6. boss

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Ya en el Gran Comedor, Ágatha se permitió a detenerse a pensar que mierda estaba pasando. 

—Iré a preguntar que ha pasado. —informó Sophie, antes de desparecer entre todos los estudiantes.

—¿Por qué Potter mira hacia acá? —inquirió Draco, con una mueca de desagrado.

Ágatha miró hacia donde su primo lo hacía y, en efecto, el de ojos verdes miraba hacia ellos. Más específicamente hacia ella.

Se miraron a los ojos. Harry tenía una expresión neutra en el rostro, mientras que Ágatha se mostraba lo más intimidante que podía llegar a ser. El chico apartó la mirada.

—Un duelo de miradas. —molestó el rubio en cuanto tuvo la atención de su prima nuevamente.

—Oh, cállate.

—¿Estás interesada en Potter, primita? —se notaba el esfuerzo que Draco ponía para hacerla reír. —Pensé que me esperarías a mí. Ya sabes, para continuar con la pureza de sangre.

—¡Qué asco, Draco! —exclamó Ágatha. —Además, no creo que quieras mantener la pureza de sangre con alguien más que Sophie.

—¡Pervertida!

—¡Tú lo malpensaste!

—¡Chicos! —Sophie se acercó a ellos, un poco alterada.

—Oh, Sophie, ¿Qué conseguiste? —inquirió Ágatha con una sonrisa que hizo que Sophie no quisiera decirle de lo que se enteró.

—Yo... —miró a Draco en busca de ayuda, el rubio parecía estar igual de expectante que su prima a lo que contestaría. —Sirius Black ha entrado al castillo. —dijo rápidamente, de todas formas, se le entendió.

Draco mostró una genuina y disimulada expresión de sorpresa, Ágatha mantuvo una expresión neutra luego de haber eliminado su sonrisa tras la información.

—Atacó el retrato que custodia la sala común de Gryffindor.

—Estaba buscando a Potter entonces. —dijo Draco.

—¿Como habrá entrado? —preguntó Ágatha a nadie en específico.

—No-no lo sé.

—De todas formas, no me está buscando a mí, eso está más que claro, no me preocupa. —dijo Ágatha con frialdad.

...

El partido de Hufflepuf contra Gryffindor se había llevado toda la atención de los estudiantes, algo de lo que Ágatha se encontraba bastante agradecida.

Los días que siguieron luego del escándalo con Sirius Black fueron bastante pesados para ella. Entre murmullos y miradas cada vez que entraba a un lugar y las clases de Pociones con un Snape que parecía bastante atento a ella, los días se le hicieron largos. ¡Encima el profesor Snape había reemplazado a el profesor Lupin en su materia!

El día no era el ideal para un partido, de eso iba hablando Ágatha con Adrian Pucey, uno de los jugadores de Slytherin, cuando salían del Gran Comedor.

—Tu primo debería dejar de fingir su lesión. —comentó el chico.

—No hay caso con Draco. Es un dramático. Por lo menos se salvaron de jugar con este tiempo. —contestó ella.

—Creo que deberían cancelar el partido. No es justo ni para Gryffindor ni Hufflepuf jugar con esta lluvia.

—Eres tan correcto, Adrian. —molestó ella, con una sonrisa. —¿Ese es Cedric Diggory?

Un joven alto y apuesto, de la casa de Hufflepuf estaba a unos metros de distancia junto a su escoba.

—Sí.

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