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Había pasado tiempo desde aquella amarga noticia. Ahora que tenía claro que era lo que tenía que hacer, estaba más tranquila, claro en mi calendario imaginario tachaba cada día y se veía más próxima su partida del país. Trataba de hacer lo que fuera para olvidar un poco ese tema, me enfocaba y centraba más en el concurso que ya se veía próxima la entrega del demo.

El demo trataría de un corto de una película policía, la historia de un detective que descubre que el malo del cuento es su hermano perdido, se mete tanto en la vida de su hermano que trata desesperadamente salvarlo. Es una historia un tanto trágica, pero a Temari no le gusta mucho el final de siempre, siempre lo inesperado y lo que el lector o en su defecto el público no está acostumbrado ver. Su lema "un final feliz siempre es una basura".

Al fin supimos que éramos los únicos locos en aventurarnos en ese concurso y era mejor... no tener que competir con otro de la misma universidad al menos era una victoria más dulce – si es que ganábamos claro –. Recibíamos mucho apoyo de nuestros superiores, las cámaras, el vestuario, también ayuda con el equipo de sonido. Los papeles principales los tenía Shikamaru como el delincuente – suena raro lo sé, tomando en cuenta que es un vago de primera – y el hermano mayor seria Neji, para ocultar sus singulares ojos usaríamos pupilentes, nos daba gracia verlo con ojos castaños y más cuando se quejaba por que no estaba acostumbrado y pestañeaba constantemente, pero él era el adecuado para el papel. 

En cuanto a la relación con Sasori... había puesto un muro invisible entre nosotros dos, él no perdía la oportunidad para acercase pero yo fingía que me hablaban o que estaba sumida dentro de mis pensamientos por culpa del proyecto. Rechacé varias de sus invitaciones y que decir de sus llamadas telefónicas... pero hubo un día que las cosas se salieron de control.

Habíamos decidido filmar en un parque que estaba en las afueras de la ciudad, pues casi nadie iba por lo descuidado que estaba, pero era perfecto para la escena pues daba la impresión que estaba en un distrito de bajo mundo. Era el enfrentamiento entre los hermanos, usaríamos armas y sangre falsa para darle más realismo, repetimos las escenas muchas veces, desde la plática crucial de ellos hasta los disparos que era una balacera a la muerte. La escena la habíamos terminado pasada de las 5 de la tarde, llevábamos todo el día ahí. Mis amigos guardaron todo el equipo y poco a poco comenzaron a despedirse, me iría con Ino ya que iríamos a comprar utilería cerca del centro, pero no conté que su madre le hablaría para que llegara temprano a casa porque según había recibido visitas.

–Lo siento Sakura – me miró Ino con su cara de cachorro a punto de morir – mi madre me quiere antes en casa, quiere que le ayude a preparar la cena – terminó con disgusto.

–Descuida será para la otra. Solo no explotes la cocina – grité con burla.

-Calla maldita frente de marquesina.

Ino se despidió de mí con un gesto poco cortés mientras iba corriendo de ese sitio, yo en cambio tomaría el tren para ir un rato a la ciudad del bonsái y despejarme un rato de todo. Ese lugar me tranquilizaba, siempre recibía muchas visitas pues era el lugar indicado para una fuente de inspiración y que decir... para despejar la mente.

–Al fin te alcanzo – se escuchó una voz entrecortada detrás de mí.

–Sasori...

Mi pelirrojo amigo me miraba algo avergonzado, no sé si porque estábamos solos en uno de los tantos jardines o porque se atrevió a seguirme a saber desde donde.

–Escúchame – se sentó en una de las tantas bancas de piedra – siento lo que te dije antes, tienes razón para estar así, pero por favor no me apliques más la ley del hielo...

El diario de mi corazón II: Saitama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora