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–Mucha gracias por ayudarme – coloqué la ultima caja sobre el suelo.

–No hay de que Sakura–chan – me dijo Naruto colocando otro par de cajas en el suelo.

Ya me estaba cambiando de departamento, algo rápido pero quería tener todo listo para cuando Sasuke estuviera en casa. Le había pedido ayuda a Naruto, Hinata y Sasori con lo de la mudanza. Había pagado el depósito y tres meses de renta por adelantado. Aquel lugar ya estaba amueblado y debo decir que quien haya escogido los muebles tenía un excelente gusto.

–Sí que se llevaron la mejor vista de Tokio – gritó Sasori desde la amplia terraza que contaba el lugar– no es por nada pero espero que hagan una fiesta por el nuevo lugar.

–Opino lo mismo – se le unió Naruto – seguro que el teme querrá y si no quiere lo sacamos a patadas del lugar.

–Que exagerado – suspiré, me llevé una mano al pecho y sentí mi corazón acelerado de nueva cuenta, me comencé a sentir fatigada – iré por un vaso de agua, ¿gustan algo?

Naruto y Sasori estaban más enfrascados en su conversación de la planeación de una fiesta...

¿Desde cuándo ese par de idiotas comenzaron a llevarse bien? Qué más da...

Me dirigí a la cocina y tomé un vaso, lo llené de agua y así como lo serví me lo terminé, no dejé ni una gota.

–Sakura–chan ¿estás bien?.

– ¡Hi–Hinata! – me asustó y casi tiro el vaso que tenía en mis manos– Si descuida, estoy bien – reí nerviosa.

–Naruto–kun no me ha dicho nada pero... – se acercó a mí y me examinó con su mirada – te ves pálida y algo, delgada... ¿estás enferma?.

–Bueno de eso... creo que estoy bien, no he comido bien este tiempo pero...

–Sakura–chan, cuídate mucho – me abrazó – tienes que estar bien, ¿sí?.

–Descuida Hinata.

Mi día transcurrió normal, haciendo a un lado las pequeñas taquicardias, mis vértigos y mareos, procuraba que nadie se diera cuenta pero a los ojos suspicaces de Sasori y miradas de preocupación de Hinata era casi imposible. Lo bueno es que Naruto era un poco más emm como decirlo, "ignorante" en ese sentido, si no estaría acosándome y seguro llamaría a Sasuke, pero creo que tenía una idea.

Dejamos todo limpio y ordenado, coloqué en nuestra habitación aquella última foto donde estábamos juntos. Sonreí nada más de verla y recordar todo aquello que pasó ese día.

–Falta poco...

Hoy era el día de la premiación. Eran como los Oscar de Japón, Nippon Academy–Sho Association, había muchas categorías, mejor actor, actriz, de reparto, película, director y sin fin de cosas más, yo estaba nominada a mejor directora por una película que había producido unos meses antes, todo mundo decía que dicha película se llevaría todos los premios.

–Listo, ya estoy ¿Qué te parece? – modelé a la pantalla que tenía enfrente, me había puesto un vestido largo color negro, en la mañana me había cortado el cabello, ahora me llegaba a los hombros, lo arreglé y me quedó muy bien, justo con el maquillaje que elegí para hoy.

–No te ves mal – me dijo Sasuke a través de la pantalla – pero creo que no debiste de haber cortado el cabello,además con ese corte pareces niña.

–Soy niña idiota – me acerqué la pantalla.

–Sí, cuando te conviene eres una niña – se cruzó de brazos – si todos te conocieran como eres dirían que eres una bruja.

El diario de mi corazón II: Saitama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora