10. daughter

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En un segundo tenía a Sirius agarrándola de los hombros mientras la miraba a los ojos. "Ágatha, hija, debes irte, corre." Le decía.

Hija.

Hija.

Cuando se decidió a obedecer a su padre ya era muy tarde. Sirius y Remus ya peleaban en sus formas animales, el primero trataba de contener al segundo.

Corrió hacia ellos cuando se adentraron en el bosque prohibido. Sabía que Remus era peligroso, pero no le importaba. Quería ver a Sirius.

No supo cómo, luego de estar vagando durante varios minutos en el bosque, llegó a un lugar del bosque repleto de dementores. Potter estaba ahí, pero también Sirius. En un acto poco inteligente se acercó desesperadamente a el prófugo sin tener en cuenta a los cientos de dementores que los rodeaban.

A medida que se iba acercando sentía más y más frío. Y dejaba de pensar con claridad. Sería agradable que Zenda estuviese ahí con una manta y chocolate caliente.

Comenzó a sentirse triste, apenas divisaba el cuerpo masculino a unos metros de ella. La tristeza la invadió, recordó su primer día en Hogwarts, como aquellos Ravenclaw la habían insultado por su apellido. Recordó esa vez que tenía siete años y encontró a Zenda con toda la mano ensangrentada, se había cortado con un cuchillo mientras cocinaba y la sangre no paraba de salir. En su inocencia, pensó que Zenda moriría gracias a ese corte.

Se cayó y alcanzó a tocar la mano de Sirius cuando dejó de sentir que se pertenecía a si misma. El dementor frente a ella se alimentaba mientras Ágatha iba perdiendo la conciencia. Antes de desmayarse, escuchó un grito y vio una gran luz espectral.

...

Se despertó asustada gracias a los desagradables gritos de cierto profesor.

Se sentó rápidamente en la cama, el brusco movimiento la mareó.

—¡CONFIESA, POTTER! —vociferó el pelinegro a unos metros de ella, con el rostro distorsionado —. ¿QUÉ ES LO QUE HAS HECHO?

—¡Profesor Snape! —chilló la señora Pomfrey—, ¡contrólese!

—Por favor, Snape, sé razonable —dijo un hombre canoso y de baja estatura que tenía apariencia de ser alguien importante—. Esta puerta estaba cerrada con llave. Acabamos de comprobarlo.

—¡LE AYUDARON A ESCAPAR, LO SÉ! —gritó Snape, señalando a él azabache y a la castaña que se encontraban en la escena.

—¡Tranquilícese, hombre! —gritó el hombre al que Ágatha no reconocía—. ¡Está diciendo tonterías!

—¡NO CONOCE A POTTER! —gritó Snape—. ¡LO HIZO ÉL, SÉ QUE LO HIZO ÉL!

—Qué vergüenza. —murmuró Ágatha aún confundida y fatigada.

Dumbledore intervino y las cosas se calmaron un poco. Snape agitó su túnica dramáticamente antes de salir de la enfermería.

Los adultos conversaron un poco más antes de irse. Ágatha se quedó quieta en su lugar, mirando un punto fijo de la manta que la cubría.

El azabache y la castaña la observaron en silencio hasta que el pelirrojo que estaba a unas camillas de distancia se despertó.

Pidió explicaciones que Ágatha también quería. Pero al no saber organizarse con sus preguntas, Ágatha decidió intervenir.

—¿Dónde está Sirius? —inquirió.

—Escapó con mi ayuda y la de Hermione —contestó el azabache, mirándola. —Estabas durmiendo y estábamos apresurados.

hate; wizarding worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora