Mientras Gou trata de luchar contra sus miedos, uno nuevo llega y es su enamoramiento hacia Satoshi
¿Podrá superar sus problemas junto con Satoshi? O
¿Tomará otra decisión?
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Aquella escena dejóatónitos a los "espectadores erróneos"
Lillietermino por separar sus labios de los del contrario viendo que el beso no era correspondido.
—¿Qué sucede? ¿Acaso no te gusto? —pregunto Lillie apretando sus manos.
—Pues yo...—Satoshi era consciente de quien gustaba por lo que confundió más al chico, no era la primera vez que lo besaban desprevenido, tampoco quería dejar rota una amistad, no sabia que decir.
—¡Claro que no! —grito Koharu a lo lejos acercándose arrebatando al chico de sus brazos— Él ya tiene a alguien.
—Sabia que tenias malos ratos Satoshi.... pero no malos gustos —respondió en seco aquellas palabras hacia Koharu.
—Primero que nada "Princesa" —se paro enfrente de Satoshi— la persona quien este tonto chico ama ¡no soy yo! Y segundo ¿a que te refieres con malos gustos?— la verdad no estaba segura de decir lo que estaba diciendo, pero vio a Satoshi algo incómodo ante la situación, aparte de que no sabía si Gou estaba viendo la escena o si de caso se haya ido.
—¿Ah? Entonces ¿quién es esa persona? —su mirada seria pero deslumbrante fue dirigida a Satoshi— quien sea te demostraré que yo soy una mejor lección.
—Esta tipa... —decía en silencio mientras sintió una mano cálida en su hombro.
—Yo me encargo, Koharu —menciono el contrario.
—P-Pero...
—¿Y? Satoshi...
—Me dejarías pensarlo —respondio sin más, obviamente no quería decir eso, pero era la única opción que tenía para ganar tiempo.
Aquel quien estaba escondido en los arbustos solo miraba la escena con seriedad, su mente se llenaba de cosas y entre ellas el seguir siendo amigos con el contrario, por lo menos seguirían juntos, pero él saldría lastimado o peor ambos lo estarían.
Salió de forma silenciosa de allí y se fue del laboratorio a dar un paseo a despejar su mente.. quizás seria lo mejor.
Koharu pensaba en las mil y una veces que tenía que intervenir para que sus amigos dejaran la cosas claras.
—¿Asi que tiempo? Esta bien te daré el tiempo que nesecites, ¡oh! pero solo un día tendrás.
—Dijistes que tendría todo el tiempo que necesitara —decía Satoshi mientras procesaba el trabalenguas o el cambio de planes de su "amiga.
