hate; wizarding world

2. mr. remus

Tras haber recorrido casi todo el tren, Ágatha encontró a Draco y Sophie. Al parecer estaban esperándola, ya que tenían todos los dulces sobre la mesa y miraban fijamente la puerta del compartimento.

—¿Qué está pasando aquí? —habló con una sonrisa mientras le entregaba su baúl a Draco para que este lo acomodara en la baca del compartimento.

—Te estábamos esperando. —respondió Sophie mientras abría una rana de chocolate.

Luego de sentarse con Sophie, Ágatha murmuró algo como "Dame una varita de regaliz" a Draco y el chico le dio una enseguida.

—¿Vamos a fingir que no está pasando nada? —dijo Draco mirando a las dos chicas. —Aqua, tu padre escapó de Azkaban y te está buscando.

—No me está buscando a mí. Está buscando a Harry Potter. Además, ¿qué se supone que debo hacer? Evitar salir sola, eso es todo.

Draco se calló y pensó en lo que había dicho su prima. No había nada mas que hacer. Todo estaba en manos del ministerio.

—Bueno, quizá tienes razón, pero no puedes culparme por preocuparme. —se calló, se dio cuenta de lo que había dicho e intentó repararlo. —Es decir, siempre estamos juntos, imagínate me pasa algo por tu culpa.

Sophie sonrió burlonamente, —Draco, no te molestes en ocultar tu preocupación por Ágatha. —se volteó hacia la mencionada y comenzó a contarle, —Como ya sabrás, pasé unos días en la mansión Malfoy, y fue Lucius quien nos contó lo que pasó, estábamos cenando y Draco casi se ahoga con la comida. —rio un poco antes de retomar el relato. —Cuando Lucius terminó de cenar y se fue a no sé a dónde, Draco fue corriendo a su habitación a escribirte una carta.

Draco estaba sonrojado cuando Sophie terminó de hablar y se levantó del asiento, —Me voy de aquí.

—¿A dónde habrá ido? —preguntó Sophie luego de que Malfoy saliese del compartimento.

—A molestar a Potter, seguramente.

...

—Dementores. Sorprendente.

Sophie parecía bastante conmocionada gracias al dementor que les quería succionar el alma.

—Voy a echar un vistazo al tren, ya vuelvo. —avisó Ágatha.

Sophie, tomó su muñeca para detenerla, —¿Te has vuelto loca? Acabamos de ver un dementor, seguramente sique por aquí cerca.

—La vida es un riesgo, querida. —se soltó del agarre de su amiga y salió del compartimento.

Comenzó a caminar en sentido contrario a donde suponía que el dementor había ido. Pensaba en todo y nada a la vez. Sirius, Zenda, Hogwarts, su madre, Azkaban, Draco, Sophie, y finalmente volvía a Sirius. Su padre. Luego seguía mirando el tren.

Quería un padre, que la escuchara, la cuidara, la mimara, la protegiera. Zenda había hecho un excelente trabajo como tutor legal, y le amaba muchísimo. Pero ella quería algo más.

Tan sumida en sus pensamientos no se dio cuenta de que alguien que estaba casi tan pensativo como ella venía en su dirección.

Remus Lupin se dirigía a hablar con el maquinista luego de haber conocido a Harry. Estaba feliz y melancólico a la vez. Estaba recordando a sus amigos, estaba recordando su juventud. No se dio cuenta de que estaba a punto de chocar con alguien. Y lo hicieron.

Se miraron a los ojos. Ágatha sintió familiar cuando observó la mirada del hombre. Podía ver lo que quería, unos ojos cálidos y que la hacían sentir segura. Remus vio los oscuros ojos de Ágatha, los sintió familiares. Los ojos de él. Unos ojos tristes, que no dejaban de ser los oscuros ojos de Sirius.