruzaba a una persona. ¿De veras los domingos había tan pocos negocios abiertos? ¿Dónde estaban las aglomeraciones? El silencio irónicamente era poco tranquilizador. ¿Y si alguien aparecía e intentaba asaltarlo? ¿Y si Venom aparecía? ¿Y si alguien quería hacerle daño y nadie llegaba para salvarlo? Qué horror, sólo podía correr y correr hasta que le faltara el aire. ¿Cuántas cuadras faltaban? El camino era eterno. La paranoia le nublaba la vista, no sabía lo que podía aguardarle en cada esquina. Ni siquiera quería detenerse para ver si sus cordones estaban atados, miraba únicamente atrás para verificar que nadie lo siguiera. Sus ojos se fijaban por momentos en los rincones más oscuros de las calles para confirmar que nada saliera de ellos. Hasta que en una esquina chocó con una figura corpulenta, no la vio en ningún momento pero pudo sentir que su rostro se había precipitado sobre algo bastante sólido. Terminó cayendo sobre el suelo y el pánico no le ayudó brindándole más fuerzas para salir corriendo sino para cubrir su cabeza con sus brazos.

A Merced De Todo [Spiderman Yaoi Fanfiction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora