Capítulo 19: "Línea de atencón al suicida"

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N/A: TW* menciones de suicidio, humor negro.

Liv se escabulló por la puerta de la cabaña y se escondió en el laboratorio de Tony, donde sabía que nadie podría encontrarla -o nadie se atrevería a buscar. Prefería llorar sobre el equipamiento caro de Tony cualquier día antes de tener que lidiar con las personas. Había hecho un buen esfuerzo para esconderse de los pésames hasta aquel momento y no lo arruinaría entonces.

Se sentó en la silla frente a la gran mesa redonda y subió los pies sobre la misma, al igual que Tony solía hacer, pinchando el puente de su nariz con expresión cansada ¿Cómo lo lograba? Cargar con toda esa responsabilidad sobre sus hombros. Lo hacía parecer tan fácil. Un año y medio en Folkvangr y ella ya había recurrido al alcoholismo. Suspiró. «Todos tienen sus propias maneras de hacer frente a las situaciones», pensó, «los vicios vienen en todas las formas y colores». Sin embargo, de algo estaba segura: Tony había sacado el palo más corto en la tirada. Al menos él no tenía que vivir el resto de su vida sabiendo que no la volvería a ver.

Nunca creyó que llegaría el día en el que envidiara a un muerto.

Cerró los ojos por unos segundos y respiró hondo. Arriba se escuchaban las voces apagadas de las personas, acompañadas de pasos fatigados resonando en la madera del techo del sótano donde Liv se encontraba. Sabía que en algún momento tendría que volver a subir, pero aún no recogía suficientes fuerzas para tener que enfrentar a nadie sin desmoronarse en el intento.

El crujir de la madera de los escalones la sacó de sus cavilaciones. Su mente fue instantáneamente a la cantidad de noches que había pasado allí abajo con Tony, mirándolo desarmar y volver a armar todo tipo de electrodomésticos o electrónicos, lo que volvía loca a Pepper, mientras reían con una botella de cerveza entre las manos y meneaban la cabeza al ritmo de Black Sabbath. La mayoría de veces, Morgan llegaba a unirse a la fiesta, siempre delatada por los viejos escalones del sótano. Esa era la única parte de la casa con la que Tony no se había metido y, hasta el momento, cumplía su propósito a la perfección.

Pero, en esa ocasión, no se trataba de Morgan. La cabeza de Peter se asomó por el barandal, parándose sobre su trayecto al divisarla en el medio de la habitación, con una mirada de pocos amigos en el rostro.

-¿Tú también buscas un lugar para esconderte? -el niño se quedó en silencio, jugueteando con sus dedos- Porque yo llegué aquí primero.

-Yo... lo lamento -dijo en un hilo de voz, evitando su mirada-. Yo solo...

-Oye, tranquilo, Pete. Solo bromeaba -suavizó su mirada, dándose cuenta que tal vez estuviera un poco más hosca de lo que acostumbraba. Debía de recordar que el hecho de que no tuviera fuerzas para poner una expresión amigable frente al resto no implicaba que el pobre niño tuviera que lidiar con su mal humor-. Ven, puedes esconderte conmigo. Hay suficiente espacio para ambos aquí.

Peter asintió, aún notablemente nervioso, y avanzó a paso apresurado hasta sentarse en la silla enfrentada a la muchacha, inmediatamente bajando la mirada a sus manos sobre su regazo. Liv tuvo que resistir el impulso de sacar una cerveza del minibar de la esquina, dudaba que el alcohol fuera de mucha ayuda en ese momento. Además, estaba intentando dejar un poco la dependencia, todos sabían que le había hecho más daño que bien.

-¿Cómo está todo allí arriba? -si había algo que Liv odiara más que las charlas triviales eran los silencios incómodos.

-Bien -respondió luego de unos segundos-. El servicio está por comenzar. Solo quería un momento de tranquilidad antes de... bueno... tu sabes -Liv asintió, tamborileando sus dedos sobre la mesa redonda que los separaba-. Liv, ¿tú crees que podríamos haber hecho algo más? -la muchacha se quedó en silencio, sopesando la pregunta por unos segundos- Sigo teniendo este pensamiento, ¿sabes? Y no puedo evitar preguntarme si tal vez se pudiera haber evitado si hubiéramos hecho algo distinto -Peter tenía la tendencia de irse a la verborragia cada vez que se encontraba nervioso, como la pelirroja había detectado de las veces que habían estado juntos.

Warzone Queen || Bucky Barnes (Warzone Legacy 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora