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Un albino estaba caminando rumbo a la Academia, pero esta vez más temprano de lo normal. Esperaba no encontrarse con los mismos que lo golpearon la vez anterior por el simple hecho de que iban en un grupo algo numeroso como para derrotarlos uno por uno.

- Oye, aguafiestas - Dijo uno del grupo detrás de él.

Ling lo ignoró por completo y aceleró el paso para intentar perderlos de vista, aunque fuera algo difícil, ya que no había demasiada gente tan temprano.

- No intentes esconderte, no podrás escaparte de nosotros ahora

Estaba claro que los perseguidores sabían cada rincón y lugar de la Academia como para que alguien los pueda pasar de alto. Ling tampoco era diferente. Finalmente optó por ir a una esquina y tal vez perderlos, pero no sabía que lo estaban rodeando por distintos sectores. Dobló en la esquina y chocó con uno de los perseguidores, estando al borde de caer.

- ¿A dónde crees que vas, idiota? - Habló el más grande y con quien chocó.

- ¿No creen que exageran con todo esto? ¿Qué ganan ustedes?

- Los niños entrometidos tienen que ser castigados, ¿no crees? - Habló el líder mientras se acercaba por otra esquina.

- ¿Ustedes deben castigarme a golpes solo porque quise defender a un niño?

- ¿Quién dice que vamos a golpearte solamente? Sujétenlo con fuerza

Todos aquellos que lo estaban rodeando, fueron directamente hacia él. Ling golpeó a los más cercanos con una patada lateral, haciéndolos caer un poco lejos. El líder comenzó a enfadarse y de un salto golpeó al albino en la cara, noqueándolo ligeramente, luego lo sujetó por debajo de los brazos desde atrás mientras lo golpeaba detrás de las rodillas para hacer que se callera de inmediato.

- Tengo un lugar especial para ti y después no querrás entrometerte de nuevo

[...]

- Oye Chang'e, ¿no crees que Ling se está tardando mucho? - Preguntó Zilong que estaba esperando junto a su hermana a fuera de la casa de su amigo.

- Creo que debió irse más temprano, no falta ni cuando está enfermo

Zilong asintió un poco extrañado y comenzaron a caminar hacia la Academia. Cuando llegaron, no lograron ver a Ling por ninguna parte que conocían, cosa que empezó a preocupar un poco al castaño. Dejó a su hermana a su aula y comenzó a buscar a su amigo.

- ¿Ling? ¿Estás aquí?

El castaño entró a los baños de hombres y comenzó a llamarlo. Abrió la puerta lentamente y escuchó grandes suspiros que estaban cerca de parecer sollozos.

- ¿Ling? ¿Eres tú?

Zilong abrió unas de las puertas del baño de donde se escuchaba el ruido. Cuando la abrió la puerta, quedó totalmente perplejo.

- ¡¿Ling?! ¿Qué te pasó ahora?

El albino no tenía otra mirada que no reflejara horror, estaba totalmente empapado y a su lado había un palo de madera. Zilong no imaginaba qué cosas pudieron haberle echo antes. Tomó el brazo de Ling y lo pasó por su cuello. El albino no cambiaba de expresión y estaba adolorido. Llegaron a la enfermería y entraron de inmediato.

- Miya, ya te dije que toques antes de entrar, así me desconcentras con mis hechizos curativos

El de ojos blancos miró a los recién llegados y se acercó rápidamente hacia ellos.

- Estoy empezando a pensar que de verdad estás queriendo esto, ¿esta vez por qué estás así?

Ling no se atrevió a decir nada y Zilong no tenía idea de lo que le había pasado. Ambos guardaron silencio por un tiempo pensando en qué decir, pero fueron interrumpidos por alguien que entró desprevenidamente.

- ¿Y bien? ¿Se quedarán callados hasta que tenga que hacer métodos de tortura tan desgarradores y traumáticos que luego no querrán desobedecer u ocultar cosas a esta Academia?

Zilong se volteó para ver a la persona que había hablado detrás de él y Ling, tragando saliva, pudo notar que era su profesor. Tenía una cara bastante siniestra que dejo a Zilong incómodo. Ambos dejaron al albino en una camilla.

- Es broma, recibiría como cien demandas y denuncias por eso aunque quisiera, pero tampoco cuento con la capacidad emocional, por lo tanto, tampoco querría

El castaño suspiró de alivio. Esa "broma" no le había gustado mucho.

- Gracias, supongo

- Bueno está bien, luego me cuentas qué le pasó a tu amigo, déjenme hacer que su dolor disminuya, pero creo que estará un buen rato aquí - Luego de eso, procedió a revisarlo.

Los otros dos asintieron ante las ordenes del enfermero y se fueron, aunque el profesor tuvo que forzarlo un poco, ya que el castaño no quería irse.

- Oye, pero puedes visitarlo en el primer receso

Zilong no dijo nada y entraron al aula.

[3-B]

Antes de que llegara el profesor, algunos alumnos estaban haciendo luchas de brazos para comprobar quién tenía más fuerza.

- Vamos, ¿eso es todo lo que tienes? - Decía una chica pelirroja que estaba apunto de ganar.

- ¿De dónde sacas tanta fuerza? - Fue lo último que dijo antes de que su brazo tocara por completo la mesa, siendo una completa derrota para el chico.

- Guinevere gana de nuevo, Lapu Lapu pierde - Dijo el centauro.

- Vaya... tu hermana es muy buena en esto - Dijo Kimmy al rubio.

- Pues sí, desde pequeña ha sido así - Comenzó a recordar "lindos" momentos con ella.

- ¿Quién será el siguiente? - Preguntó el hombre caballo.

- Yo lo quiero intentar - Dijo una elfa.

La pequeña tenía mucha valentía. Se sentó frente a ella y comenzó la lucha, pero no sin antes decir "Buen juego" por parte de ambas. Apenas empezar, la tensión en los músculos comenzó a mostrarse y las venas también.

- Vaya, pequeña, eres fuerte

La pelirroja aumentó su fuerza, haciendo que el brazo de la contraria comenzara a inclinarse.

- Bueno pues levantar un martillo gigante todos los días me ha dado fuerza - La elfa retomó la lucha luego de hablar, esto impresionó a la pelirroja.

La competencia estuvo bastante reñida, pero todos los espectadores estaban muy intrigados por saber quién sería el ganador. Muchos comenzaron a apostar, ya que tenían la confianza de que ganaría Guinevere, ya que había ganado demasiadas veces, pero la elfa tenía la probabilidad de ganar también y cada vez se hacía más acertado. Finalmente obtuvo la victoria la pelirroja, quien luego de ganar, su brazo comenzó a temblar.

- Guinevere gana de nuevo, Lolita pierde - Habló de nuevo el centauro.

De repente se escuchó la puerta abrirse, era el profesor. Los estudiantes no se dieron cuenta hasta que habló.

- ¿Puedo ser yo tu contrincante ahora?

Bueno chicos hasta acá el capítulo.

No olviden votar y comentar qué les pareció.

Atte. Brigitte













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1105 Palabras.



















































































































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