Nueve

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Capitulo 9.

¿Una cita? Oh por todas las lechugas, pellízquenme que estoy soñando. ¡Llamen al 911!

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Así que esto es lo que está pasando. Luego de abandonar a Hackett me arme de valor para contestarle el teléfono a James, quien sorprendentemente no me regañó, en realidad estaba preocupado por mí. Supongo que fue por mis pequeñas crisis de las cuales está al tanto. Sabe que odio los hospitales.

Entonces, luego de decirle que estaba en la puerta de entrada del hospital, fue por mí. Afortunadamente no tuve que estar mucho tiempo en ese lugar, porque a Thomas le pusieron un yeso ya que su tobillo está roto, lo sé, es horrible.

Nos explico cómo fue que ocurrió la caída y el doctor le receto absoluto reposo. Ahora estamos en casa, y puedo respirar tranquila.

—Papá me llamó —dice James, bajando las escaleras—. Dice que estará aquí para la hora de la cena, y con respecto a Lexter, debe de estar...

La puerta principal se abre — ¿Cómo está Thom?

—... Llegando —termina susurrando James, y dejándonos solos para ir a la cocina.

Lexter fija su atención en mí, esperando respuestas.

—Está mejor, ahora tiene un yeso y deberá guardar reposo, ya compramos sus medicinas.

Asiente y pasa de mí para subir corriendo las escaleras. Suspiro y me dejo caer en el sofá, busco el control remoto entre los cojines y cuando lo encuentro enciendo la televisión. Los domingos son tan aburridos.

Después de un par de horas observando la vida de las ballenas en Animal Planet, me dispongo a preparar la cena. Y después de media hora, tengo todo listo y a cuatro hombres hambrientos en la mesa del comedor. Le pido ayuda a Lexter para llevar los platos a la mesa, y cuando todo está en orden me siento a comer.

La cena transcurre de manera tranquila y disfruto de la comida. Hasta que papá pronuncia una oración que nos toma a todos por sorpresa.

—Debemos ir a Wisconsin la otra semana —nos mira brevemente y engulle de su comida.

Todos lo observamos masticar lentamente. Volteo a ver a mis hermanos que parecen hacerse las mismas preguntas que yo.

— ¿Por qué debemos ir? —inquiere James, rompiendo el silencio.

Papá se toma su tiempo para responder —Iremos a visitar a su tío Gordon.

— ¿Algún motivo por el cual iremos a visitarlo? —esta vez la pregunta la hace Lexter.

—Va a casarse.

¿Qué? —soltamos todos, a excepción de Thomas, que está muy concentrado en su comida.

—Sí, así que vayan alistando maletas desde ya —termina de comer y bebe de su vaso de agua—, porque no quiero que olviden nada, no sé cuánto tiempo estaremos por allá así que preparen lo necesario.

(...)

Me quiere doler la cabeza y eso se debe a que la marea roja está intentando hundir a mi barco, quiere hacer estragos cuando yo estaba tan pacifica en mis aguas tranquilas. ¡Y lo sé! Estoy un poco loca, sin embargo, soy una loca feliz —dentro de lo que cabe—.

Suspiro y sin importarme el indicio de dolor de cabeza, me concentro en prestar atención a las últimas palabras que está dando Heather, por suerte estamos por terminar así podre irme a mi casa a descansar. Es una lástima que esta sea mi última sesión con el grupo, puesto que dentro de dos días partimos a Wisconsin y no tengo fecha de retorno.

Absurda Tradición © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora