Aquella semana de diversión había pasado más rápido de lo habitual, ¿Por qué el tiempo parece ponerse encontra cuando quieres que vaya más lento? Claro, jamás hallaría respuesta a eso, pero no me importó, porque cada momento, lo disfruté al máximo con mis amigos... con él. Me sentía como la última vez que nos despedimos, ansiosa, temerosa y capaz de hacer una locura, pero esto era por su bien, esto lo haría un mejor médico y de eso estaba muy orgullosa.
Ese ultimo día lo ayudé a empacar, prácticamente se llevaría toda su ropa, dejar cada prenda en la maleta era como desprenderse de algo muy valioso, cada que metía algo era como decir adiós a muchas cosas. La habitación estaba en silencio, no teníamos muchos ánimos de decir nada, yo por mi parte no quería comenzar a hablar y después parecer una loca egoísta desesperada por rogar que se quedara. Él estaba más serio de lo habitual y juraría que fruncía el ceño de vez en cuando. Extrañaría sus berrinches infantiles, dos años se pasan rápido, pero también dos años pueden ser desesperantes.
–Sasuke – dijo su hermano en la entrada de su habitación – mamá te busca.
Sin decir nada aquel salió de su habitación y creo que cuando lo hizo aumento más la tención.
–Oye, ya puedes respirar – susurró Itachi risueño – en serio que te vez pálida hermana.
–Deja las bromas – murmuré metiendo prendas a la maleta de una forma violenta – sabes que esto me pone demal humor.
Se acercó a mí y me ayudó a empacar algunas cosas y vi que metía un paquete en lo más profundo de su maleta.
–Si lo pongo encima romperá el encanto, además le van a revisar maletas, es mejor si no lo ve antes.
– ¿Qué es eso? – pregunté algo indecisa.
–Una foto.
Su sonrisa juguetona me dio la pista, era esa foto, aquella por la que habían hecho mucho escándalo y Sasuke se llevó la paliza de su vida. Aquella foto por la cual me di cuenta de que Sasuke es tan tierno y puede matar –sin conseguirlo– por ella, si.. una foto valiosa que carga con muchos recuerdos y sentimientos.
– ¿Pensaste que me la quedaría? Vamos hermana, ¿para que la quiero yo? Además es un bonito recuerdo, y cada que la vea le dará risa, si no es que se acuerda antes de mi – y no evitamos reír por lo último. Terminamos de empacar la última maleta y fue cuando Sasuke llegó.
–Iremos a comprar algunas cosas – dijo con fastidio.
Sin decir nada salimos de la habitación dejando solo a Itachi, cruzamos por todo el corredor para llegar a la sala y salir por la puerta principal. Íbamos tomados de la mano pero de igual forma ninguno de los dos decía nada.Pero ya era mucho ¿no?
– ¿Estás molesto?
Si bien no era la pregunta más inteligente y astuta, prefería mil veces que estallara ya, aunque eso era un arma de doble filo, como bien se podía desahogar o terminaríamos en pleito casado.
–Hmp – fue su única respuesta.
¡Joder! ¿Qué le pasa a este pedazo de imbécil? Todavía que me preocupo por él.
Pero lo entendía. Era normal.Nervios, miedo, pesar, extrañar... olvidar.
Cuando pasa lo peor piensas en lo peor, no vez lado positivo alguno en las cosas. Claro, él se iría al otro lado del charco para ser mejor, ¿Qué había de malo en ello? Esa parte estaba asegurada, esa parte era la mejor de la historia, pero yo, yo me quedaría aquí. Disculpa, aún sigo siendo una maldita egoísta, una princesa que espera que venga su príncipe azul a rescatarla de la torre.
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El diario de mi corazón II: Saitama.
RomanceESTA ES LA SEGUNDA PARTE DE "EL DIARIO DE MI CORAZÓN: OKINAWA, te invito a leer la primera parte, se encuentra como otra historia en mi perfil. Voy en el avión con rumbo fijo a mi hogar, para ver de nuevo a mi familia.. Me encuentro viendo fijament...