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Las clases comienzan a ponerse cada vez más difíciles, ya que ahora no solo se trata del combate, sino que ahora había que reforzar la mente. A los estudiantes cada vez les costaba más concentrarse, ya que estaba llegando la época del invierno y la calefacción en la Academia no funcionaba muy bien, por lo que preocuparse por no morir congelado era mejor opción que pensar en un examen.

[3-C]

- ¿Alguien quiere ir por los papeles de sus exámenes? - Preguntó el profesor.

- Claro, yo voy - Respondió con toda "amabilidad" un peliblanco de ojos extraños, el mismo que había desafiado su autoridad anteriormente.

El profesor se extrañó, pero no lo quiso pensar mucho y sólo quería dar el maldito examen para ir a un lugar solitario y cálido para fumar.

Cuando el voluntario llegó, extendió las manos con los papeles y cuando el profesor los iba a agarrar, este retrocedió su mano con brusquedad y destrozó todos los papeles con unas filosas garras.

- Ups, creo que las rompí - Dijo con malicia para luego pisar los pequeños trozos de papel.

Los expectantes quedaron boquiabiertos mientras que el profesor lo miró divertido.

- ¿Qué crees que haré ahora? - Preguntó el profesor.

- No lo sé, es su problema que usted haya roto los papeles en un ataque de ira

- ¿Qué? No hice eso

- Claro que lo hizo, y todos mis compañeros son testigos

El profesor volvió a reír y sacó de un cajón de su escritorio otro montón de papeles. El peliblanco lo miró con sorpresa y rabia.

- Lo bueno de traer copias es para evitar que problemas como estos pasen, aparte de que todo está grabado y de seguro tu siguiente acción será sentarte y comportarte como es debido si no quieres que la grabación sea mostrada a tus padres

Varias risas bajas se escucharon, poniendo al peliblanco rojo como tomate. Después se sentó e intentó no mirar a nadie.

Cada estudiante fue pasando el examen por persona.

Al terminar, todos los estudiantes entregaron el formulario y algunos salieron del salón casi llorando mientras que otros estaban enojados por creer que les fue mal e inventaban una y mil excusas.

[...]

Los estudiantes estaban en la salida de la Academia, ya que la última clase ya había finalizado y estaban esperando a sus amigos o familiares para irse.

- ¿Jugarán a las bolas de nieve? - Preguntó la Leonin a Harith y sus amigos

- ¿Crees que esta cara podrá soportar el impacto de una sucia bola de nie...? - El peliblanco fue interrumpido por una bola de nieve que cayó justo en su cara.

- Uy, yo creo que sí - Dijo Harith.

- Oh, está bien está bien, esto es guerra

El peliblanco agarró mucha nieve y comenzó a moldearlas para luego lanzarlas con algo de fuerza hacia Nana y Harith.

Los de atrás se quedaban a observar, ya que su orgullo pesaba más que eso, o al menos para algunos.

- ¡Ya llegué! - Dijo una rubia que venía a toda prisa hacia ellos.

Esta comenzó a tirar nieve la cual ni se molestó en transformar en una esfera, hacia todos lados. Harith y Nana hicieron un fuerte para evitar que les cayera encima una avalancha de nieve. Mientras el peliblanco le hacía frente sin más.

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