Fenris | ❝Dicen que el mundo se ha vuelto ostil con los mutantes. Yo digo que siempre ha sido así❞
Titans × Dick Grayson
The Gifted × Fenris
[Prohibido la copia o adapcion]
Portada by: @luvkvng
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| Tres años antes |
—Andando, enano —Llamó colgando la mochila en su espalda—. Se nos hará tarde.
—Sigues llamándome así y no veo que te hagas más alta, hermanita.
—Pero sigo siendo la mayor. Puedo llamarte como quiera.
—Como digas, pequeño elfo.
—¡No me llames así, niño insolente! —Se lanzó sobre su cuerpo golpeando su cabeza levemente y ambos rieron.
—¿Cuál es el plan de hoy?
—Pedí el día libre. Necesitamos ir a la tienda porque la comida se esta acabando ya que alguien no ha dejado de tragar.
—Soy un adolescente en pleno desarrollo. Necesito alimentarme bien.
—Pues tal vez ya vaya siendo el tiempo de que te pongas a trabajar y consigas tu propia comida.
—¿Sabes? Una dieta de pronto no suena tan mal.
—Solo camina y ya —Rieron.
Abandonaron el pequeño departamento en una de las calles más concurridas del pueblo en el que se encontraban y Meave ató su cabello para ese entonces color marrón en una coleta alta.
Aquel lugar le gustaba. Quizás demasiado para ser verdad. Un lugar tranquilo y bonito, con personas amables y lo suficientemente conocido como para que su llegada no llamara tanto la tención. Llevaban cinco meses allí y todo parecía indicar que seguirían un par de meses más. Andy iba bien en la escuela pese a todo, ella tenía un trabajo decente y la comida no era cara para una joven que criaba a un adolescente que parecía no llenarse con nada.
No quería sentirse cómoda, pero inconscientemente lo había hecho de todas formas. Ya estaba tan cansada de huir y de siempre tener que empezar desde cero que tal vez aquel lugar no parecía tan malo para vivir.
Quizás Trask Industries les había perdido el rastro. Meave tenía consciencia de que ambos eran poderosos pero aun no lograba dilucidar la verdadera magnitud de su potencial. Ella solo quería una vida normal para su hermano. Una vida normal para Andy y para ella también.
¿Será que debía arriesgarse y finalmente dejar de huir?
—¿Podemos llevar esto? —Preguntó Andy tomando dos bolsas grandes de fritura.
—¿Son necesarias para tu vida?
—No, pero sí las quiero.
—Esta bien. Pero es lo único que te dejaré llevar.
—¿Te he dicho cuanto te adoro? —Besó su mejilla a modo de chantaje emocional y ella rodó los ojos mientras su hermano mantuvo su brazo sobre sus hombros aún cuando caminaban.
